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CAPÍTULO DOCE ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀
Esa noche dormí con la mente en blanco, con total tranquilidad. Por alguna razón no me sentía insegura aunque debía admitir que, al despertar, la decepción me invadió al no ver a Alice ahí. De todas formas y tratando de ignorar el dolorcito en mi pecho porque algo en mi cabeza gritaba que tal vez todo fue un sueño, conseguí una nota pegada en mi espejo de manera visible. Con una letra preciosa y prolija, la nota decía:
“Tuve que irme antes de que saliera el sol, pero el día hoy tiene pinta de que estará soleado. Te miras tan bonita cuándo duermes... aunque eso suena medio stalker.
No fue un sueño, Sofía, por si acaso te lo preguntas. Nos veremos en el bosque luego de clases, te espero.
Con amor, Alice.”
Sonreí y tomé la notita entre mis dedos con emoción, el estómago se me revolvía desenfrenadamente y mis latidos podrían oírse fácilmente si la habitación estuviera en total silencio. No podía creerlo. Alice era real. Miré a mi ventana y haciendo las cortinas a un lado aprecié los rayos del sol azotando fuertemente la tierra, los árboles y plantas cerca. Me volví a decepcionar porque eso significaba que hoy en el colegio no vería a Alice, pero luego recordé que, nos veríamos en el bosque.
De pronto, un portazo interrumpió mi ensueño, era Tobías, que me veía sospechosamente porque oculté la nota entre mis manos.
—¿Qué haces? —alzó una ceja y luego negó rápidamente—, olvídalo. Alístate ya, vamos a desayunar.
—¿En qué momento llegaste? —pregunté mientras me dirigía a mi clóset para escoger un atuendo y ropa interior, para tomar una ducha antes de irme. Tobías se acostó en mi cama sin hacer y jugó con un atrapasueños que estaba en mi copete.
—Hace veinte minutos y algo, me desperté temprano hoy y me encontré a tu mamá hablando con una vecina afuera —hice un sonidito con mi boca de aprobación y me fui al baño. En el camino, me encontré a Bianca saliendo de su cuarto ya lista.
Me bufó cuando me vió pasar. Y ví como se dirigía a mi cuarto también.
Luego de lavarme los dientes, tomar un baño y alistar mi cabello con la secadora apenitas, en mi habitación estaban mis dos personas favoritas hablando como si nada. Ni presté atención a tanta charla porque me enfoqué más en buscar mi ropa y vestirme en el baño. Oía a Bianca reír y a Tobías gritarle.
