Capítulo treinta y tres.

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Narra Guido

Me llega un mensaje de Gastón, el se quedó con Lucía en el hospital y me mandó a casa a bañarme y dormir un poco. Eran las 2 de la tarde y me había dicho que Amelia se encontraba en terapia intensiva. Y no sabrían decirnos por cuanto tiempo.

Habré dormido unas dos horas, pero entrecortadas, porque no podía pensar en otra cosa que no sea en el estado que se encontraba mi mujer.

Así que me levanté y me puse ropa, baje a darles de comer a los perros y fui directo al hospital.

-Hola Gui- me abraza Lucía apenas me ve. Yo solo asiento, sin ganas de decir nada.

-Me dijieron que Amelia esta estable, pero dormida todavía. A las 4 de la tarde es el horario de visita para terapia intensiva, solo pueden entrar dos personas y turnandose- me informa mi hermano mientras me siento en la sala de espera.

-Bien- es lo único que puedo comunicarles.

Ellos se sientan al lado mío y empiezan a hablar sus cosas, no les presto atención.

Me llegan mensajes de mi mamá y mi hermano Patricio. Los dos diciéndome que todo va a estar bien y que en el momento que puedan vienen al hospital.

Lo único que necesito ahora es poder ver a Amelia y confirmar con mis ojos que esta bien.

Perdido en mis pensamientos se fue la hora y Gastón me toca el hombro para informarme que ya era hora de pasar.

Me hacen caminar por un pasillo y después entrar a una puerta, donde se encuentras unos 5 enfermeros, y 5 camillas con pacientes en cada pared, unos del lado izquierdo y los otros del lado derecho, todos enfrentándose.

Me indican en donde esta Amelia y me acerco, era la última camilla del lado derecho.

Verla conectada a cables, con la cara pálida, y todavía sin despertar me generó mucha más angustia que hoy. Me largué a llorar en silencio mientras le agarraba la mano.

No presté atención a los demás, solo la miraba a ella. Esperando a que abriera los ojos, que me diga que ya vamos a salir de esta.

Pero lo único que tengo es el calor de su mano contra la mía.

Una vez que decidí que era suficiente verla en ese estado me fui a la sala de espera nuevamente. En mi lugar entró Lucía para verla. No le quedaba mucho tiempo, así que fue rápido.

Cuando los dos nos encontramos con Cuty de nuevo nos sentamos, me dejaron en el medio.

-Guido, mamá y Pato vienen para acá, Meli igual- mira a Lucía fijamente, ella asiente y me mira.

-Tendrías que avisarle a la familia de ella lo que pasó.

Ella tiene razón, no me había percatado que ellos todavía no estaban informados. Amelia no tenía la mejor relación con su mamá pero si con su hermana. Y gracias a Dios anoté su número si pasaba algo, pero me lamento las circunstancias.

"Hola soy Guido, si no estas ocupada me gustaría hablarte sobre Amelia"

Terminé de mandarle el mensaje y a los 10 minutos tuve una respuesta.

"Hola cuñado, que paso con ella? Esta bien?"

"No, pasó algo grave y esta internada"

Le di los detalles del hospital y me dijo que lo más rápido que podía venia.

En eso entraron Patricio, Melisa y mi mamá.

Abracé a mi mamá con tanta fuerza que parecía que no podía respirar. Me largue a llorar con ella.

Nuestra Locura- Guido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora