Di tres golpes anunciando mi llegada, la voz masculina dentro de la habitación pronunció un "adelante", ingrese a la oficina de mi jefe.
El hombre ya con indicio de su vejez plasmado en su cabello ahora casi completamente gris me señalo que tomará asiento, al hacerlo escuché como el jefe suspiraba con pesar, mi ceño se frunció automáticamente confundida por la extraña actitud del hombre.
-Lisa -comenzó a hablar, sentía como el ambiente se llenaba de una tensión casi nostálgica -, no se como decirte esto.
-Dígalo jefe, no crea que sea algo tan sorprendente -rei un poco tratando de aliviar la tensión, pero fue incómodo porque el hombre no mostró signos de alegría, solo permanecía impasible mirándome con atención.
-Lo es Lisa -mi rostro se tornó serio -. Pero antes que nada quiero que sepas que lamento mucho lo que tengo que hacer, realmente no quiero hacerlo.
Permanecí en silencio, mi cabeza comenzó a crear diferentes escenarios sobre al asunto, habían tantas posibilidades que no podía imaginar solo una.
-Tu más que nadie sabe la situación por la que la empresa está pasando -asentí -. Así que la junta directiva ha decidido como primera medida prescindir de los servicios de algunos empleados y...-el hombre vaciló con una hoja entre sus manos, temí lo peor - tu eres uno de esos empleados.
Me extendió la hoja, la tomé con temor, sentí mi presión arterial comenzar a irse por lo suelos mientras observaba la hoja entre mis dedos.
"Carta de despido"
Era lo que mis ojos no dejaban de ver, esas tres palabras era lo único que mi mente archivó, no leí más que eso, no quería saber las excusas baratas y lo motivos de mi despido. Soy o era la directora de finanzas de la empresa y era muy conciente de las posibilidades de volver a llevar a la empresa nuevamente a flote, pero pese a eso, sabia perfectamente la razón de mi despido, y también que era la única a la que le harían eso.
-Entiendo -dije, mire al hombre que permanecía atento a mi reacción, no dije más, suficientes problemas tenía para embarcarme en uno más.
-Quiero en nombre de la junta agradecerte por tu buen desempeño en la compañía, eres una excelente profesional Lisa y te será fácil encontrar una nueva oportunidad laboral.
-Si, lo se -afirmé.
-Gracias Lisa por tus servicios.
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Sali de la oficina, sin pensarlo arrugue la hoja entre mis manos, contuve las palabras que mi corazón lleno de rabia quería expresar, pero no era buen lugar, cerré los ojos suspirando para tranquilizarme.
Me sentía observada y al observar mi alrededor todos mis ex compañeros me observaban con atención confundidos por mi actitud, les di una leve sonrisa.
Al verlos regresar a su trabajo la borre de inmediato, camine de regreso a lo que será mi antigua oficina, realmente no quería estar mucho tiempo más aquí.
-Sae-boom por favor tráeme una caja -le pedí a mi secretaria al pasar al lado de su escritorio, sin darle tiempo a responder ingrese a la oficina.
Observé el lugar, me había costado tanto llegar al puesto en el que estaba y así de fácil regrese al punto inicial.
Lo había dado todo por sentado y ahora no tenía nada.
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Estacione el auto, a lo lejos pude ver a mi amiga esperándome en una mesa, necesitaba alguien quien me escuchara y la única era ella.
Camine con la brisa helada de la noche golpeándome el rostro, la noche estaba oscura y fría, la luna oculta entre las escasas nubes del cielo, un escenario perfecto para describir mi día, únicamente faltaría una buena tormenta para hacerla más perfecta.
Mi día no podía ser peor.
-¡Lisa! -la voz risueña de mi amiga me hizo quitar la vista del cielo, continuando mi camino hacia la mesa donde me esperaba.
La salude como era habitual, sentandonos mientras ella pedida botellas de soju.
-¿Y esa cara? -me pregunto mirándome con su rostro curioso -. Déjame adivinar, ¿te peleaste con tu domadora otra vez?
Negué mientras destapada la botella y serví una copa de soju para cada una.
-Ojalá fuera eso Jisoo -respondí desanimada tomando un poco de soju.
-¿Entonces? -insistió.
-Me despidieron del trabajo -dije con normalidad, escuchando el suspiro de sorpresa de mi amiga -. Ya lo venía venir la verdad, la empresa está en bancarrota, casi al punto de liquidar. Pero a causa de los desfalcos de los mismos dueños -expresé tomando la botella bebiendo directamente de ella -, sus desfalcos han llevado a esa empresa a la quiebra, cuanto quisiera demandarlos -murmure con rabia -, pero suficientes problemas tengo.
-En especial el mayor problema, tu esposa -dijo con pesar -. No sabes cuanto lo siento Lisa, no quisiera estar en tus zapatos, no se como le haces para soportar tanto.
-Ni yo.
Mi teléfono comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo, al observar la pantalla suspiré con pesadez mirando el nombre del contacto que me llamaba. Sentía la mirada expectante de Jisoo sobre mi, esperando mi próximo movimiento, el sonido comenzó a volverse irritante, mi corazón quería libertad por al menos unas horas, mi mente tratando de persuadirme y obligarme a contestar.
Pero necesitaba horas de libertad así que presione el botón rojo, dejándome una sensación de liberación por primera vez.
-Creí que no lo ibas a hacer -bufó Jisoo irritada mientras seguía bebiendo -. No se ni como la aguantas, puede ser tu esposa y hasta amiga de la mía pero en verdad ni como soportar a una mujer así, siempre discuto con Rosé por ella.
-¿Cómo? -pregunté confundida.
-Cómo lo escuchas Lisa, discuto con Rosé cada vez que tu peleas con tu esposa, le reclamo porque gracias a que es su amiga prácticamente te viste obligada a casarte con ella.
-No deberías.
-Pues lo hago, realmente estoy cansada de verte así todos los días a causa de ella, siempre que discutes con ella vienes aquí y tomas hasta perder la conciencia y yo tengo que verte hacerlo y luego llevarte a con ella y también escuchar sus gritos. En verdad Lisa...
-Me voy a divorciar de ella -hable callando a mi amiga.
