Capítulo 4

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Y aquí estoy yo, dudando indescriptiblemente en enviar un mensaje al papel que ahora reposa en mi mesa.

Ayer, cuando estaba charlando con Nevae, la curiosidad me ganó y abrí mi mano que antes estaba hecha un puño, —claro que mi amiga no se dió cuenta, ya que lo hice con suma discreción— cuando sentí que era un papel, lo guardé en mi bolsillo rápidamente para verlo más tarde, puesto que no le tomé mucha importancia.

Ahora estoy mirando fijamente el número, por el hecho de que abrí el papel esta mañana por un descuido. Mi gato Ginger parece que intenta entenderme, puesto que puedo jurar que me mira desconcertado por mi actitud.

──No me mires así Ginger, estoy muy frustrado por no saber qué hacer.

Camino en dirrección a mi cama, y me recuesto de espaldas sobre ella. Miro mi teléfono que ahora está a mi derecha, y es ahí cuando sé que con certeza que ya tomé una decisión.

──A la mierda todo. ──Tomo mi teléfono rápidamente y agrego el dichoso número de la chica. Creo que todo lo hago muy rápido, a que el pobre de Ginger sale espantado de mi habitación.

¡Ánimo Jacob!

Miro el nombre agendado en mis contactos.

¿Y ahora qué?

»Hola chica con ojos absortos de mucha tristeza, que por alguna razón llaman mi atención.

»Hola mujer sexy que lucía un hermoso encaje negro.

No. Definitivamente, no.

Por muy tentador que suene la segunda opción, no puedo.

Tomo el celular entre mis manos, jugueteo un poco con el hasta que por fin me decido en dejar un mensaje simple, después de pensarlo un poco.

Hola Sky. Este es mi número.

¡Ya está hecho!

Me levanto de mi cama dejando el celular en ella. Procedo a tomar mi toalla que antes estaba en un perchero, para darme una ducha. Falta más o menos una hora para que me toque ir a la facultad.

Retiro mi camiseta, y guindo mi toalla de mi hombro.

En mi caminata para el baño, paso por mi espejo de cuerpo completo, y me es imposible no posicionarme en el para ver mi reflejo.

──Si pudiera besarme a mí mismo, lo haría. ──Paso una mano por mi cabello, y luego de hacer eso, me dictamino en seguir mi curso nuevamente hacia el famoso cuarto de baño.

Mañana voy a retomar el correr por las mañanas.

*****

──¿Cómo vas, Jacob? ──Pregunta mi compañero Rogan, asomándose así mismo, por una esquina del lienzo que ahora está cobrando vida; gracias a los múltiples colores que ahora le implemento.

Cruce de miradas #1 [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora