Victoria se levantó con un poco de dificultad, había estado mucho tiempo de rodillas y las tenía entumecidas. Marco la sujetó de la cintura y la aguantó de pie unos segundos a su lado acariciándola y dándole besos en la cabeza en lo que cogía fuerza en las piernas.
-¿Todo bien cariño?
-Ha sido fantástico Amo, muchas gracias- le miró con los ojos llenos de admiración y Marco no pudo evitar darle un beso en los labios, no fue lujurioso, a Victoria le dio paz.
-Vamos a vestirnos y a comer, que ya es hora - la soltó para ordenar las prendas de ropa esparcidas por toda la habitación.
Bajaron ya con ropa puesta al piso inferior para poder almorzar. Era muy tarde, pero debían recobrar energías. Comieron animadamente, hablando de distintos temas sin mucha importancia pero que hicieron que el tiempo pasase rápido.
Después de la comida Marco insistió en ver las marcas que había dejado la fusta en la piel de su sumisa. No había sido agresivo, pero su piel era tan blanquecina y sensible que debía observar cuál era el impacto que tenía sobre ella.
Al levantarse la camiseta, Victoria sintió los cálidos dedos de su Amo acariciando los listones que ahora se formaban en su piel, le escocian un poco pero sabía que se lo había hecho él y estaba orgullosa de ello.
Un masaje con crema después, Victoria estaba casi dormida, amó como los dedos de Marco la acariciaban y apretaban en las zonas más doloridas, también acarició sus muslos traseros, haciendo círculos y de vez en cuando acercándose peligrosamente a sus partes íntimas.
Durante el masaje Victoria dejo volar su imaginación, pensando en que todavía no habían mantenido relaciones sexuales como tal, él la había tocado y viceversa, pero no había hecho intención de tener sexo con penetración durante la sesión. No solía expresar sus inquietudes, pero un pellizco en su trasero la sobresaltó.
-¿Que te está preocupando?
-¿Eh? ¿Cómo...?
-Tu cuerpo. Tú cuerpo expresa lo que sientes en tu cabeza y en tu corazón -seguía masajeando sus piernas - cuando estás preocupada arrugas la nariz y este músculo - señaló un punto de su espalda - se te tensa.
-¿Y como sabes eso?- le dio un pequeño azote en el trasero de forma juguetona por la forma brusca de decirlo.
-Me gusta observarte, ver cómo reacciona tu cuerpo a las emociones, tus ojos también me dicen como te encuentras. La conexión entre Amo y sumisa debe ser algo más que físico, yo necesito entenderte para cuando estés atada y amordazada, entender que quieres más o que necesitas parar. Un idiota solo pensaría en si mismo. -Era una reflexión que a Victoria le parecía preciosa y la consideraba una gran verdad.
-¿Yo podré aprender a leerte a ti? - sus manos no paraban de acariciar y masajear su espalda.
-Puede ser, depende de la atención que quieras poner a eso. Pero es de mala educación no contestar una pregunta- de nuevo otro pellizco en su trasero que hizo que respingase.
-Estaba pensando en por qué todavía no has hecho intenciones de tener relaciones con penetración conmigo.- Marco se intentó no reír, levantó a Victoria y se puso frente a ella, a la altura de sus ojos.
-El sexo no tiene que conllevar penetración, no es un fin. Hay que disfrutar de los preliminares, de la conexión que firmamos como Amo y sumisa. Estoy deseando follarte, no quiero que pienses lo contrario, pero es mucho más importante crear este vínculo contigo.
-Lo entiendo, ha sido una tontería -apartó los ojos de su Amo y este volvió a conectar a través de sujetarle la barbilla.
-No lo era, tienes que confiar en mí para decirme tus preocupaciones. Y esta era una bastante importante -dejo un corto beso en su frente. - Venga, ponte la camiseta que vamos a ver una película.
- ¿Ahora? - se preguntaba si realmente un hombre tan ocupado no tendría que hacer algo más importante.
-Ahora, ¿o estás desobedeciendo a tu Amo? - lo dijo con un tono juguetón poniendo sus brazos en jarras.
-No no, lo que mi Amo diga - hizo el saludo militar mientras ambos reían y se sentaban en el sofá.
Marco había puesto su brazo por detrás de la cabeza de Victoria mientras que esta tenía ambas piernas sobre el regazo de él. Habían puesto una película cualquiera de una plataforma cualquiera. Iba de un grupo de chicos que se metían en algún tipo de lío, un prototipo del cine americano.
No era una obra de arte, pero Victoria estaba concentrada en ella, ya no sentía la mano de Marco subiendo y bajando por su muslo.Una de las escenas de la película representaba a un chico y a una chica que se habían quedado encerrados en una cueva "misteriosamente". De un segundo a otro comenzaron a besarse, pero el grito de Victoria no vino porque el chico tenía novia, que era la mejor amiga de la chica, sino porque la mano de su Amo se introdujo en su ropa interior.
-Sigue mirando la pelicula - intentó obedecer, mientras que sus dedos se frotaban suavemente en su clítoris. No ejercía fuerza, se movía lentamente y delicado.
Había aprovechado el despiste de Victoria para mojarse los dedos con su saliva, y aprovechando el precioso pantalón corto de pijama que se había puesto, la intromisión fue sencilla.
Aunque tenía la orden de ver la película ya no sabía si los personajes estaban teniendo sexo o si se habían muerto, solo le daba importancia a esos magníficos dedos que acariciaban sus labios inferiores con maestría mientras dejaba salir jadeos y gemidos continuos.
Intercalaba entre su entrada y su clítoris, dando pequeños peñizcos por los diferentes lugares, generando que la zona se llenase con sangre más rápido y Victoria sintiese mucho calor y excitación.
-Amo...
-¿Que mi amor?
- Se siente muy bien, ¡Ay! - le había agarrado el clítoris con dos dedos y había tirado fuerte de él.
-Agradece - estaba serio, pero no de enfadado o frustrado, era serio de concentrado en el trabajo que estaba haciendo.
-Gracias Amo por m~masturbarme.
-Tendré que conformarme con eso - sin parar sus movimientos ambos comenzaron una lucha de besos donde el vencedor sería Marco sin duda. La experiencia que tenía no tenía nada que ver con la de Victoria, la manejaba a su antojo y eso ponía cachondos a ambos.
Había aumentado el ritmo, solo se escucha la película de fondo, los húmedos sonidos que provenían de su vagina y sus gemidos/gritos.
Marco había agarrado del pelo a Victoria haciendo que agacharse la cabeza con la intención de que observase bien como sus dedos se introducian en su interior.
- La conexión de la que te hablaba antes trata de que si yo ahora paro, tú te vas a enfadar, voy a retener tu orgasmo - dejó su mano quieta - te vas a mover inquieta buscando más, me vas a rogar para que siga. - no dejó que esto sucediese ya que inmediatamente se estaba moviendo de nuevo - Pero si por el contrario yo no paro, voy a conseguir tu orgasmo, que es lo que más ansias. Puedo sentirte, saber que necesitas dos minutos más para correrte. Yo tengo el poder de hacerlo real o no.
El cuello de Victoria dolía, pero era demasiado excitante ver la rapidez con la que sus dedos se movían a un compás que el mismo había inventado.
- Te siento, siento que no puedes más, correte en la cuenta atrás.
3
2
1
Correte.
Victoria soltó un gran grito mientras se retorcía en el sofá, Marco la había soltado del pelo y estaba disfrutando del espectáculo acariciando los alrededores de su vagina, provocando que tuviese más espasmos.
Unos segundos después Victoria habló.
-Gracias Amo por conectar conmigo.
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Nacida para ser sumisa.
RomanceLa vida de Victoria ha dado una vuelta de 180º, pero en vez de hundirse decide cumplir su sueño. Esta es una historia con contenido adulto, lee bajo tu responsabilidad.