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CAPÍTULO 17 | ENPROBLEMAS
—Abrí. — golpetea su glande contra mi boca produciendo una sonrisa en mi rostro. Asiento, pasándole la lengua a su punta rojiza y llevándome el líquido pre-seminal que desbordaba de la misma.
Se introduce en mi cavidad sin más, cerrando los ojos al sentir como la calidez de mis labios lo envolvían por completo. Tomas se hunde con delicadeza, entrando y saliendo.
Suelta suspiros entrecortados y relame su labio inferior. Comienza a moverse más rápido dentro de mi boca, embistiéndola. Las lágrimas de mis ojos provocadas por las arcadas retenidas en mi garganta resbalaron por mis mejillas.
Tomaba mi cabeza con una de sus manos, empujando hasta tocar mi campanilla con la punta de su falo. La saliva que salía de mi boca se volcaba en su pija logrando que la punta brillara. Lamí la base ayudándome con las manos recorriendo con las mismas el resto.
Lo escuché gemir y observé como su cabeza se inclinaba ligeramente hacia atrás. Mordió su labio inferior y frunció sus cejas al mirar hacia abajo y encontrarse con mis ojos. Disfrutaba de verme en esa posición, tan sumisa ante él. Aparentemente, esa imagen le bastó, porque salió de mi boca y comenzó a masturbarse para acabar en el valle de mis pechos.
Suspiró por última vez, reincorporándose e inclinándose a mi para picotear mis labios dibujando una sonrisa arrogante en los suyos.
—Qué hermosa que sos. — su mirada viajó hasta mis labios y luego a mis ojos achinados gracias a la sonrisa que me había provocado sus palabras. Me dió un último pico y me levanté del piso, mis rodillas dolían y mis glúteos temblaban. Me arrastré como pude hasta el baño para abrir la ducha.
—Esperame. — habló detrás mío, colándose por la puerta. Reí negando con la cabeza mientras deslizaba la cortina de baño.
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Qué lindo que está.
Pensé, encerrando mi labio inferior entre mis dientes. No podía creer que con lo pelotudo que era podía ser así de hermoso. Creí haber estado tan solo dos segundos viendo la historia, pero había estado babeando por la misma varios minutos.
