Se encontraban en la mansión Ubuyashiki el pilar del Viento, del Agua y de la serpiente esperando a que dé comienzo su “llamado de emergencia”. Obanai estaba más amargado que de costumbre, creo que no es necesario que explique el porqué.
── Oyakata-Sama ha llegado. ── Dijieron al unisono dos niñas, una pelinegra y la otra albina. Se sostenía de ellas Kagaya Ubuyashiki, el “jefe” de la organización de cazadores de demonios.
Los tres pilares, al notar su tan calmada presencia, se arrodillaron en modo de honrarle respeto al hombre frente a ellos.
── Buenas tardes, mis niños, ¿Cómo está el día hoy? ── dijo muy calmado Oyakata-Sama. ──
── Buenas tardes, Oyakata-Sama, espero goce de una buena salud el día de hoy. El cielo está despejado. ── Dijo más calmado Obanai. Ya se le está pasando la “locurita”. ──
── Los cité hoy aquí, ya que quiero darles una misión en conjunto ustedes tres. ── Olvidenlo. ── Sé que no tienen la mejor relación cómo compañeros, pero sé que podrán con esta misión. ── a la mierda. ¿Tiene que aguantar sus cursilerías por sabe Kami-Sama cuánto tiempo? ¿Es un jodido chiste? ──
A Iguro se le formó una vena en la frente del enojo, ¿es enserio que tiene que aguantar a ésta pareja sabe Kami-Sama cuánto tiempo? Lo quieren volver loco. Normalmente se negaría, pero, oh vamos, el patrón está dando la orden. No la puede desobedecer. Aparte, que es su MEJOR AMIGO y su pareja.
── Cómo usted diga, Oyakata-Sama. ── dijieron los tres presentes al unisono. ──
Oh, vamos. No puede ser TAAAAAAAAN malo. ¿Verdad?... ¿VERDAD?
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── Ésto es peor de lo que imaginé. ── Dijo para sus adentros Obanai. El lugar al que tienen que ir está demasiado lejos. Ahora está “descansando” en una casa de glicinas con sus otros dos compañeros, GRACIAS A KAMI-SAMA, él estaba en un cuarto aparte que el de la pareja, pero eso no quita que se escuche. TODO. ──
En esos momentos, la pareja estaba en.. Bueno.. Su intimidad. Digámoslo así.
Obanai a éstas alturas ya tenía un tic nervioso en el ojo izquierdo, ¿Y saben lo peor? QUE SANEMI ES EL.. PUES.. EL DE ABAJO. Ya tú entiendes. Cada día es más hater de Tomioka Giyuu.
── Y yo pensando que no podía perder más la dignidad Sanemi. Qué decepción. ── se dijo a sí mismo, una tenue risa se le escapó. ──
Pero enserio, ¿tanto se quieren? Desde su habitación se escuchaba todo. Y precisamente, no se escuchan cosas muy bonitas. ── Trágame tierra, pero no me escupas. ── pensó Iguro. Tenía ganas de ser Kaburamaru, que envidia. ──
¿Y si les gritaba algo? Era una opción viable, ahora que lo piensa.
──.. No puedo creer lo que voy a decir. ── susurró para sí mismo. ── ¡DEJALO RESPIRAR, TOMIOKA! ¡DE AQUÍ SE ESCUCHA! ── Va a admitirlo, sí le dió risa. ──
