By: Tom.
Había pasado una semana y el omega no despertaba, su cuello ya había sanado por completo y su cuerpo se estaba reponiendo gracias a la medicina que tenía conectada al brazo. No podía evitar dormír con él todas las noches, su aroma me embriagaba y me ayudaba a conciliar el sueño. El no se movió ni una sola vez, ni siquiera cuando volví a lamer sus heridas para acelerar el proceso o cuando lo olfatee después de bañarlo.
Me apoyé en el escritorio mientras revisaba los documentos del último envío.
— Sospechamos de Ria.— Hablo Gustav desde su asiento.
— Diablos ¡no! amo a las chicas de Ria.— Se quejo Georg al discutir de nuestro posible topo.
— Investiguen y si es ella, traiganla ante mí, me agradará escuchar sus últimas palabras.— Ordene sin ningún tipo de remordimiento.
Ría pudo a ver sido la Omega perfecta para llevar a mis cachorros no solo por su inteligencia y encantos, también por el linaje de su sangre. Sin embargo la única conexión que pude tener con ella había sido fraternal y eso la había convertido en una parte fundamental en la manada, mucho me lamentaba tener que deshacer de ella si resultaba ser la traidora.
Los chicos me miraron por unos segundos para después asentír con la cabeza y salir del despacho. Después de la masacre en la casa de Gordon no debería haber más topos en la red pero parece que siempre hay manos que quieren abarcar más de la cuenta.
De un momento a otro escuché gritos en el piso de arriba. Apague mi cigarrillo y subí tranquilamente a pasos lentos.
— No te lastimare, te lo prometo.— Emily mi ama de llaves intentaba calmar a un asustado omega mientras este le apunta con una de mis armas favoritas.
— Omega.— Lo llame con firmeza, y los ojos del chico se movían hacia mí con una mirada completamente aterrada, sus manos temblaban y su respiración era inestable.— Suelta.
Las manos del cachorro temblaban pero no soltó el arma. No quería usar mi voz en él, en su estado actual y luego de haber despertado de un sueño tan largo podría salir lastimado. Entré a la habitación por completo dándole una señal simple a Emily para que saliera.
El chico cambió su objetivo hacia mi al ver que me acercaba.
— Necesito que sueltes el arma y te calmes, tu cuerpo no necesita estar bajo presión en estos momentos.
El chico negó con la cabeza mientras se alejaba unos pasos de mi, su caminar era inestable, como un pequeño ciervo.
— Entonces que esperas dispara.— Dije acercándome por completo a el para que el arma quedará junto en medio de mi pecho, los ojos del niño se abrieron de par en par sin poder creer mis palabras.— Si no quieres dejar el arma y te sigues sintiendo inseguro, dispara.
El Omega me miraba asombrado mientras su manos temblaban, el arma era demasiado pesada para su estado actual, sus ojos denotaron sus dudas mientras soltaba la pistola en la mesa que tenía aún lado.
— Buen niño.— No pude evitar sonreír. Elimine el espacio que quedaba entre nosotros y lo cargue como lo haría con un niño, el enseguida soltó un pequeño grito al sentirse en el aire y se aferró a mis hombros para evitar caer.
— Iremos abajo a comer y a que tomes algo de aire ahora que estás despierto.— Dije mirándolo fijamente un rato antes de acercarme a su oído y susurrarle.— Y la próxima vez que uses un arma, quitale el seguro antes de apuntar.
Narrador .....
El alfa lo llevaba en sus brazos como si no pesara nada, y la verdad es que eso era posible, años de solo tener relaciones intermitentes de comida en mal estado o sobrante le habían quitado gran parte de su masa.
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La Luna De Un Alfa...(Toll,Twc)
WerewolfEl mundo es un lugar cruel para un omega, aún más si naces en una de las familias de la mafia. Bill no recuerda cuándo fue la última vez que comió, que sonrío, que vio la luz del sol. Sus días eran agónicos y solo había una cosa que ansiaba, la muer...