II

331 21 1
                                    


  Pablo y Pedro se encontraban en el templete de nuevo. Pero a diferencia de otras veces, no disponían de bebidas alcohólicas, Gavi no había podido robarle a sus padres ningúna de las múltiples botellas que tenían en su casa. El chico estaba molesto.

-Pepi, ¿has podido traer algo? ¿Whisky, cerveza, vodka?- Pablo preguntaba con desesperación, ya era un vicio.

-No, Pablito. Ya sabes que mi familia no toma, y yo mucho menos.- A Pedro le preocupaba las actitudes de su amigo, él no quería que su amigo decaiga a los malos hábitos.- Pero puedo comprar un zumo o alguna gaseosa, tengo un poco de dinero en mi bolsillo.-

-No, gracias. Yo quiero beber alcohól. Sabes que, le pediré al pervertido de allá que me compre algo.- Claramente, Pablo se refería al tipo que estaba en el auto. Había notado que el hombre los estaba observando hace varias noches.

  Pedri trató de detenerlo, presentía que algo malo iba a pasar, pero Pablo se le había escapado de las manos rápidamente. Y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba cruzando la calle.

-Hola, hola.- Gavi golpeaba con frenesí la ventanilla del auto. Hasta que por fin se abrió.- Hola, eh. Escucha, seré breve. Te doy dinero y tú me compras unas cervezas.-

-¿Así que quieres que yo sea tu medio de contrabando, eh? Eres un niño malo, ¿lo sabes?- Robert le hablaba con una sonrisa pícara en su rostro.

-Sí, lo sé. Y me encanta serlo.- Gavi le devuelve la sonrísa.- Bueno, aquí tienes el dinero.-

Robert se dirige hacia el mercadito más cercano y compró lo que Gavi le había ordenado. Quizá como forma de pago por cumplir con su capricho aceptaría algo más que un simple gracias.

Terminó de pagar y cuando salió vio al joven esperándolo. En cuanto se lo dio, Gavi corrió como si su vida dependiera de ello. No era por ser malo con Robert, simplemente había visto a lo lejos a la persona que lo atormentaba día y noche, Thomas Müller, un oficial de policía, que reiteradas veces, le había llamado la atención por sus malos actos.

Por su parte, Robert volvió a su auto.
...

-El tonto anciano me ha comprado solo una cerveza, ¿quién se piensa que soy?- Gavi decía indignado, apretando la lata para luego tirarla por ahí.

-Hombre, yo creo que ya es suficiente. Vayamos a casa, mi madre me va a matar si estoy mas tiempo afuera.- Su amigo ya se estaba alistando para volver a su hogar, pero Gavi no planeaba eso.

-Pues vete tú, yo me quedaré aquí un rato más.- Y sin saberlo, esa acción lo había sentenciado.

—————————————————
el siguiente cap cpz lo publique dentro d unos días.

cualquier duda m escriben

besoss

Estocolmo | lewaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora