── ࣪ @ 𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐀𝐒 ๑.
Vaggie Bennett, una joven de 22 años, trabajaba como "dama de compañía" de la gran princesa Charlie Morningstar. Su amor platónico, se conocían desde que eran niñas. Pero ahora, Charlie...
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Los pasillos del palacio siempre fueron demasiado silenciosos, a pesar de que hubiera sirvientas trabajando las veinticuatro horas. El único sonido que podías escuchar era el de los candelabros moviéndose por el aire y los pasos de quien caminaba por los pasillos. En este caso, Vaggie.
Vaggie se encontraba caminando hacia la habitación del rey como él lo pidió. Rara vez el rey le pedía algo a Vaggie y si lo hacía le pedía cosas muy pequeñas. Como llamar a Charlie o a cualquier otra persona, revisar la correspondencia, cuidar el jardín entre otras. Así que no esperaba mucho de esta tarea. El corazón del rey era muy bondadoso, tal vez, aún conservaba un poco de la pureza del ángel que alguna vez fue.
Vaggie tocó la puerta tres veces, después de que le concedieran el permiso para entrar, abrió la puerta lentamente.
─── Su majestad, ¿me llamó? ─── dijo con una voz suave. Asomando solamente la cabeza.
Vaggie alzo una ceja al ver que el rey estaba muy...¿concentrado? Observando su taza de té, mientras que una de sus manos tocaba su rostro, específicamente su mejilla. Al escuchar la voz de Vaggie, giró su rostro hacia ella y esbozó su natural sonrisa.
─── Vaggie, adelante, pasa. Necesito tu ayuda con algo. ─── Lucifer sostenía una elegante taza en sus manos, su sonrisa era cortés, pero algo en sus ojos revelaba una sombra de inquietud.
Vaggie entró en la habitación con cierta cautela, observando con detenimiento los detalles. El ambiente era imponente, con una decoración opulenta que reflejaba el poder y la riqueza de su dueño. No esperaba menos de un rey. Acomodó su postura y deslizó un mechón de cabello detrás de su oreja, intentando parecer relajada.
─── Dígame, su majestad... ¿en qué puedo servirle? ─── preguntó, con un tono de respeto medido.
─── Lucifer, Vaggie ─── la corrigió con suavidad, dando un par de pasos hacia ella. ─── Pero antes de entrar en detalles... ─── levantó la taza de té hacia ella con una leve sonrisa en los labios. ─── ¿Te gustaría probar mi té? Yo mismo lo preparé.
Vaggie arqueó una ceja, sorprendida por el gesto. Aunque la invitación parecía genuina, había algo más detrás de su voz, una emoción que no lograba descifrar del todo.
─── Claro, su maje...quiero decir, ¿Lucifer? ─── respondió, intentando corregirse, y luego soltó una pequeña risa nerviosa.
Lucifer rió con ella, su tono cálido pero insistente. ─── Acostúmbrate, por favor. Nada de formalidades entre nosotros.
Vaggie tomó la taza con cierto recelo, pero su curiosidad la superaba. Llevó la bebida a sus labios y le dio un sorbo, dejando que el sabor se asentara en su paladar. Después de unos momentos, una sonrisa se dibujó en su rostro.
─── ¿De verdad preparó usted este té? ─── preguntó, algo incrédula, aunque no del todo.
Lucifer asintió con una expresión de orgullo. ─── ¡Así es! ─── respondió con entusiasmo.
