Capítulo dieciocho

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Jamás en mi vida pensé que estaría tan nerviosa como en este momento con Guido. La ansiedad que me causaba su suspenso y su silencio no me ayudaba en nada.

Estábamos sentados en el sillón, con la televisión en algún canal, en silencio. Todo era silencio. Ni siquiera Koda se escuchaba.

El estaba apoyando sus codos en las rodillas y sus manos en su mandíbula, parecía muy pensativo.

Yo estaba sentada de costado, todo mi cuerpo miraba hacia él. Queriendo que sepa que toda mi atención estaba en él y en nada ni nadie más. Agarraba uno de los almohadones que habían y jugaba con el bordado de este, sin saber si tenía que hablar yo primero o dejarlo a él.

Se quedó unos 5 minutos así, hasta que suspiró y se enderezó, pero todavía no me miraba.

-Bueno- empezó diciendo, mirando fijamente al televisor. -Cuti y Lucía van a ser papás- termina de decir casi en susurro.

-Si, me lo contaron- le dije suavemente, sin saber que rumbo tenia esta conversación.

-Te pidieron a vos que seas la madrina, y me pidieron a mi que sea el padrino- siguió, ya hablando un poquito más fuerte, en un tono normal.

-También sabía eso, felicidades- le dije con un poquito de sarcasmo que claramente el entendió a la perfección.

Yo seguía un poco molesta por que él no me había hablado y mucho menos contado que sería el padrino del bebé, no fui su primera opción para contar, eso me dolió.

-Primero que nada, te quiero pedir perdón por como me vengo comportando con vos, se que estuve demasiado distante desde que salí con los chicos. Se que no fui ni siquiera capaz de mandarte un mensaje diciendo que me pasaba o si había algo que me molestara que generaba ese distanciamiento- empezó a jugar demasiado con sus manos y tocandose los mechones de su pelo.

-Si, sigo sin entender tu comportamiento tan repentino. Pero bueno, si es algo que me quieras contar o no está en vos. Lo único que espero es que no sea siempre así, que te pase algo y yo termine siendo la ignorada- le dije

-Es que lo que me pasa tiene que ver con vos, con mi vida, mejor dicho con nuestras vidas. Estuve pensando desde que Gastón me contó sobre el bebé. Por mi mente pasó mi familia- quedé sorprendida, el señalandonos a ambos cuando decía "mi familia"

-No te estoy entendiendo del todo, la verdad- le dije un poco confundida.

-Que quiero tener una familia- dijo más serio, mirandome a los ojos. -Quiero tener una familia con vos, quiero hijos. Veo a todas las parejas felices con sus hijos, una familia hermosa aparentan. Yo veo eso y me imagino a vos cargando un bebé, se que para ser una familia no necesariamente se tiene que tener hijos. Pero yo, quiero ser papá- terminó de decir muy lentamente la última parte.

Sorprendidisima de lo que estaba escuchando. Guido, Guido Sardelli quiere formar una familia conmigo. Me está eligiendo para compartir su vida, me está eligiendo a mí para ser la madre de sus hijos. Yo no sabia como reaccionar a eso.

-Amor- le dije lento y con cara ¿triste? Nose, no se ni lo que sentía en ese momento.

-Ya se, no queres- dijo con lagrimas en los ojos.

-No Guido, no dije eso. Es que no se me pasó por la cabeza tener hijos, no se, no es que no quiera, no se que quiero en este momento-

-Yo sí se que quiero, quiero compartir mi vida con vos para siempre. Me siento feliz con vos, me siento acompañado, siento que por primera vez encontré a alguien que me entiende y a pesar de todo lo malo que hay en mi, sigue a mi lado. Yo quiero ser papá, pero si vos no querés ser mamá, me duele un montón decir esto pero no va a funcionar lo nuestro. Te amo, de verdad te amo. Pero no creo que funcione si los dos no queremos lo mismo.- termina diciendo con lágrimas cayendo por sus mejillas.

Yo a esta altura de la conversación también me encontraba llorando, me dolían sus palabras. El "no va a funcionar" me generaba muchísima tristeza.

-Guido, si de verdad nos quisiéramos por más pensamientos distintos que tengamos lo tendríamos que hacer funcionar igual. Vos no me estas dando otra opción o ni siquiera me preguntaste que otra opción tendría yo al respecto de este tema- yo ya estaba dolida y molesta.

Como va a decir que no funcionamos por el simple hecho de que no tengamos hijos? Entendí perfectamente que el quiere ser padre, pero de mi parte, no se si quiero ser madre, al menos no por ahora o al menos tendría que pensarlo miles de veces, porque no es algo fácil tener hijos. Es mucho sacrificio.

Los dos llorando y dolidos por las palabras del otro no llegábamos a ninguna parte. Nos dimos cuenta de que es un tema muy complicado para nosotros dos. Uno si sabe lo que quiere. El otro no sabe lo que quiere, o ni lo pensó. Dos realidades muy distintas estabamos atravesando, y las palabras no ayudaban.

-No me siento bien, es mejor que te vayas y cuando estemos más tranquilos los dos, lo volvemos a hablar- le dije tratando de calmar mi llanto.

-Se que es doloroso, a mi tampoco me esta gustando mucho esta conversación. Pero mientras más rápido sea, vamos a estar mejor.- dijo agarrando sus cosas. -Voy a volver durante la semana, tengo mucho trabajo en las próximas dos semanas pero si me hago tiempo vengo- me dio un beso en la cabeza y me acarició.

-Te amo- le dije acariciando su mejilla y de paso secando su lágrima.

-Yo te amo mucho más- le dio un beso también a Koda que estuvo atento a nuestra conversación y se dirigió a la salida, una última mirada y cerró.

Yo me quede dormida en el sillón, abrazada a Koda que después vino a acostarse conmigo.

Nuestra Locura- Guido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora