❃𝐅𝐎𝐔𝐑❃

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¡Promise!

"No tienes porque estar triste, yo jamás te abandonaré, tu siempre iras dentro de mi corazón, como las muñecas de la Matriuska" °

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"No tienes porque estar triste, yo jamás te abandonaré, tu siempre iras dentro de mi corazón, como las muñecas de la Matriuska"
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ERA UNA MAÑANA NUBLADA, LAS NUBES PARECÍAN QUERER LLORAR, ¿Y como no? Se preguntaba Azumi.

¿Como no llorarían si habían sido testigos de la crueldad humana?

Zeno había pedido la compañía de Azumi para deshacerse el cuerpo de una víctima, claro que el podía hacerlo solo, pero aveces disfrutaba de la compañía de la callada muchacha, quizás porque Zeno era capaz de romper la fría superficie de su ser y llegar hasta aquel cálido corazón de la pelinegra.

Zeno solía compararla con una muñeca de matriuska ¿porque? Ambas tenían capas, entre más capas quitabas más pequeño era el interior, pero era una sorpresa agradable ver la diferencia entre cada capa, Azumi podría parecer fría y distente, pero si la conocías bien y te daba el tiempo de entenderla notarias lo sensible y dulce que es, eso le gustaba de ella, no era como los Zoldyck, era un caso totalmente distinto.

Azumi tenía sus manos juntas, se encontraba rezando y pidiendo a la divinad que acompañará el alma de él hombre que fue asesinado, su cuerpo ya no estaba presente en el lugar, pues Azumi ya se había encargado de él, pero una oración podría ser almenos su última despedida formal.

—¿Porque haces eso? —pregunto Zeno.

—Mi padre decía, qué para que un alma pudiera descansar en paz tenías que orar por ella y que encontrará su camino hacia el descanso —

—Tu padre es muy extraño aveces—

Y tenía razón, aveces decía cosas sin sentido y otras era demasiado filosófico, pero ella así lo amaba, después de todo era su padre.

—Aveces, si, pero tiene razón después de todo—

Ambos caminaban con tranquilidad a la salida del edificio.

—¿Como vas con tu habilidad? —pregunto Zeno.

—Tan solo mire— y pronto frente a ellos había un gato blanco caminando en dos patas, mientras daba pequeños saltitos como una bailarina.

El gato no parecía contento, más bien estaba asustado, no sabía que pasaba con su cuerpo y no podía moverlo, solo maullaba intentando pedir auxilio.

—¿Gatos también? —

—Cualquier cosa esta a mi alcance y si tengo suerte, quizás pueda moverla sin necesidad de un cuerpo como recipiente —
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𝐓𝐮𝐩𝐚𝐧𝐚𝐧𝐜𝐡𝐢𝐬𝐤𝐚𝐦𝐚                                   ᴴᵁᴺᵀᴱᴿˣᴴᵁᴺᵀᴱᴿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora