Capitulo 5: Dos Personas Destinadas a Encontrarse, Hasta Esquivándose coinciden.

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Hola!! Una vez mas les traigo otro capitulo, eh tardado un poco mas de tiempo debido a algunos asuntos escolares. Espero que disfruten el capitulo🖤

CAPITULO 5: Dos Personas Destinadas a Encontrarse, Hasta Esquivándose coinciden.

***


Esa fría mañana de invierno Hinata se encontraba frente al departamento de Uchiha Sasuke, no es que fuera la primera vez ni mucho menos, pero una cosa era ir de vez en cuando por el tratamiento en los ojos y el otro era cuidarlo de tiempo completo. Se sabía que el carácter de el Uchiha no era el mejor, que al único que toleraba era a Naruto, y que le gustaba soltar comentarios hirientes. Ella misma había sido testigo de varios desplantes de Sasuke hacia las enfermeras o voluntarias, aunque también comprendía que había estado demasiado tiempo viajando solo durante su era de venganza que; ahora le era difícil interactuar con la gente.

La Hyuga dio un suspiro, saco las llaves de su chaqueta y se dispuso a entrar al departamento que se mantenía en completo silencio. Seguramente Sasuke aún se encontraba dormido. Hecho un vistazo al lugar, dándose cuenta de que se encontraba ordenado y limpio. Coloco varias bolsas en la mesa, comenzando a sacar los alimentos que había pasado a comprar al mercado. Cosas en su mayoría indispensables como fruta, leche, huevos, y entre otras cosas. Aun no estaba segura de que podría gustarle al Uchiha, pero si este era su ultimo día ahí por lo menos le daría un buen desayuno al chico antes de irse de su departamento. Abrió la nevera con la intención de acomodar la pequeña despensa que había traído consigo, sacando otros alimentos para el desayuno.

Sasuke aún se encontraba en su habitación, había escuchado el sonido de la puerta abriéndose. Seguramente era la Hyuga quien había llegado más temprano de lo que había anticipado. Era típico en la mujer cuando iba por el tratamiento de sus ojos. Y no es que le molestara, de hecho, le parecía una buena cualidad. Algo que no le extrañaba viniendo de un clan tan estricto como el Hyuga. Después de todo ella era la heredera. Bufo ante el pensamiento, recordando un poco a su padre quien en sus recuerdos parecía como alguien intimidante y siempre correcto. Dándose cuenta de algo, no podía recordar más allá de eso. Ni si quiera sabía si los recuerdos que guardaba en su mente eran hechos por el o por momentos vividos junto a su familia. Un gruñido salió de sus labios, sintiéndose molesto ante esa situación.

El Uchiha se encontraba inmerso en sus pensamientos, cuando escucho un ligero tarareo. Era una melodía suave que le hizo recordar a su madre. ¿Acaso se había vuelto a quedar dormido? Sintió sus músculos tensarse al instante e incorporándose de la cama, abrió muy lentamente la puerta. Encontrándose una escena que lo hizo parpadear varias veces tratando de discernir si era realidad o producto de su imaginación. Pues por un momento tuvo un dèjá vu, la imagen de su madre en la cocina. Cerro los ojos sintiendo su pecho apretarse, moviendo la cabeza varias veces. Como tratando de quitarse esa imagen y cuando volvió a abrirlos. En la pequeña cocina dándole la espalda se encontraba Hinata. Detallando a la Hyuga, se fijó que su cabello era largo hasta la cintura, y aunque sus ropas eran holgadas su cuerpo era pequeño. Por obvias razones no era su madre, pero esa tonada... Sabía que de ella la había escuchado cuando era niño. Sin querer interrumpir, salió de la habitación con destreza aun rondándole en el pensamiento aquella melodía.

Hinata por su parte escucho la puerta cerrarse a lo lejos, tal vez el Uchiha ya se había despertado. Así que cortando los tomates que aún le faltaban, los coloco en un recipiente en la mesa. Seguido de dos pequeños tazones de sopa de miso, otros dos más con arroz y un trozo de Salmon a las brasas para cada uno. Alzando la mirada, se topó con los ojos negros del Uchiha que la miraban atentamente desde el marco de la puerta. Sintiéndose nerviosa por el hombre que tenía frente a ella, le dio una pequeña sonrisa antes de decir algo.

-Buenos días Uchiha-san. – saludo. – toma asiento, el desayuno esta servido. -

-Hn...- Sasuke soltó un bufido antes de tomar asiento en la mesa, admirando el desayuno que tenía frente a él.


Sasuke recordó  a su madre de nuevo, el cómo le servía el desayuno tan detalladamente cuando era niño que lo hizo chasquear la lengua con fastidio. ¿Porque estaba teniendo esta clase de recuerdos? ¿Acaso la Hyuga los estaba causando? Con cuidado y sin usar demasiado el hombro, espero a que Hinata tomara asiento frente el para comenzar a comer en silencio.

Hinata tomo el comportamiento del Uchiha como algo normal en el mientras se llevaba un bocado a los labios. – Sakura me dijo que están trabajando en tu casa. – comento tratando de hacer algún tipo de conversación con el chico. -

-Sasuke alzo una ceja ante el comentario, si la Hyuga tenía tantas ganas de hablar entonces le preguntaría eso que le había estado rondando la cabeza por semanas. -  mejor dime, porque le dijiste a la Senju que tratarías de desbloquear el cumulo de chacra en mis ojos? Cuando lo hiciste el día del accidente. -Sus ojos se clavaron en los ojos perla mientras una sonrisa de medio lado se dibujaba en sus labios. A él le gustaba desayunar en silencio. Estaba ahí para ayudarle en las tareas básicas no para sacarle platica. -

-Hinata abrió mucho los ojos con un enorme sonrojo debido a la vergüenza que Sasuke le estaba haciendo pasar, se mordió los labios. Bajo la mirada rápidamente, llevándose la taza de té a los labios le dio un trago antes de volver sus ojos al chico frente a ella.

– porque no sabía si el hokage lo autorizaría– respondió de forma sincera. – yo también perdí la vista un tiempo, se cómo se siente. Además. – titubeo un poco. – podría haberme metido en problemas al ser un secreto guardado por mi clan.

Sasuke gruño como respuesta. La mujer frente a él no estaba mintiendo. Desde tiempos antiguos, mucho antes de que Konoha u otras naciones fueran fundadas. Los secretos de un clan eran celosamente guardados, sobre todo para evitar que otros pudieran usarlos en su contra. Un ejemplo de ello era el sello del pájaro enjaulado del clan Hyuga para los miembros de las ramas secundarias, que fue creado con el fin de una vez que el miembro muriera. Además de brindarles control sobre ellos. El Byakugan no podría ser robado por nadie. Aun ahora, un kage no era capaz de acceder a estos secretos por la misma seguridad del clan.

- tu padre se enterará de igual forma, lo sabes verdad? – Sasuke pregunto más por incomodar a la Hyuga que por otra razón, mientras tomaba una cuchara para comer la sopa de miso. Probándola se dio cuenta de que Hinata tenía talento para cocinar pues la sazón le recordaba a uno de hogar. Llevaba tanto tiempo viajando solo, comiendo cosas improvisadas que una pequeña parte de él agradecía el gesto. Pero la mayor parte de él seguía pensando que era blanda y débil.

- Lo sé...-la Hyuga susurro bajando nuevamente la mirada. – pero también sé que, de no hacerlo, seguramente ahora estuvieras ciego y sin poder utilizar el Sharingan o rinnegan. -tomando con ambas manos la taza de té, disfruto del calorcito que esta le transmitía en esa mañana tan fría. – Y Naruto-kun estaría triste por ello...-

-Sasuke en ese momento alzo la mirada con el ceño fruncido, entonces todo había sido por quedar bien con el Uzumaki. Mas que una razón humanitaria, era porque de alguna forma quería demostrarle al zopenco de su amigo que era capaz. Y de repente el apetito se le había ido. – qué razón tan estúpida -susurro levantándose de su asiento para caminar de regreso a su habitación.

Para Uchiha Sasuke, el amor era irrelevante. El amor dolia, heria y traicionaba. Era esa llave que se le da a alguien más para herirte. En cambio, prefería la amistad, que daba igualdad, comprensión y, sobre todo. Salvaba.

Hinata se quedó sola en la cocina, mas no juzgo al Uchiha en ningún momento. Comprendía que su camino había sido tan solitario, tan doloroso que, aunque se llegara a él con buenas intenciones. Siempre buscaría la forma de herir porque era todo lo que conocía y lo que entendía por ahora. La Hyuga soltó el aire que no se dio cuenta retenían sus pulmones para comenzar a levantar los platos de la mesa.


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Naruto caminaba por las calles de Konoha en su diario recorrido a la academia ninja. Para esa hora, los negocios comenzaban a también abrir sus puertas y los civiles se encaminaban rumbo a sus trabajos. Miraba con alegría como poco a poco la aldea comenzaba a levantarse nuevamente. Ya no eran las mismas calles que recorría de pequeño desde el ataque de Pain y mucho menos después de la guerra sufrida seis meses atrás, pero estaba seguro de que esta no sería la excepción. Lograrían salir adelante una vez más.

Unas calles más adelante se encontraron con la florería de los Yamanaka, algunos comensales salían del establecimiento con ramos de todo tipo de flores. Recordando a Hinata, decidió entrar, tal vez Ino podría darle un consejo de los ramos que podrían gustarle a la Hyuga. Después de todo tenía nula experiencia en conquistar mujeres y si se ponía a analizar mejor las cosas Sakura no contaba demasiado dado a sus constantes rechazos. Hasta hacia muy poco sus sentimientos por la Haruno seguían siendo los mismos que cuando era niño, pero había comprendido que ella se sentía del mismo modo por su amigo Sasuke. y quien era el para intervenir en su felicidad? Aunque aún no sabía si el Uchiha realmente le iba a corresponder a su amiga, pues jamás llego a interesarse por nadie y hasta ahora tampoco se le veía algún tipo de interés por el amor en general.

Sin más se adentró a la florería siendo recibido por Ino quien tenía una gran sonrisa.

-Buenos días! ¡En que puedo... -Ino se abrió mucho los ojos sorprendida por quien entraba al local- Naruto! ¿En qué puedo ayudarte? -pregunto alegremente la Yamanaka. -

-Naruto se rasco la mejilla con nerviosismo. Tal vez volvería otro día con más calma, pues si algo tenia Ino era que hacía que la comunicación fluyera en la aldea como pan caliente. Al darse la vuelta se topó con unos ojos negros y un rostro inexpresivo. Era Sai quien llegaba a visitar a su novia. – Sai! -saludo el Uzumaki con una gran sonrisa, pues hacia meses que no lo veía. -

-Sai al ver a su antiguo compañero de equipo simplemente hizo una mueca, que a su parecer asemejaba a una sonrisa. – buscas algo en especial? -pregunto tomándole los hombros para hacerlo volver al mostrador. -

-La Yamanaka veía divertida a esos dos, riendo un poco. - buscas algo para... Hinata? -se acercó un poco más al chico mientras recargaba los codos en el mostrador. - puedo mostrarte unos hermosos ramos! -

-Naruto ante la presión del momento solo rio nervioso y asintió sin decir nada más. -

-Sai tomo asiento en el mostrador. - pensé que las flores serian para Sasuke -cruzo los brazos- como son tan unidos, pensé que ya se habían confesado sus sentimientos -rio entre dientes. -

Naruto quien había comenzado a ver los ramos de lirios, fue interrumpido por el comentario del chico para alzar la mirada en un gesto de asco.

-Tu no conoces la amistad, ¿verdad? -pregunto ofendido el Uzumaki. –

-El pelinegro al ver que había conseguido su cometido, siguió el juego. – Yo no buscaría a un amigo por cielo, mar y tierra. Tal vez a Ino si porque es mi novia, pero a un amigo no. – respondió Sai con sinceridad. -

El Uzumaki entrecerró los ojos con claro fastidio, él había sufrido todo tipo de situaciones por salvar a su amigo. Y claramente no se arrepentía de ello, en algunas ocasiones si llego a preguntarse por qué lo hacía. Porque por Sakura no era, él quería al Uchiha como más que a un hermano. Era difícil definirlo, pero era un lazo que claramente nadie comprendía. Suspiro acomodándose mejor la banda de la cabeza.

- Yo hago eso por amigos, porque es mi camino ninja. ¿Como puedo ser Hokage o ser digno de serlo si no puedo salvar a alguien? -pregunto al aire mientras seguía caminando por la florería con los ojos puestos en las diferentes clases de flores. -

-Sai alzo las manos en son de paz- mejor cómprale a mi futura esposa unas rosas y no volveré a molestar a tu novio. -le sonrió. -

- cariño -la Yamanaka intervino. -mejor ve por los ramos que están en la bodega. – le pidió de forma cariñosa, volviendo los ojos a Naruto quien parecía confundido entre cual debería escoger. - sabes -se acercó hasta tocarle el hombro al rubio- porque no le regalas unas rosas rojas. Simbolizan amor – a todas las chicas nos gustan las rosas. -

-Naruto inmediatamente asintió. – dame uno para llevar! -respondió, sacando el monedero de rana. – te lo pagare de una vez para no ver a ese idiota de nuevo -gruño dándole el dinero y tomando el ramo, salió de ahí corriendo. -

-Ino simplemente lo despidió con la mano. Al parecer todos estaban siguiendo su propio camino, quien sería el primero de casarse de todos nueve novatos de Konoha. La Yamanaka junto sus manos con emoción de solo pensarlo. -

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Sakura esa mañana se encontraba terminando una de sus primeras rondas por las habitaciones de sus pacientes, cuando recordó que hoy sería el primer día de Hinata en el departamento de Sasuke. Al final de su jornada de trabajo iría al departamento del chico para asegurarse que todo estuviera yéndoles bien. Después de todo la Hyuga era su última esperanza ya que no tendría a quien mandar si decidía no volver.

-Sakura – Tsunade quien iba saliendo de su oficina llamo a la Haruno. - a ti te estaba buscando, quiero platicar contigo. -abriendo nuevamente la puerta, se adentró y después de darle paso a su alumna. Cerró la puerta tras de sí.

La Haruno tomo asiento frente a su maestra, sintiéndose nerviosa por lo que sea que fuera a decirle. Comenzó a mover el pie pensando en que tal vez, Hinata había desistido tan temprano después de su primer día.

-Relájate -sonrió la Senju, sacando una botella de sake con dos pequeñas tazas. Mientras servía los tragos miro fijamente a la peli rosa que tenía frente a ella.

-Sakura se relajó ante las palabras de la Senju, pero igual estaba expectante ante lo que fuera a decir. - paso algo? – pregunto.

- No te desesperes que pronto sabrás – la rubia sonrió deslizando la pequeña taza de sake a la chica frente a ella y luego se llevó la suya a los labios. Degustando su sabor. -


Kakashi iba caminando por los pasillos del Hospital de Konoha mientras mantenía una animada plática con Shikamaru Nara, su consejero. Ambos se detuvieron frente a la puerta de la oficina de Tsunade tocando esta varias veces.

-adelante! -alzo la voz Tsunade que al ver como se abría la puerta, su sonrisa apareció nuevamente- bienvenidos, estaba a punto de explicarle a Sakura el nuevo proyecto.

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