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Cuando amaneció y la luz se coló por las ventanas, Tom abrió los ojos sin mucho problema. Había pasado una buena noche, cómodo, cálido, en confort.
 
Y cómo no, era porque Bill y él estaban haciendo cucharita.
 
La verdad es que ellos no habían dormido así desde algunas cuantas semanas, antes de todo este rollo. Generalmente después del sexo se disponían a hacer otras cosas, a conversar, o simplemente Bill se iba. Pero no hacía falta tener sexo para sentirse bien y querer dormir abrazado a la espalda de Bill, nunca lo había hecho -obviamente.
 
Pero, ahora...
 
Tom sonrió sin gracia. No entendía porqué si ya habían aclarado el tema su cerebro debía reincidir en que él se sentía bien con esto ―dormir con Bill abrazados― tenía que ver con algún motivo completamente antónimo al que siempre habían tenido. Tom solo estaba confundido. Bill seguía siendo su mejor amigo hermoso y apapachable, ese al que siempre le había gustado abrazar mientras dormían juntos en el sentido no homo. Nada había cambiado.
 
Bueno, no "nada" exactamente, pero ellos no se alejarían de su concepto amistoso por las folladas. Todo era como antes, todo sería cómo antes después de que Tom "retomara las andadas".
 
Correcto. Nada de líos mentales, entonces.
 
¿Crees tener la madurez para seguir con esto? una voz resonó en su cabeza, burlona.
 
Quizás Tom debía ir a un psicólogo, dudaba que eso de nombrar partes de su cuerpo, creer que su pene lloraba, y que su yo interno le reprendiera cosas fuera normal.

― Te he dicho que no hagas eso.
 
Tom miró a Bill. Los ojos somnolientos de su amigo le observaban algo desenfocados.
 
― ¿El qué?
 
― A veces... ―dio un largo bostezo, estirando los brazos.
 
― Cuando meditas, pones una mirada como si sufrieras de ti.
 
Tom sonrió, acariciando el hueso de la cadera de Bill por encima de su pantalón deportivo.
 
― ¿En serio?
 
― Sip, incluso murmuras cosas que se contradicen entre si. Eso da algo de miedo. No lo hagas.
 
― Quizás sí sufro de ti, Billy. Comienzo a considerarlo ―le dijo de forma casual.
 
Bill frunció el ceño y le miró confundido.
 
― ¿Por qué lo dices?
 
― Porque... ahora mismo hay una parte de mi que quiere besar estas señoritas ―tocó con su índice y extrema suavidad los pómulos levemente abultados de Bill―, pero hay otra que quiero algo completamente distinto.
 
Bill sonrió, abultando en el acto, un poco más sus mejillas.
 
― ¿Si? ¿Y qué sería?
 
La mano de Tom viajó un poco más abajo, acariciando el muslo de Bill verticalmente, dando ligeros apretones.

― La otra... quiere masturbarse, y correrse en su cara ―agregó, sonando casi amistoso.
 
Quería hacerles creer a ambos que la situación ya no le afectaría. Puede que asegurar que sufría de un conflicto mental no era la mejor forma, pero la idea técnica era bastante obvia y por supuesto que Bill la entendió.
 
Bill lo miró por unos segundos antes de asentir en silencio, luciendo algo nervioso, pero anhelante.
 
Tom se deslizó hacia abajo, dejando primero un beso en los labios de su mejor amigo. Acarició sus piernas cubiertas con ambas manos, antes de sentarse sobre el pecho de Bill tras haberse quitado el pantalón de pijama. Obvio, no cargaba ropa interior. Sabía que Bill tampoco.
 
La erección matutina de Tom saludó a Bill a solo unas pulgadas de su cara, ya lo suficientemente dura como para hacerle agua la boca al menor. La mano de Tom la envolvió entre sus dedos y empezó a bombear, sujetando con fuerza el prepucio y soltando gruesos jadeos.
 
Bill sólo espero, sonrojado y expectante. Observando como Tom se masturbaba, convirtiendo su erección matutina en una erección de verdad. El glande estaba rojo y húmedo, lucia delicioso ante los ojos del pelinegro.
 
Sin poder detenerse a pensarlo, sacó la lengua y se acercó, pasándola por encima de la hinchada cabeza y quitando todo el pre-semen, reemplazándolo con y hilo de saliva que conectaba con su lengua, que se quedó afuera tras alejarse.
 
Tom gimió bajo ante tal acción y comenzó a masturbarse más rápido, su otra mano viajó hasta el cabello de Bill, tomando un puñado de este para que alzara la cabeza. Él mismo se inclinó y atrapó los labios de su mejor amigo en un beso incómodo, pero obsceno y ruidoso.

estrechez ᝰ.ᐟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora