── ࣪ @ 𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐀𝐒 ๑.
Vaggie Bennett, una joven de 22 años, trabajaba como "dama de compañía" de la gran princesa Charlie Morningstar. Su amor platónico, se conocían desde que eran niñas. Pero ahora, Charlie...
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En la elegante habitación de los reyes del infierno, del palacio real, la reina, Lilith. Se encontraba caminando de un lado para el otro, con gesto serio y decidido, mientras hablaba por teléfono con una voz autoritaria.
─── ¡Sí, estoy al tanto de la situación! ─── alzo la voz la reina mientras hablaba por teléfono. ─── Chicas, les ordeno que en esas 3 bolsas negras pongan los documentos que estan arriba de mi escritorio, mis 3 zapatos favoritos y mi caja blanca con rosa que esta arriba de mi tocador. ¡Ahora! ─── alzo la voz algo harta. Pero después se relajo. ─── Porfavor.
Ordeno a tres sirvientas que estaban ahí, entre ellas, Vaggie. Ella solo estaba de pasada por ahí y la reina la tomo para que la ayudara. Al escuchar la orden se apresuraron a cumplir con las órdenes de su majestad. Sin embargo, a medida que llenaban las bolsas, comenzaron a murmurar entre ellas.
─── ¿Has notado lo extraño que es esto? ─── murmuró una de las sirvientas, quien se encargaba de los zapatos.
─── ¿Porqué? ─── preguntó en murmuró otra sirvienta, la que guardaba con cuidado la caja.
─── La reina estuvo todo el día pegada a su celular. ¡Parece que tiene una reunión de suma importancia!
─── ¡Hey! ─── interrumpió Vaggie, murmurando igual. ─── dejen de hablar, la reina se puede molestar. Además, ¡esa no es la caja, esa es la del rey! ─── le quito la caja a la chica que la sostenía.
─── ¡Ay vamos Vaggie! No me digas que no te da curiosidad lo que pasa...
─── Son los reyes, los amos, del infierno. No se porque aún no se acostumbran a todo esto... ─── suspiró pesadamente la de piel lavanda mirando a sus compañeras.
Agradecía que la reina estuviera más concentrada en su llamada que en darse cuenta que sus sirvientas sólo estaban conversando.
─── ¡Si pero!...la reina lleva 3 cosas. El rey no lleva ninguna, y por alguna razón...el príncipe irá con ellos.
Al mencionar al príncipe (Alastor) las sirvientas dieron pequeñas risitas algo sonrojadas. Vaggie solo rodó los ojos cuando lo mencionaron. Por alguna razón, varias de las sirvientas se sentían atraídas por Alastor. Y no entendía el porqué.
─── Miren, no sé a que se debe esto, pero algo importante debe estar sucediendo. No podemos perder tiempo, debemos terminar pronto. ─── ordeno Vaggie, haciendo volver a la realidad a ambas sirvientas.
Vaggie se dirigió a la oficina de la reina, que también estaba en su habitación. Se acercó al escritorio para buscar los papeles, encontrándose con un montón de documentos apilados sobre la mesa. La reina le indicó que las hojas eran amarillas, lo que facilitaría su reconocimiento. Una vez localizadas, las tomó y salió de la habitación. Sin embargo, justo al salir, tropezó con sus propios pies, haciendo que las hojas se dispersaran por el suelo. Vaggie soltó un gruñido de frustración por su torpeza, pero se apresuró a recogerlas todas. Agradeció que estuvieran numeradas, lo que facilitaba su tarea. Mientras las recogía, no pudo evitar echar un vistazo a algunas de las hojas, pero ninguna llamó su atención hasta que alcanzó la última. En ella, se mencionaba algo sobre el cielo y la admisión de alguien, y un nombre escrito ahí la dejó pálida. ¿Adam? ¿¡Qué cara-
