[5] Momento de convivir

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Nos encontramos a dos azabaches, uno sentado en la camilla esperando a la Pilar del Insecto, y el otro, bueno, en su décimo sueño. Qué loco, ¿no?

Obanai seguía en la finca Mariposa por obvias razones, mientras que Giyuu estaba ahí ya que Shinobu le había pedido —obligado— que se quedara allí al menos un día para que lo revise después de enterarse de.. Cosas. Giyuu decía sentirse bien, pero los estudios decían lo contrario.

── Sigo sin entender por qué quiere que me quede unos días aquí... Si yo me siento bien. Creo. ── se dijo para sí mismo, en estos momentos se encontraba con ropa de paciente, al lado suyo, unas máquinas raras de Kocho, y por último, tenía un suero. Tampoco era para tanto lo suyo. ¿No? ──

Mientras él se perdía en sus pensamientos, se escuchaban a tres niñas corriendo hacia la habitación que estaban los pilares, se habían enterado lo de su “aniki”, y apenas les terminaron de decir fueron como alma que lleva el diablo hacia dónde estaba el ojiazul.

── ¡Muévete, Kiyo! ¡No me dejas avanzar!

── ¡Sumi no me deja!

── ¿¡Yo qué hice!?

── ¡Muévete, Naho! ¡Tenemos que ver a Giyuu! ── Gritó una de las niñas. ──

Gracias a tanto bullicio, lograron sacar de su ensoñación a Tomioka, que ni bien escuchó las voces de las chiquillas, supo que iba a ser regañado como perro.

── Oh, no. ── dijo para sus adentros el ojiazul. Ahí venían las niñas. ──

── ¡Aniki, aniki! ── dijieron Naho, Kiyo y Sumi al unisono. ──

──.. Hola, niñas. ── saludó “tranquilo” Giyuu, la verdad era que estaba un poco nervioso de qué le dirían las niñas. ──

── ¿Cómo de que tienes anemia?

── ¡¿Por qué no te cuidabas!?

── ¡Aniki, podrías morir, ¿sabías!?

── ¡¿Por qué no nos dijiste?!

── ¡Nos preocupamos mucho!

── ¡No queremos que se muera!

De tantos gritos de las niñas juntos a la vez, le empezó a doler la cabeza. Pero, en parte, tenían un poco de razón. Se debió haber cuidado más. Lo admite, pero, aquí estamos.

Con una mano se tocó la cabeza, signo de que le empezaba a doler por el bullicio. Y con la otra mano, hizo un gesto de que guardaran silencio. Las niñas captaron rápido el mensaje, y se callaron al instante, un poco avergonzadas de los gritos que estaban pegando. A cualquiera le dolería la cabeza de escuchar sus gritillos agudos.

──.. Niñas. Estoy bien. ── les dijo con una leve sonrisa, para ver si así se calmaban. ── no deben de preocuparse, de verdad. ── Dijo para luego, encurbar sus labios en una fina sonrisa para ellas. ──

── ¡Pe.. Pero! ¡No, no está bien! ¡Si estuviera bien, no estaría aquí con un suero en su brazo, aniki! ── Dijo Sumi con unas pequeñas lagrimitas en sus ojitos. A Tomioka se le apachurró el corazón de verla. ──

Kiyo y Naho asintieron a lo dicho por la otra niña, dando a entender, que estaban de acuerdo a lo dicho anteriormente. Estaban enojadas con el azabache mayor. ¿Quién no?

──... Vengan aquí, niñas. ── dijo extendiendo los brazos, las niñas acataron la orden y fueron de inmediato hacia Giyuu. ──

Las envolvió en un fuerte abrazo, las niñas se sintieron un poco mejor ahora que estaban en sus brazos. Kiyo, Naho y Sumi empezaron a llorar abiertamente, a Giyuu se le conmovió el corazón.

" 𝓔ᥣ mᥲᥣ 𝗍ᥱrᥴі᥆ ── 𝓖іᥡᥙᥙsᥲᥒᥱ "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora