Epílogo

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𝔈𝔭𝔦́𝔩𝔬𝔤𝔬

     —¿Cuáles creen que les gustará?

     —No lo sé. Podrá ser cualquiera.

     Ambos lepóridos se encontraban eligiendo meticulosamente un regalo de bodas. Seven mantenía su mano en su barbilla, pensando. Regina tenía sus brazos cruzados.

     No tenían ni la menor idea.

     Pero no eran los únicos con esa duda. En otra parte de la capital, Jester caminaba junto a Camille, tratando de encontrar lo ideal.

     —¿Por qué una cuna?—preguntó Camille.

     —Hazme caso.—le dijo Jester guiñandole el ojo.

     Ambos caminaron, puesto que Camille no había encontrado un regalo ideal aún. Se detuvo en la tienda de ropa, en la joyería, en la tienda de antigüedades, pero no encontraba nada.

     —¡Vamos, Jester! ¡Dime qué le puedo regalar a Six!

     —Escucha tu corazón.—El pelirrojo le sacó solo una sonrisa. Aunque Camille chillara, no le diría lo que le regalaría.

     Por otro lado, Six terminaba de probarse unos cuantos zapatos. Charlotte le aconsejaba cuál era el ideal, y que combinara con su vestido.

     —No.—negó con la cabeza.

     —¡Es el quinto que me pongo!—alzó la voz un poco cansada.—Debería ponerme los mismos que me puse en la coronación.

     —¡No, no, no! ¡Ni hablar!—la rubia caminó hacia ella, negando con sus manos.—¡No puedes llevar el mismo calzado! ¿¡Qué pensarán tus ciudadanos?!

     Pasó otras dos horas más a probarse cada zapatito.

     Asimismo, su pareja demoraba en acomodar las flores. No, no debería hacerlo, pero sabe que a Six le encantan esas flores, y quiere que ella los tenga puestos junto con su vestido. Estaba seguro que se vería hermosa.

     —¿Cuál te vas a poner? —le preguntó su padre.

     —El azul marino.—respondió.

     La tarde poco a poco iba cayendo. Mono se miraba al espejo, asustando su traje, en su pecho resguardaba su broche con el símbolo de su clan.

     —Nunca pensé que estaría vivo para presenciar la boda de mi hijo.—le dijo Tiempo.—Luego la llevas a la cama y ¡pum! ¡pum! ¡pum!

     Mono puso los ojos en blanco. No iba a escuchar los consejos de un miserable, y no tenía porqué, ya habían tenido relaciones.

     El lugar iba a ser especial. Se realizaría en el jardín del castillo, el primer patio, que había sido remodelado para que los ciudadanos pasasen entre las bellas flores y suave pasto, siempre y cuando el lugar se mantuviera limpio.

     En el centro del jardín se dibujaba una terraza elevada, de color blanco. Todas las personas alrededor mantenían en sus manos una vela.

     Charlotte observaba todo detenidamente con la boca entreabierta, nunca había visto una boda así, y eso era lo que le impresionaba de la cultura de Las Maravillas.

     De los costados, aparecieron los dos. Ambos llevaban una vela en las manos.

     Six se sentía nerviosa. La idea era caminar hasta el centro con la vela, sin que esta se apagase, si esta se esfumaba, un mal caería sobre ambos, como una mala superstición.

     Mono llevaría la vela como si su vida dependiera de ello. Además, su llama brillaba y bailaba ferozmente.

     En la ceremonia de boda, también llamada el Reencuentro de Almas, era un proceso en la cual ambas parejas debían caminar hasta el centro, simbolizando el primer encuentro, las velas representaban el amor, y los anillos el destino.

     Los dos se observaron al subir sobre la terraza.

     No iba vestida de blanco, sino de negro con toques rojos. El vestido desplegaba una elegancia apasionada en sus líneas y detalles. La tela negra, rica y sedosa drapeaba con gracia, abrazando las curvas femeninas con una sofisticación sugerente. Unos detalles en rojo intenso adornaban el vestido, creando un contraste llamativo que evocaba la pasión. Los pequeños volantes delicados danzaban alrededor del escote, añadiendo un toque de coquetería y movimiento juguetón, las brillantes joyas resaltaban su piel y ojos.

     La cintura estaba marcada por un ancho cinturón rojo que no solo acentúaba la figura, sino que también servía como el lienzo perfecto para una rosa roja exuberante. La flor, con pétalos sedosos y vibrantes, reposaba en la cintura como un símbolo de amor y sensualidad, destacando la feminidad con su colorido contraste sobre el fondo oscuro. Ese vestido cuya mezcla de gracia y pasión, evocaba la esencia misma de la elegancia vibrante y el encanto apasionado.

     No podía dejar de verla. Era tan hermosa delante de sus ojos. Su llama cambió a color violeta.

     Ella mantenía su leve sonrojo en sus mejillas, y su llama era índigo.

     La anciana los recibió a ambos. Comenzó un corto discurso, en el cual explicaba el significado del Reencuentro de Almas. Ambos llevarían una vida juntos, más allá de una unificación.

     Mono tomó la mano de Six. Ella temblaba un poco, y su tacto cálido la reconfortaba.

     Para terminar la ceremonia. Los invitados alzaron las velas al cielo, volando en lo alto, las velas se transformaron en estrellas y fueron atraídos por la pareja, las envolvieron con sus brillantes colas, como estrellas fugaces.

     Mono agarró a Six de la mejilla, y ella del hombro para acercarse y darse un tierno pero apasionado beso.

     Las estrellas los envolvían, y el resplandor descansó en el dedo corazón de cada uno, creando las alianzas.

     La gente silbó y gritó de emoción.

     La música sonaba fuertemente. El palacio había dejado sus puertas abiertas para que el pueblo también fuera parte de la fiesta.

     Cuando el reloj indicó las tres de la mañana, casi todos estaban en el otro mundo.

     Seven había vomitado siete veces. Regina dos. Camille nueve y Jester no, él no bebía.

     Six se sentó a descansar en el patio trasero, el jardín privado, mirando al cielo. Mono se sentó a su lado, rodeando su cintura con su brazo para atraerla hacia él.

     —¿Viste a Elías?—le preguntó su esposo.—Tenía todo su traje de color verde.

     Elías y Charlotte la habían pasado de forma muy loca. Los guardias tuvieron que llevarlos en brazos hasta sus habitaciones asignadas.

     Su tía trataba de esconder su vergüenza, pero no tuvo de qué, a nadie le importaba, todos estaban igual que Charlotte.

     —¡Sí!—dijo soltando una risita.—Y Camille se le declaró a Jester pensando que él también estaba borracho.

     Ambos se quedaron mirando el cielo, viendo las estrellas brillar a lo lejos.

     —Tengo que decirte algo.—habló Six. Ella se alejó un poco de él, para tomarle de las manos y verlo fijamente.

     —¿Sí?

     —Estoy embarazada.

***

Buenas, un final feliz prometido. Tengo dos historias más dentro de este mismo universo, donde se explorarán los reinos vecinos, y quizá se aproxime una guerra, jijiji. Lo más probable que publique la segunda y tercera parte en otras plataformas, debido a las nuevas políticas de Wattpad, esto debido a que la segunda y tercera parte tendrá todo lo que Wattpad está eliminando actualmente, ya sean escenas +18, muertes de personajes, sangre, etc.

Las otras partes no vendrán de inmediato, quiero publicar otras ships de diferentes fandoms, o quizá no.

Muchas gracias por leer <3

Besos 

Six de las Maravillas (Little Nightmares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora