DIECINUEVE

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 ♠️ EL ADIÓS ♠️

—Que te vaya bien, Leonardo. Disfruta Los Ángeles

Sale del departamento y no puedo más, la perdí para siempre. Permito derrumbarme por primera vez, permito que el dolor que tengo en el pecho se apodere de mí por completo.

Ella no puede amarme, no puede amar este desastre. No puede.

No puedo permitir que me ame, no puede estar conmigo, no puedo darle la vida que merece. No puedo hacer que se conforme con tan poco, conmigo. Me he sentido bien por primera vez a lado de alguien más, pero no puedo dejar que se quede conmigo, no puedo.

—¡Joder! Que estúpido soy

Exploto. Grito con todas las fuerzas que tengo, me dejo caer en el suelo y solo puedo permitirme llorar, porque el sentimiento es tan fuerte que no puedo controlarlo. Estoy perdidamente enamorado de ella, pero no puedo permitirme esta vida, no puedo dejar que vea el caos que hay en mi vida...no puedo permitirme amar y ser amado.

No lo merezco, no la merezco.

Me levanto del piso, tomo mi ropa y me meto a la ducha, dejo que todas las lágrimas que he tenido que detener durante años salgan, solo necesitaba un motivo para dejar que estallarán, no podía acumular más. Las horas pasan, y me obligo a salir de la ducha, está amaneciendo, no sé cuánto tiempo he estado debajo del agua limpiándome las lágrimas.

Maia merece ser feliz, merece a alguien que no tenga miedo de amarla, que no sea un puto cobarde como yo.

Enredo mi cuerpo con una toalla, seco todo el rastro de debilidad que queda en mí. No puedo mostrarme débil ante el mundo

Me dispongo a buscar mi ropa cuando suena mi celular. William. Se me olvido por completo de que Ferney pidió que lo llamara anoche. Contesto sin detenerme a pensar las razones por las que llama.

¿Qué tal? —es lo primero que escucho.

—Ferney me hablo anoche para pedirme que hablará contigo ¿Qué sucede? —realmente espero que no sea nada grave

Nada, solo que...mi padre quiere que comience a adentrarme a tu empresa. —escucho como estatiza en la palabra tu. Nunca ha sido mía.

—No es mi empresa, es la empresa de la familia y ahora pasará a tus manos.

Es de la familia y de Charlotte.

Mierda. Se me había olvidado todo el problema que hay con esa mujer.

—Da igual, es momento de que estes al mando. Serás el primero en casarte

No quiero estar al mando de tu empresa.

—Tienes miedo, y lo entiendo, veras que con el tiempo te vas a adaptar a esa vida... —no deja que termine de hablar antes de interrumpirme

No lo entiendes Leonardo, no es lo que quiero para mí, ni para la familia que quiero construir con Claudia

Familia. Esa es la diferencia entre William y yo, él si ha crecido con una familia, yo no. Yo fui obligado a crecer y no tener idea de que es una familia.

—Mira, sé que al inicio puede parecer complicado...

Basta, no seas como papá. —yo no soy como ese hombre— No quiero eso, no pertenezco a esa vida, no me veo detrás de un escritorio dando órdenes, no quiero manejar tu empresa, la que has llevado por años, es tuya...no me pertenece, y tampoco la quiero.

—¿Y qué piensas hacer?

Tengo mi vida hecha, mis pinturas valen la pena. Mi vida son mis obras, y Claudia. No necesito más

Escuchar hablar así a mi hermano me da una punzada en el corazón, el si se permite amar y ser amado sin miedo a que le rompan el corazón, sin miedo a ser traicionado.

—Nuestro padre se enfadará demasiado, y... —me quedo callado, no puedo hacerle saber esto a mi hermano.

Termina de decirlo —me incita a hablar de nuevo. No tenía que abrir la boca

—Déjalo así. Ya tomaste tu decisión. —no lo obligaré a nada, yo no soy como mi padre.

Leonardo, termina de hablar.

Suspiro pesadamente y me paso una mano por el pelo antes de hablar.

—Ferney me hablo esta tarde para decirme que...si tú no te haces cargo de la empresa... —es mi empresa, no la pienso perder.

¿La puedes perder? ¿es eso?

—Si. Charlotte no quiere que... —no me deja terminar

Entonces me haré cargo de ella.

No, no permitiré que arruine su vida detrás de un maldito escritorio.

—No, no vas a dejar a un lado tu felicidad por la empresa.

Esa es tu empresa, es tu vida y si está en mis manos no perderla lo haré. No me importa hacerme cargo de ella, puedo hacerlo, por ti. Porque se lo importante que es para ti, no dejaré que la piérdanos...Leonardo, siempre has hecho todo lo posible por mí, es mi turno. Deja que alguien haga algo por ti por primera vez.

—No es necesario, yo sé que hacer para no perderla. —sé que debo hacer— Debo colgar, nos vemos en la boda.

Ya no tengo nada que hacer aquí, y no pienso quedarme de manos cruzadas mientras mi empresa puede pasar a manos de alguien más, sobre todo no puedo permitir que mi hermano arriesgue su felicidad por mí.

Antes de hacer la llamada, respiro profundamente y me armo de valor para afrontar mi nueva vida. Las decisiones que tomamos no siempre nos harán felices por completo, y eso lo tuve que aprender a base de dolor.

Mi padre siempre ha decidido que es lo mejor para mí y para su empresa. Una vez más lo ha hecho.

No estoy preparado para dejarla ir, no estoy preparado para irme de su lado, sin embargo, es lo mejor para los dos. Ella merece estar con alguien que sea de su edad, que le de ese amor de juventud, y yo, yo debo salvar mi empresa.

Marco el número de Ferney, sin darle más vueltas al asunto. Me contesta al tercer tono.

—Dile que acepto la propuesta. Me voy a casar con ella —es lo primero que sale de mi boca.

Sabía que tomarías la mejor decisión para la empresa. ¿Cuándo vuelves?

—Está noche, solo necesito hacer las maletas y despedirme de Max y su familia

Decirle adiós a mi chiquilla.

Bien, comprare los billetes para que puedas regresar lo más pronto posible. —solucionando las cosas de manera inmediata

Eso es lo que admiro de Ferney, siempre ha sido eficaz y leal, ha visto por mí y por la empresa. Siempre había dicho que si en algún punto de mi vida tendría que ser obligado a casarme sería con ella. Mi vida sería más fácil, sin embargo, la vida da mil vueltas, y mi obligo a tomar la decisión más estúpida de mi vida, casarme con una mujer que...ni palabras para describirla tengo.

—Nos vemos luego, Ferney.

Cuelgo, y es momento de dejar lo que viví atrapado en estás cuatro paredes. La felicidad que me ha dado este departamento nadie más me lo dará.

Es momento de decirle adiós. 

Menor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora