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Llamadas inesperadas
4 de Mayo.

Camino de un extremo a otro mordiendome la uña de mi dedo pulgar con la mirada fija en el suelo. Kellan está tecleando algo en la computadora y Fran se encuentra centrada en un lugar de la habitación haciéndome guardia, viendo cada uno de mis movimientos mientras que Nikolay ayuda a mi cuñado.

Alex fue secuestrado. ¿Que opciones hay? ¿Quien pudo haberlo tomado desprevenido? Isak, no, no creo. Ya hubiese llamado para burlarse jugando con mi desesperación. Si no es él ¿Entonces quién?

Mi cabeza no descansa, los pensamientos me están comiendo viva y aunque sé que estoy llorando, no hay sollozos saliendo de mis labios, no hay nada que demuestre mi estado exceptuando todas las lágrimas que corren por mis mejillas como cascadas.

En algún punto, siento de nuevo las manos de Fran en mis brazos deteniéndome. La miro y no puedo entender que está diciéndome, su voz está muy amortiguada.

¿Que otras opciones hay? Secuestraron a mi esposo. Piensa, Barvilee. Debe de haber alguien en el mundo que sea tan idiota para creer que no habrán consecuencias después de eso pero también inteligente al destruir el dispositivo de rastreo.

Debe de haber alguien. Es imposible que no exista, Alex no se fue por elección propia, eso es imposible.

Mi cuerpo se sacude por Fran, ella sigue hablando y pasa la mano por delante de mis ojos.

Isak no pudo ser, pero si no es él ¿Entonces quién? No puedo descartarlo por completo.

—Barv... —Escucho a Fran en la lejanía intentando sacarme de mis pensamientos.

Tengo que buscarlo, no puedo quedarme quieta mientras él está... No, no puedo.

Me safo de los brazos de Fran, dándome la vuelta para salir de la habitación, pero cuando estoy bajando las escaleras percibo más de un par de pasos yendo hacia a mi.

—Barvilee... —Vuelvo a escuchar, creo que es Kellan.

Bajo de dos en dos en esta vez, buscando con mis ojos las llaves de cualquier auto y cuando tomo unas, me doy cuenta que en realidad estoy corriendo.

Si no fue Isak ¿Quien? ¿Quien más buscaría hacerle daño a Alex? O a mí, alguien que quiera hacerme daño secuestrando a mi esposo días antes de la boda.

Quien, quien mierda es.

Llegó al garaje, busco el auto cuando unas luces se encienden y en un parpadeo estoy dentro, todavía con la cabeza martillandome en miles de millones de ideas.

—¡Pará el auto! —Kell se atraviesa en mi camino, haciendo que pegue un frenazo— Que rápido que corres ¿Practicas para una maratón acaso?

Fran llega detrás de su hermano, ambos tienen la respiración agitada.

Busco opciones, salidas sin que tenga que pasar por encima de ellos por qué no voy a atropellarlos.

—Sabemos que estás preocupada, linda. —Fran de nuevo, escucho su voz ahora más amortiguada por estar dentro del auto— Baja de ahí, vamos a encontrarlo juntos.

Si no fue Isak... Mierda, Jackson podría ayudarme.

Me bajo del auto, apagó el motor y me quedo mirando a las dos personas que parecen aliviadas de verme fuera del vehículo.

Alex les estaría diciendo que no bajen la guardia.

—Cuando volvi a Iliarium, mi madrastra manipuló a mi hermano Addier obligándolo a tomar una decisión que lo condenó.—Comienzo a decir, caminando hasta mis cuñados sintiendo el cuerpo pesado.— Para cuando me di cuenta de que algo andaba mal, fue por qué el me llamo y quise salir a buscarlo.

Persiguiéndote #1 (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora