Seis

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Estuve unas horas acostada hasta que se escucharon unos golpes en la puerta.

Maddie soy Alexis.

Vete.— pedí.

—Estoy con Liss, por favor abre.—

Váyanse no quiero verlos.

Te trajimos sushi de tu lugar favorito.sonó la voz de Liss.

Me levanté y abrí la puerta. Tenía mucha hambre.

Maddie lo sentimos.

¿Por qué no me lo dijeron?

Es que tu te veías tan feliz.

Pero todo era falso ¿No ven?

Maddie perdón.

¿Y mi sushi?

Ehh... Liss ve a comprarlo. Liss lo miró mal pero asintió. —Yo te lo pago.

Liss se fué y Alexis se sentó conmigo en mi cama.

Maddie no te molestes conmigo.

Estaba molesta, eso es todo.

Oye no quiero que te pongas mal por el pendejo ese.

Voy a estar bien.— puse mi cabeza en su hombro. —Perdón por gritarte.—

Ni lo digas.

¿Te molestaste?

Na, te quiero mucho.— me abrazó.

Me acosté y el se acostó conmigo para abrazarme.

¿Qué haces?— pregunté.

Abrazándote.

Aléjate, es raro.

Se giró y quedó arriba de mi.

Esto es raro.— me quedé mirándolo fijamente.

Inconscientemente empecé a acercarme.

¿Qué piensas hacer?— preguntó.

Nada.

Entonces lo haré yo.— Terminó de romper la cercanía entre nosotros y me besó.

Basta.

Oh vamos.

No Alexis yo... Quítate.

No.— su respuesta me dejó helada. —El no te merece y no quiero verte triste, noté que puedo hacer que lo olvides aunque sea por unos segundos.

Eso no es cierto.

Tu querías besarme.— negué. —¿Te gusto?— negué de nuevo.

El no podía gustarme...¿Cierto?

—Bájate.—

Bien.

Un rato después llegó Liss con el sushi.

Gracias. dije mientras comía.

Alexis iba a agarrar uno pero lo impedí.

Oye yo quiero.

No me importa, compra los tuyos. lo miré y el me miraba con sus ojos tristes. —Bien. agarré uno con mis palillos y se lo dí.

Bajarte el egoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora