Six de las Maravillas (Little Nightmares)

Capítulo 9

ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟡

𝔓𝔢𝔩𝔦𝔤𝔯𝔬

     El ambiente se volvió lúgubre y triste, muchas familias lamentaron las pérdidas de sus familiares, incluso los que habían llegado a urgencias, murieron en sus camas.

     Ruth caminaba entre toda esa gente, sintiéndose cada vez peor. Se suponía que todo el mundo contaba con ella, pero no pudo ni tener una pelea contra la reina roja.

     Jester apareció a su lado, tocando su hombro. Ella se giró.

     —Lo siento, yo...

     —No pasa nada.

     Jester no estaba molesto por la derrota, se le veía muy calmado. Su abdomen estaba vendado, estaba mejor que los últimos días. Ambos caminaron por el lugar, hablando de qué fue en lo que fallaron, y aunque Jester quería retomar, no creía tener el apoyo del grupo, al menos no por ahora.

     Se despidió de Ruth y entró a su tienda. Lana estaba acostada en el sillón, ella también estaba herida, ni hablar de sus otros compañeros, Tedd estaba moribundo en su tienda, Todd lo atendía.

     Mono ahí dentro también en la tienda de Jester, con los brazos cruzados, le preguntó:

     —¿Qué pasará después?

     No podía decirlo con exactitud, pero las cosas iban a ir bien, justo como su madre se lo había dicho antes de que la reina roja le cortara la cabeza.

     —¿Y cuándo planeas decírselo?—le volvió a preguntar el sombrerero.—¿Se lo tomará bien?

     —Por supuesto.—le contestó Jester.—Eso es lo que yo veo y lo que mi madre vio. Ella lo descubrirá sola, no te preocupes.

     Retomaron la práctica con espada. Mono notaba como poco a poco, Ruth se distraía, cada vez comía menos. Trataba de ayudarla, pero ella se veía muy deprimida cada día.

     Un chico que nunca había visto apareció saludando a casi todos sus amigos. Se llamaba Brand, tenía ojos amarillos y cabello negro. Este hablaba con todos, más aún con Ruth. Parecía amable, ayudaba al resto, escuchaba y practicaba con todos.

     Mono no tardó en preguntarle si cohabitaba con ellos desde hace tiempo, a lo que el chico respondió que sí, sólo que nunca se habían cruzado, y con tantas bajas, había menos gente en el campamento.

     —¡Ojalá los hubiera conocido antes!—el chico mantenía una enorme sonrisa. Una sonrisa que Mono quería destruir con sus manos, sus extremidades llegaban a temblar del odio que le tenía. Cómo era capaz de sonreír en estos días, cuando el campamento estaba más que delicado. No le caía bien, para nada bien.

     Ruth se había dado cuenta de ello, solo que no le prestó mucha atención, el chico le pareció simpático y le pedía constantemente a Mono que se calmase la vena.

     A Charlotte tampoco le gustaba. Y se lo hizo saber de inmediato a Ruth cuando se dio cuenta de que él se pegaba mucho a ella, a Ruth.

     —¿No te parece que siempre está pegado a ti?—le susurró

     —Sí... Tal vez...

     Si se había dado cuenta, pero no quería juzgar a alguien sin conocerlo en su totalidad. Brand parecía un buen chico, y por su actitud optimista, dudaba que hiciera algo malo.

     Hasta que, como todas las noches, fue a tomar un baño al río.

     Mono le dijo que ya vendría, puesto que había olvidado sus vestimentas para lavarlas. Solo fueron diez minutos que el sombrerero no estuvo a su lado y Brand había llegado "por sorpresa".