Una semana después.
—Fue una semana tensa... espero hayas dormido bien... —Kereem alzó la mirada para ver entrar a su hermano Naim.
—Lo fue, pero terminamos, gracias a Alá... —Eran las diez de la mañana y había anunciado a todo su gabinete descasar el fin de semana para retomar a sus puestos.
—Creo que tenemos un gran equipo. Sin embargo, no podemos bajar la guardia, hay mucho por hacer.
Kereem asintió, y le pasó algunos papeles a Naim.
—Este montón, debes fírmalo tú... Llamaré al asistente para que organice las reuniones de esta semana.
Naim aceptó y se quedó observando los papeles cuando dos toques en la puerta hicieron que ambos levantaran la mirada.
Era Emré con una sonrisa.
—¡Buenos días, majestades...! —ellos sonrieron ante su entrada, pero rápidamente el asistente general del palacio entró para informar.
—Señor, la mayoría de los ministros están instalados, se les pasó una carpeta al correo de las normas, saben que cada que entren al palacio serán registrados. Aquí están de forma ordenada sus oficinas, y... estas son las reuniones nuevas de esta semana...
—Bien...
—Por cierto, no sé si el ministro ya habló con usted de la invitación del señor Ibrahim...
Kereem se giró hacia Emré como si le preguntara con la mirada.
—A eso venía... —Emré se defendió.
Kereem despidió a su asistente, y Emré tomó asiento pasándole una invitación lujosa.
—Ibrahim Faisan... el petrolero más famoso de Arabia. Invitó a toda la familia real al cumpleaños de su esposa...
Kereem torció los ojos.
—Como si tuviera tiempo de sobra.
—En cualquier momento tu relacionista público entrará por esa puerta, y te dirá que es casi una obligación asistir.
—Como si ya no lo supiera... —Kereem abrió la invitación, había unos veinte pases, era en serio que había invitado a la familia real entera, pero iba a decepcionarse de que su padre no estuviera presente.
Tiró la invitación, era este viernes, y miró a Naim.
—Ustedes van conmigo... extenderé la invitación a Janna y Jamil...
—Le diré a Bahar, se pondrá feliz... —Kereem afirmó, hizo una firma digital para entregársela a Emré confirmando su asistencia, y luego su primo se levantó.
—Informaré a toda la familia... incluso le rogaré a Sanem que lleve a su prima...
Kereem alzó sus ojos de golpe.
—¡Emré! —su primo se giró como si nada.
—¿Sí?
—No te metas en los asuntos de Sanem... ya hablamos sobre ello.
Emré se puso serio, y por primera vez se sintió confundido con las expresiones constantes de Kereem sobre ese tema. Esta vez no le envió una sonrisa de «No pasa nada», sino que se giró un poco de mal genio y siguió su camino.
—¿Estás bien? —Naim preguntó a su hermano, y este admitió.
—Esta chica... no la conocemos, no quiero que Emré piense que... ya sabes, no quiero problemas con Sanem.
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JUEGOS DE ENGAÑO Y SEDUCCIÓN
RomansaLa monarquía gobernada por Kereem Abdalá aparenta ser invencible, pero bajo la fachada de poder y prosperidad, Kereem se encuentra atrapado en una lucha interna que amenaza con desbordarse. Ante la presión de asegurar la sucesión, Kereem jura lealt...