xvi. interrogaciones y sombras| 016

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En algún rincón del infierno, Alastor se encontraba en su pequeña y simulada estación de radio, apartada de la civilización y no muy lejos del palacio

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En algún rincón del infierno, Alastor se encontraba en su pequeña y simulada estación de radio, apartada de la civilización y no muy lejos del palacio. Estaba de pie, caminando de un lado a otro, mientras analizaba la escasa información que había logrado reunir.

Definitivamente, algo había sucedido entre Charlie y Vaggie. Algo que Charlie se había negado a compartir con él. No es que esperara lo contrario; Charlie, aunque poseía una personalidad aparentemente blanda, era astuta. Sin embargo, esa inteligencia no siempre la utilizaba a su favor, dejando a veces que sus emociones nublaran su juicio.
A juzgar por la vulnerabilidad que mostró el día anterior durante su conversación, algo muy grave debía estar ocurriendo. No era común que Charlie, la que inició el pacto de no tener ese grado de intimidad, decidiera apoyarse en su pecho y quedarse dormida con una sonrisa en los labios.

De repente, alguien tocó a la puerta. Alastor sabía exactamente quiénes eran, así que interrumpió su caminar y se tomó un momento para alisar su traje con elegancia. Segundos después, la puerta se abrió, revelando a dos pecadores que aguardaban al otro lado.

─── Husk, Angel, mis amigos ─── dijo Alastor entre dientes, en realidad, no sentía ningún apego por ellos. ─── Los estaba esperando.

Husk, con una expresión de irritación evidente, fue el primero en cruzar el umbral de la puerta.

─── Deja de fingir y vayamos al grano ─── gruñó el felino, cerrando la puerta tras de sí con un golpe seco una vez que Angel también había entrado.

─── Wow, ¿en serio vives en este basurero? ¿Acaso el rey no pudo ofrecerte algo mejor? ─── se burló Angel, paseando la mirada por la modesta y desordenada habitación.

Alastor esbozó una sonrisa tensa, pero su tono se volvió más frío al responder.

─── Por favor, Angel, no te atrevas a insultar este lugar. No eres precisamente el más indicado para juzgar dónde vive alguien. Además, no dependo del rey para todo.

Angel rodó los ojos con un gesto exagerado, mientras el silencio incómodo llenaba la habitación, casi palpable en el aire. Tras unos instantes, Alastor se aclaró la garganta, rompiendo la tensión antes de hablar nuevamente.

─── Los he convocado aquí porque necesito información. Información que solo ustedes pueden proporcionarme...o al menos eso espero.

Husk y Angel intercambiaron una mirada llena de incertidumbre. ¿Qué podrían decirle a Alastor? Sus vidas carecían de emoción, nada que consideraran digno de compartir. Sin embargo, la curiosidad los empujó a observar a Alastor con creciente intriga.

─── La fiesta de Asmodeo ─── soltó Alastor mientras sus ojos se clavaban en ellos, analizando cada reacción.

Ambos se tensaron de inmediato.

─── Por supuesto, sé que se desviaron de su trabajo ─── continuó Alastor con un tono firme, casi teñido de enojo ─── Pero no creo que hayan pasado toda la fiesta en ello. ¿O me equivoco?

TENTACIONES PROHIBIDAS ─── chaggie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora