Beso

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— ¡Esas cosas no paran de seguirnos!

El grito desesperado de Nuru les advirtió a todos que los guardianes de aquél tótem/token les venían pisando los talones, lanzando sus dardos y flechas cuándo tenían la oportunidad.
Lo cuál hizo que todos aumentaran el ritmo, corriendo lo más rápido que podían entre las estrechas y largas paredes de color jade de aquel laberinto.

— “Lentes”, tienes que aceptarlo — Ahora la voz de Hugo era la que se alzaba por sobre todo el ruido provocado por la conmoción se aquella persecución, mientras miraba a Varian — Demanitus a veces se excedía ocultando sus objetos.

— ¡Menos hablar y más enfoque en encontrar la salida, "ratita”!

Aún huyendo, Yong y Nuru lograron intercambiar una mirada de fastidio entre ellos. Sencillamente a veces no entendían como incluso en los momentos más peligrosos e inapropiados aquellos dos eran capaces de discutir.
Aunque bueno, desde aquella plática en el río era más justo decir que ahora eran más bien pequeños duelos por la superioridad.
Algunas veces ganaba Varian y otras veces ganaba Hugo, por lo que parecía haber cierta justicia en ello.

Todo muy bonito, si, pero era ridículo que se ocuparán en esa clase de cosas cuando había un grupo de pequeños, pero numerosos seres del tamaño de un coco persiguiendolos y lanzandoles sus armas diminutas pero mortales.

— Hugo, ¿por dónde?... — Apremió Yong, observando al rubio con un destello de miedo y desesperación en sus ojos.

Llevaban ya un rato corriendo y su energía no era infinita. En cualquier momento se cansarían, bajarían el ritmo y la poca ventaja que tenían sobre esos demonios en miniatura se iría.
El rubio debía actuar, y rápido.
Por lo que se obligó a recordar todo el trayecto que habían emprendido, reproduciendolo en inversa en su mente para dar con la salida, rogando para que su intuición no le fallara.

— ¡A la derecha, ya!

Todo el grupo siguió la órden, topandose con un pasillo que conducía a cientos de pasillos más idénticos a ese.
Parecía un bucle del que jamás podían salir...

— Izquierda y derecha... Luego dos pasillos rectos y luego izquierda otra vez.

Claro, de no ser por Hugo.

Continuaron con esa estrategia un par de minutos más, sintiendo cómo empezaban a agotarse de tanto correr y escuchando los gruñidos de esas molestas criaturas cada vez más cerca, hasta que finalmente al doblar una esquina observaron el pasillo final, un camino de unos cincuenta metros con una escalera de cuerda que conducía a la salida de aquella prueba al final.

—¡E-el final! — Exclamó Varian —Y-ya... Ya casi...

La voz entrecortada y jadeante de el ojizarco no le gustó nada al rubio.
El alquimista estaba en buena forma, sí, pero no estaba acostumbrado a correr distancias tan largas a diferencia del ojiverde.

Por lo cuál Hugo se acercó a él para hacer que Varian se apoyará en él, haciéndolo avanzar más rápido.
Justo a tiempo, porque Varian ya era incapaz de seguir el ritmo.

— H-Hugo... ¿Qué estás...?

— Agradeceme luego.

Varian no rechistó mucho después de eso. Su garganta y boca estaban secas y comenzaba a arder, escuchaba el latido acelerado y desbocado de su corazón retumbar en sus oídos, aturdiendolo un poco, además de que su pecho dolía un poco.

— Varian... Aguanta...

La voz de Hugo, que ahora se oía sofocada y distante, fue lo único que lo mantuvo consciente para seguir avanzando, por difícil que fuera.

30 días de OTP (VARIGO) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora