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CAPÍTULO 4 | INTERRUPCIONES

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CAPÍTULO 4 | INTERRUPCIONES

Mientras me besa me acorrala contra la pared, sonrío inconscientemente. Veo por encima de su hombro que no haya nadie dentro de la casa y diviso la puerta del baño.

Nos encamino hacia la misma ingresando sin despegar nuestros labios. Las manos de Enzo se deslizaban por mi cuerpo de arriba a abajo.

Paseaba por mi culo dejando apretones y cachetazos que me hacían jadear sobre sus labios logrando que esbozara una ligera sonrisa.

Parecía que las ganas que nos veníamos acumulando hace años salían a la luz en este momento.

Siento como se separa de mí y me da vuelta quedando mi abdomen contra el lava manos y el espejo frente a mí. Puedo observar como su mano se pierde bajo mi pollera encontrándose con mi ropa interior.

Muerdo mi labio inferior cuando besa mi cuello mientras escabulle dos de sus dedos dentro de mi ropa y comienza a dibujar círculos imprecisos en mi clítoris.

Jadeo al instante viendo por el reflejo del espejo su sonrisa arrogante. Una de mis manos se posa en su nuca detrás mío, recargando mi cabeza en su hombro y mirando su labor por el espejo.

Con su otra mano toma la esquina de mi corset y lo baja bruscamente dejando mis pechos a su disposición. Mis mejillas se tornaron ligeramente rosas de la vergüenza y mis piernas temblaron levemente.

Pero todo sentimiento desapareció al sentir la introducción de sus dedos en mi entrada, bombeando la misma a un ritmo embriagante. Pequeños gemidos salían de mi boca evitando subir el tono para que nadie pueda escucharnos.

Lo único que oía era nuestras respiraciones hechas un desastre y el sonido de mis fluidos impactando contra sus dedos.

—Mmh, que pendejita atrevida..— susurró en mi oído, estremeciéndome. —Mirá lo que te dejas hacer pedazo de trola. - dice mientras gira mi mentón obligándome a verme en el espejo. Cierro mis ojos disfrutando de su tacto, sin poder formular ninguna palabra.

—Enzo.. — susurro aún con mis ojos completamente cegados.

Saca sus dedos de mi interior bruscamente y me gira nuevamente. Me besa colocando sus manos en mi cintura y me arrodillo separándome de su boca.

Lo veo sonreír ligeramente y me acaricia con su pulgar el mentón. Desabrocho el botón del jean bajándolo con lentitud sin romper el contacto visual.

Beso por encima de su boxer el bulto que se había formado, muerde su labio inferior tomando mi pelo con su mano. Bajo la última prenda y sonrío al verlo.

Paso mi lengua por su abdomen delineando con la misma cada uno de sus abdominales y bajando hasta su V, la tomo con mis manos y masajeo de arriba a abajo. Larga un suspiro y aprieta más su puño en mi pelo.

Paseo mi lengua por la punta rodeándola y lo introduzco en mi boca succionando cada parte de él. Enzo mueve levemente mi cabeza empujando su cadera contra mi boca.

Muevo mi cabeza rápidamente aumentando el ritmo. Ahora sus dos manos están en mi cabeza, empujando su cadera en mi cavidad. Lo escucho gemir levemente y sale de mi boca, levanta mi mentón y me pega un cachetazo logrando que esbozara una sonrisa.

—Sos una enferma.. — susurra y tira de mi pelo para que me pare.
Me coloca frente al espejo nuevamente y me inclina.

Golpetea su glande contra mi entrada y lo veo mojar dos de sus dedos en saliva, en vano, porque mis pliegues estaban más que lubricados gracias a él.

Los desliza por mi centro comprobando si estoy bien lubricada y desliza su pija por mi entrada metiendo la punta y saliendo.

Pero unos golpes en la puerta nos interrumpen. Me consume el nerviosismo y lo miro con los ojos abiertos.

—¿Enzo? ¿Amor? — La voz de Valentina resuena del otro lado de la puerta. Acomodo rápidamente toda mi ropa.
Enzo imita mi acción.

—Si amor, ya salgo bancame. — abrocha su jean y acomoda su remera. —Metete adentro, porque va a entrar seguro.

Frunzo el ceño. —¿Qué?

—Metete ahí Valeria, ¿O querés que te vea así con las tetas al aire? — susurra. Miro mis pechos y acomodo mi corset.

Me meto en la ducha cerrando la cortina, no lo podía creer, estaba escondiéndome en mi propia casa.

Abre la puerta y la música de afuera y el bullicio de las personas es lo único que se escucha.

—¿Donde andabas? Te extrañaba.. — dice ella y juro que puedo verla colgarse de sus hombros abrazándolo y cerrando la puerta.

Mi corazón se acelera.

—Yo también hermosa. — dice sin más, dejando en el aire la pregunta de Valentina. Escucho como sus labios se juntan y se separan al darse pequeños picos y soltando risitas.

Quería salir de donde estaba y pegarles la cabeza contra la pared mil veces. Mi lengua recorre mi boca con bronca indignada.

—¿Vamos ya? — dice ella contra sus labios y Enzo asiente. Salen del baño apagando la luz pero al segundo veo la mano de Enzo encenderla nuevamente y continuando su camino detrás de ella. Sonrío para mí misma por su acción.

Salgo de la ducha y acomodo mi pelo mirándome en el espejo, sonrío inconscientemente al recordar lo que había sucedido hace minutos y que hubiese ocurrido si Valentina no aparecía.

Termino de acomodar todo en su lugar y salgo del baño.
















—🫠—

joda(igual si)

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joda
(igual si)

voten, si llegamos a 250 actualizo, ah seguía mangueando a loka 😚




besito pa las wachas 💋💋

 𝐌𝐀𝐘𝐎𝐑 | enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora