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— Decidí que hoy terminaré con Chantalle

Probablemente decir eso mientras Bill, Britney y Nick habían estado bebiendo su malteada de fresa no fuera una idea brillante. Lo comprobó cuando los tres escupieron sus bebidas en su cara, lamentablemente también le entró un poco en la boca por tenerla abierta.

Los miró enojado y con asco.

— No creo que ella se esté ilusionando, Tom. — dijo Britney jugando con el pitillo de su malteada—. La veo bastante... Tranquila con respecto a su relación.

— Igual no quiero haberle daño. Mientras menos tiempo juntos menos le dolerá la separación, ¿verdad Bill?

— Cállate si no quieres que te meta el pitillo por el culo.

— Oigan, guarden sus fetiches para cuando estén solos — dijo Nick con una mueca divertida —. Bueno, Tom, fue bueno mientras duró, eh.

Tom y Bill miraron a Nick sin saber qué decir. ¿Se estaba refiriendo a Chantalle o a lo otro?

— Hablando de todo... ¿Qué harás cuando termines con la rubia? ¿Buscarás otra novia o seguirás fóllandote a Bill en la alfombra de la casa?

Sí, la señora que estaba comiendo en la mesa de al lado se atragantó con lo que dijo Nick, a ninguno de los cuatro les importó.
 
Bill le dio una sonrisa que, esperó, se viera acompasada.
 
― Obviamente él-

― No lo sé. Todo depende ―contestó Tom con un encogimiento de hombros―. Quizás siga teniendo sexo con Bill, o quizás busque una chica. Lo único que sé es que no quiero tener novia más nunca en mi vida. Es mucho trabajo.
 
Bill miró a Tom desconcertado. Okay, quizás eran ideas suyas, pero eso no era parte del maldito acuerdo -al igual que muchas cosas que habían estado haciendo.
 
― Creo que deberías intentar salir con Billy ―opinó Britney―. Es obvio que te gusta más de lo que te gusta la idea de una nueva chica que probablemente esté igual de abierta en la chocha.
 
― ¿En la qué?
 
― No me mires así. Sólo repito las cosas que veo en insta.
 
― Tienes un talento innato para decir cosas absurdas, ¿no? ―dijo Tom con tono despectivo. Britney se encogió de hombros con una sonrisa.
 
― Saben, me estoy dando cuenta de que soy el único en una verdadera relación formal.
 
― ¿Y eso qué tiene que ver con nada, Nick? ―preguntó Tom molesto.
 
― Nada, sólo quería comentar que se siente bien que mi novio no tenga el culo como un túnel y que no me deje por cantar una canción sobre pollo frito.
 
― ¡Marshall no me dejó por eso! ―Espetó ella batiendo las manos en la mesa.

Los tres hermanos siguieron peleando, ahora por el motivo por el que Marshall, el ex-novio de Britney, la había dejado. Bill sólo los veía, sin realmente escuchar lo que decían. Su mente estaba ocupada pensando en si Tom era un compromiso-fóbico. A decir verdad, Bill era la relación más larga que había mantenido en toda su vida, y la más fuerte. Ni siquiera sus otros amigos tenían un expediente con él de más de un año. Era extraño, porque Tom era bastante espontáneo a la hora de conocer personas, pero en su mayoría no las tomaba en cuenta para persistir en su vida.
 
― ¿Escuchaste eso, Bill?
 
El menor miró a Tom. Los tres lo observaban, aparentemente ya habían terminado de discutir y ahora hablaban de otra cosa.
 
― ¿Qué?
 
― Britney dice que tenemos un club de fans en la universidad ―rió entre dientes.
 
Bill alzó las cejas, mirando a Britney ahora.
 
― ¿Club de fans?
 
La chica asintió, sacando su teléfono y buscando algo en él. Luego se los mostró. Era un grupo de WhatsApp donde salían varias imágenes de Bill y Tom.
 
― No puedo decirte cómo se llama el club porque es confidencial y si revelo el nombre me van a cortar la lengua ―dijo como si no fuera nada. Ellos la miraron parpadeando asombrados―. Son más que nada chicas, aunque también había chicos, que los emparejan. Se pasan fotos de ambos, los graban y crean historias de ustedes.

― Wow ―balbuceó Nick, riendo impresionado. Tomó el celular de Britney y revisó unas fotos.
 
― ¿A esto se le llama fama negra?
 
― Nunca creí que fuéramos tan populares ―musitó Bill, sonrojado y mirando también las fotos.
 
Tom al parecer era el menos impresionado. Cruzó los brazos atrás de su cabeza y se recostó en la pared, inclinando la silla hacia atrás.
 
― No me sorprende. Bueno, sí lo hace, pero yo sospechaba que hay varias personas que les gusta imaginarnos juntos.
 
― ¿Cómo nuestras madres? ―consultó irónico.
 
― Y las profesoras, sí ―se encogió de hombros―. ¿Recuerdas en el último año de secundaria, en la cafetería?
 
― Oh, sí, ¡eras un maldito! ―Carcajeó.
 
En quinto año de secundaria, Tom y Bill se la pasaban más que nada con dos chicos de primer año que les decían Lukas y Carl. Un día, mientras almorzaban en la cafetería, una chica de segundo se les acercó, toda sonrojada y tímida.
 
― Tom ―dijo ella, tocando su hombro. Tom la miró sin quitar el brazo de la espalda baja de Bill―. ¿Es verdad que tú y Bill estan saliendo?
 
Bill rió levemente, enternecido por la curiosidad de ella. Si no se equivocaba, se llamaba Moshi -o le decían así, no estaba seguro. No era la primera en preguntar algo así y sinceramente no le molestaba. Se dispuso a contestar, pero Tom y su sonrisa maliciosa fueron más rápidos.

― Ya te respondo eso ―dijo, subiéndose a la mesa y aclarándose la garganta. Lukas y Carl rieron al predecir alguna estupidez del mayor, y Bill sólo suspiró mientras apoyaba su mejilla en el dorso de su mano, mirando lo que haría el imbécil―. ¡Escuchen, por favor! ―exclamó, y todos en la cafetería -profesores incluidos- se giraron a verlos―. Vengo a confirmar esos rumores que corren en los pasillos sobre mí y Bill. O debería decir... ―ensanchó su sonrisa, y miró al menor con ojitos amorosos― mi querido novio.
 
Carl y Lukas tuvieron que cubrirse sus caras para no arruinar la broma de Tom, pero Bill pudo notar que se estaban partiendo de la risa. Él, por su parte, no demostró gran cosa ante los cuchicheos y gritos asombrados de los estudiantes. Algunos que medianamente los conocían no se lo tragaron y permanecieron en silencio, pero en su mayoría la cafetería comenzaba a llenarse de "te lo dije", "no puede ser" y "¿quién crees que sea el pasivo?"
 
La última era algo perturbadora.
 
― ¡Pero si te la pasas follándote a cada chica que se te cruza por delante! ―alguien gritó.
 
― Casualmente ayer me encontré a tu hermana, Eric ―contestó Tom, imperturbable.
 
― Ninguna significó nada. ¡Billy es todo para mí! Y no le importa cuántas tipas me folle, ¿verdad, amor?
 
Bill sonrió de lado y negó con la cabeza solamente. Moshi, a su lado, sonreía de una forma muy extraña, y cuando Tom jaló a Bill con él encima de la mesa, estaba seguro de que le escuchó gimotear.
 
― ¿Qué haces? ―le preguntó en un murmuro, sin poder evitar reírse levemente.

Tom sonrió y volvió a hablar en voz alta.
 
― ¡Amo a Bill Kaulitz, así que todos esos hombres gays que quieran acercarse a él tendrán que pasar sobre mí primero!
 
Y lo besó. Casual.
 
Bueno, en realidad no era un beso. Sólo tenía su boca presionada en la de Bill, sin moverse ni nada. Pero al parecer fue suficiente para que la cafetería terminara de colapsar, los flashes de cámara se dispararon hacia ellos y las chicas comenzaran a gritar cosas que ninguno entendió y que Bill estaba seguro, era japonés. Ahora Lukas y Carl no se preocupaban por tratar de ocultar sus carcajadas, pataleando en las sillas.
 
Y claro, cómo Bill también tenía derecho a hacer arder el mundo, rodeó el cuello de Tom con las manos y se restregó contra él. Riendo por cómo la gente ahora comenzaba a gritar que él era el pasivo.
 
― ¡TRÜMPER, KAULITZ!
 
Ese era el director y la supervisora.

― Después de eso nos castigaron por crear un escándalo en la cafetería, fueron dos semanas de limpiar la cancha después de los partidos de voleibol ―agregó Tom.
 
Nick y Britney estaban partidos de la risa, riendo y haciendo sonidos extraños. Bill sólo sonreía logrando formar dos medias lunas con su sonrisa.
 
― No sé qué estaba haciendo yo en esos momentos, pero ahora tiene sentido eso del grupo de fans ―dijo Nick, secándose las lágrimas
 
― Qué puedo decir ―el brazo de Tom se pasó por encima de los hombros de Bill, dejando un beso en su mejilla―. Esto que tengo con Bill no se encuentra en todos lados.
 
― ¿Y exactamente qué tenemos? ―consultó el menor, sin dejar de sonreír.
 
Tom no respondió. En cambio, le besó la mejilla otra vez.

estrechez ᝰ.ᐟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora