[3] Finca Mariposa.

1K 81 31
                                    

Ésto no puede empeorar” el primer pensamiento que se cruzó por la mente de Obanai. Dejen de torturar su temperamento, por favor.

── ¡Kocho! ── gritó Giyuu. ── ¿¡Ese no es tu trabajo!? ── Hey, buen punto. ──

── ¡Ésto te pasa por no detener su disputa, Tomioka-san! ── Y una leve risa se escuchó de parte de Shinobu. ──

Obanai y Sanemi estaban viendo cómo Giyuu estaba completamente quieto, Iguro no entendía ni una mierda, pero en cambio, Sanemi, se notaba nervioso.

── Sanemi ¿qué te pasa? ¿Por qué tan nervioso? ── Se atrevió a preguntar el heterocromático, dudando si obtendría respuesta rápida; o simplemente si le iba a responder. ──

── Es mejor que te tapes los oídos. ── Después de decir eso, colocó sus manos sobre sus oídos, haciendo presión para que se escuchara lo menos posible. ──

── ¿Por qué deberí-

── ¡KOCHO SHINOBUU! ── resonó en toda la finca Mariposa. No sabía que Tomioka podría gritar así de alto y fuerte. ──

Oficialmente, Obanai se quedó sordo al menos de un oído.

──... Te lo dije Iguro. ── Sanemi se giró a la dirección de Obanai, viéndo que se quedó completamente aturdido. ¿Quién no? ──  ¿Iguro?... ¡IGURO!

Sanemi se paró de la camilla en la que reposaba al ver que Obanai no le hacia el más mínimo caso. Se acercó rápidamente y vio que su amigo tenía una cara.. Curiosita.

Iguro parecía que había estado en la guerra por su cara, pero nada más lejos de la realidad. Nada más se aturdió, y se mareó un poco (mucho).

Después de comprobar que el heterocromático seguía con vida y que kaburamaru se había ido hace sabe Dios cuanto tiempo, giró la cabeza a la dirección de su pareja. Aún seguía quieto, pero tenía un aura espeluznante.

Lentamente, Giyuu volteó solo su cabeza hacia donde sentía que lo miraban. Sanemi tragó pesado. Tomioka tenía la cara neutral, pero sus ojos reflejaban ira total.

Al ver a Obanai al borde de la muerte, y a su pareja cagado hasta las patas, suavizó la mirada y relajó su cuerpo.

── ¿Iguro-san sigue vivo, verdad? ── preguntó ya más calmado. ── es que no parece.

── ¿Ah? ¿Él? Sí, aún no se muere. Que pena. ── lo último fué sarcasmo. ──

── ¡HEY! ── Ahí despertó del coma mental. ──

Después de unas horas, Obanai había decidido dormir un rato, le llegó el sueño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Después de unas horas, Obanai había decidido dormir un rato, le llegó el sueño. En cambio, Sanemi parecía que había consumido tres kilos de azúcar, nada más no se quería dormir. Su pareja estaba pensando seriamente en pegarle con algo, o darle algún somnífero.

" 𝓔ᥣ mᥲᥣ 𝗍ᥱrᥴі᥆ ── 𝓖іᥡᥙᥙsᥲᥒᥱ "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora