Jamás pensé que en el infierno en dónde estaba, encontraría al ángel que me rescataría.
En dónde Taehyung se ofreció a subastarse tomando el lugar de su hermanita menor en un burdel de clase alta.
Y en dónde Jungkook es un empresario millonario, que...
Estábamos en el auto del azabache, Jungkook estaba conduciendo, Jennie iba en la parte de atrás, y yo en el asiento del copiloto.
—¿Cuántos años tienes Jungkook?—preguntó el rubio, rompiendo el silencio.
—Tengo 25 años—respondió.
—Woah. Eres joven—dijo Jennie desde la parte de atrás.
—Si eres joven—estuvo de acuerdo el doncel— Demasiado para tener ya tu propia empresa.
—En realidad, la empresa era de mi padre, cuando cumplí la mayoría de edad la heredé—contó—Pero estoy orgulloso de todo lo que he logrado por mi cuenta.
—Estoy seguro, de que eres excelente en tu trabajo— halago el rubio.
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Ya nos encontrábamos frente al centro comercial, caminábamos de manera calmada hacia la entrada del lugar. Pero algo que les llamó la atención a los hermanos, eran las dos largas filas de personas —las cuáles eran empleados del lugar — a ambos lados de la puerta.
¿Esperaban a una celebridad o que?— pensó el doncel. Tomando la mano de Jennie.
—Bienvenido Señor Jeon— dijeron en una sola voz los empleados.
Oh.
—Gracias por su cordial recibimiento—habló alto Jungkook— Ellos son los Kim, y espero que los atiendan como se lo merecen ¿Entendido?
—Si señor— respondieron.
—Okey, sigan con sus respectivos trabajos—dicho eso todos se retiraron del lugar.
—¡Oh por Dios TaeTae, me sentí como una celebridad!—dijo Jennie dando saltos emocionados en su lugar todavía con su mano entrelazada con las del doncel. Sacándoles unas carcajadas a los mayores.
—¿Que fue eso Jungkook?—preguntó Taehyung con curiosidad.
—Tengo acciones en este centro comercial. Contacte al dueño, para pedirle que solo nosotros estemos hoy aquí— explicó con simpleza.
—ENSERIO!?—preguntaron sorprendidos los hermanos.
—Si vamos—respondió Jungkook, para tomar de la mano al rubio. Para comenzar a caminar juntos.
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