[7] Salida al pueblo. (sale mal)

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Bien, ahora nos encontramos con un Obanai a punto de pegarse un corchazo*, y a una parejita encaramelada, ¿cómo llegamos a eso? Agarrate un café, unas tostadas y vení que te cuento.

Hace unas cinco horas, Sanemi había invitado a su pareja a una cita en un pueblo cercano de la Organización Caza Demonios, y al ya estar ahí, se habían encontrado con Iguro, que estaba haciendo una que otra compra para su enamorada, que por cierto, aún no tenía los huevos de declararse.

── ¡Obanai, por aquí! ── gritó el albino para llamar la atención de su amigo, éste se dió vuelta al escuchar su nombre. ──

Carajo.” fué lo primero que pensó, ya sabía cómo iba la cosa.

Y sin darse cuenta, ya tenía enfrente suyo a Giyuu y a Sanemi. Su cara de pocos amigos incrementó.

── ¿Qué hacen acá? ── preguntó de la forma más amigable posible... Siendo él, claramente. ──

── ... Paseábamos. ── dijo secamente Giyuu. ──

Y a Sanemi se le prendió el foco.

── ¿Y si nos acompañas? ── preguntó, sabiendo que si decía que no, lo iba a arrastrar con él y su amada pareja. ──

── No.

── ¡Exelente, vamos! ── dijo, para después agarrar el cuello del uniforme de Iguro, arrastrándolo con él. ──

── MIERDA-

Ahora se encontraban en un restaurante, la pareja de un lado y su queridísimo amigo del otro extremo de la mesa

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Ahora se encontraban en un restaurante, la pareja de un lado y su queridísimo amigo del otro extremo de la mesa.

Sanemi y Giyuu estaban abrazados, y Obanai estaba considerando el clavarse los palillos en la frente. Se veía tentador.

Mientras todo eso pasaba, Obanai aparte de querer tirarse de un quinto piso, había notado que una mesera miraba mucho, DEMASIADO, a su mejor amigo, y, eso es muy sospechoso, ¿no lo creen? Así que, se le ocurrió confirmar si lo que estaba pensando era verdad.

Su plan, era simple. Ver el comportamiento de la meserucha esa, y confirmar si quería meterse con su amigo, aunque se note de a kilómetros que tiene pareja. ¿Qué puede salir mal?

Su foquito gastado se prendió, iba a preguntarle a la pareja si querían algo, y llamaría a ESA mesera, para ver su comportamiento, y si es necesario, hacer escándalo.

Qué gran idea Obanai, eres un genio. Gracias, tú también eres un genio. No, no, tú lo eres... ” estuvo mínimo diez minutos hablando sólo en su mente haciendo caras raras, Sanemi lo miraba decepcionado, y Giyuu confundido.

Al rato, Iguro se dió cuenta que parecía un loquito de centro, y empezó a ejecutar su plan. ── Oigan, ¿quieren que podamos ya, o van a seguir dándose cariño cómo si yo no estuviera aquí? ── preguntó con cierto sarcasmo. ──

" 𝓔ᥣ mᥲᥣ 𝗍ᥱrᥴі᥆ ── 𝓖іᥡᥙᥙsᥲᥒᥱ "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora