Primera infracción

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El director entró y pidió a todos que se formaran derechos en la sala, caminó alrededor de ellos, todos estaban tranquilos y rígidos exceptuando a Felipe, Blas y Francisco, quienes sentían cómo sus rodillas temblaban al pensar en ser descubiertos, pero el que tuvo la peor parte fue Francisco, ya que fue citado a la oficina del director.

Francisco caminaba lento y de forma torpe, estaba creando un diálogo en su mente sobre qué decir y cómo actuar, pero la presencia del inminente y poderoso hombre junto a él lo desconcentraba y lo pertubaba.

- Siéntese —ordenó el director y el otro no dudó en obedecerle al mayor. La oficina era grande y amplia, pero a la vez era sombría y tétrica. Francisco se preguntó cuántos chicos sufrieron dentro de esa oficina.

- Bien, Francisco, ¿Usted sabe que ocultar faltas y encubrir a sus compañeros es algo fuertemente castigado aquí? - El castaño tembló ante su pregunta, lo miraba directo a los ojos, penetrante y perseverante, como si ya lo supiera todo, pero solo quería que él lo dijera por su propia boca, pero eso no estaba en los planes de Fran.

- Sí, lo sé. ¿A qué se debe la pregunta? -

- Un guardia me informó que saliste corriendo dejando a Felipe y Blas solos en la casa, lo cual me hace preguntarme: ¿Qué viste que te hizo huir de esa forma? - Francisco quería llorar y decirle la verdad, la voz del hombre era demandante y fuerte, y al mismo tiempo se recriminaba así mismo por estar ayudando a encubrir una infracción.

- Yo, fue una falta mía, señor - El hombre arqueó una ceja ante la respuesta del contrario.

- ¿Disculpa? -

- Fuí de regreso a mi habitación por olvidar algo, ahí estaban Blas y Felipe, se despertaron tarde, así que estaban apurados - Francisco tomó un respiro y apretó sus manos, no podía creer que iba a mentirle a la mayor autoridad del internado - Todo era normal, pero en medio de mi apuro me tropecé y el dolor me hizo llorar, Blas y Felipe me vieron y me dio tanta vergüenza tal acto, así que corrí - El hombre hizo un ademán ante la respuesta de Francisco, parecía bastante convecido y eso calmaba el pobre agitado corazón angustiado del otro.

- Llorar no es de hombres, Francisco, tendrás un castigo - Francisco tragó en seco ante las palabras del director, esperaba la peor.

- Lo sé, señor, lo siento mucho, no se volverá a repetir - Y de verdad en el fondo, Francisco esperaba que no volviera a pasar.

-

El castigo no fue tan sádico después de todo, Francisco solo tuvo que limpiar toda la cancha trasera en la tarde siguiente, fue agotador y el cruel sol se desplegaba sin piedad sobre él, sentía que en cualquier momento se derritiría por las fuertes temperaturas.

Felipe y Blas estuvieron muy agradecidos con él, y a Francisco le alegraba ayudar y por fin poderse sentir querido por sus compañeros, o por lo menos algunos de ellos. Esteban seguía sin hablarle y eso le comenzaba a desesperar en demasía, y para su mala suerte, Esteban nunca dejaba de mirarlo, lo cual le enojaba más, porque por más que chocaban miradas, el mayor nunca se acercaba.

- Te vas a derretir con tanto sol, bombón - Francisco dio un salto sobre su lugar cuando escuchó la voz de Esteban detrás de él, se incorporó y ambos quedaron cara a cara, Francisco estaba nervioso pero decidió seguirle el juego.

- ¿Eso es lo mejor que tiene? Es malísimo - Se burló Fran haciendo reír a Esteban.

- Me sorprende que no te hayas exaltado, y me hayas dicho maricón de manera objetiva, para luego decir que tengo que pedir perdón a Dios - Ironizó Esteban mientras reía haciendo avergonzar a Francisco, poniéndolo así parecía muy molestoso, quizás por eso Esteban ya no le dirigía la palabra.

- Como sea, ten un poco de agua - Le acercó una botella que no dudó en tomar. Mientras tomaba, Esteban se alejaba. Sus palabras habían dejado a Francisco pensando demasiado.

¿De veras había cambiado tanto? En vez de curarse, ahora se estaba enfermando más. Eso lo aterraba, le daba tanto miedo empeorar al estar rodeado de personas enfermas. A pesar de los duros y severos castigos y de la terapia bastante obcena, Francisco, cada vez que veía a Esteban, se sentía más homosexual que nunca, y eso lo atormentaba, pero le encantaba. 

"Vivir" esteban x franciscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora