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CAPÍTULO 15 | MIAMI
FLASHBACK
Enzo rió ante mi comentario. —Dale levántate. — con una sonrisa, hice caso levantándome del piso mientras veía como él se acomodaba el pantalón y el bóxer. Mordí mi labio inferior al ver su abdomen desnudo, había pasado todo tan rápido que ni siquiera me había dado cuenta que la prenda se encontraba tirada en la otra esquina de la habitación. —Pajera. — dijo al ver hacia donde apuntaban mis ojos, reí desviándola al instante.
Los brazos de Enzo encerraron mi cintura pegándome a él mientras mantenía una sonrisita en su boca. Mi cuerpo, aún desnudo, disfrutaba de su tacto. Crucé mis brazos por detrás de su nuca y comencé a sentir pequeños picos sobre mis labios que lograban hacerme sonreír. —Hermosa. — besó nuevamente. —Te cogeria mil veces más. — Iba a responder, pero los golpes en la puerta interrumpieron nuestra sesión de besos. Nos separamos al instante y abrí los ojos completamente nerviosa, agarrando mi ropa tirada. —¿Quién? — preguntó acercándose a la puerta.
—¿Enzo la viste a Vale? — era su vieja. —La están buscando, se quieren ir ya.
—¿A Val? — soltó un risa por lo bajo al verme cambiándome como podía. —No, debe estar el en baño ma. — indicó reprimiendo una risa. Cuando los pasos de Marta se alejaron pude respirar bien. Me terminé de acomodar la ropa y me agaché a agarrar mi cartera.
Me acerqué al morocho que tenía en frente y le planté un pequeño beso entre risas y sonrisas chamuyeras. Sus dos manos bajaron a mi culo apretándolo y dejándole caricias mientras continuaba atendiendo mis labios.
Finalmente nos separamos y me despedí, tratando de pensar una de las tantas excusas que les diría a mis papás que, seguramente, preguntarían que había sucedido entre Gael y Enzo.
FIN DEL FLASHBACK
24 de Enero, 2024 Miami
Lo que había pensado que sería un viaje tranquilo terminó siendo un infierno. Valentina, quién estaba sentada en el asiento de enfrente, no paraba de tocar y besar a Enzo.
Este parecía disfrutarlo, ya que no la alejaba ni un centímetro, es más le correspondía los besos y hasta pude ver como se acercaba a dejar besos en su cuello.
Hice un esfuerzo inhumano para no agarrarlos de los pelos y tirarlos del avión. Quise evitar fruncir el ceño, ya que mis viejos estaban al lado mío, pero me fue imposible cuando escuché que se reían juntos. Estuve aguantando todo lo que restaba del camino los chamuyos berretas que Enzo le decía a su novia.
Cuando faltaban pocos minutos para el aterrizaje vi de reojo como se paraba y buscaba mi mirada antes de dirigirse al baño. Al regresar apoyó su brazo en el respaldo de mi asiento en busca de atención, las luces estaban apagadas y el único ruido que se oía era el del aire acondicionado. Continue scrolleando en Instagram sin darle importancia.
