Capítulo 11: ¿Relación?

149 37 2
                                    

El tiempo paso y cuando menos lo esperaba, ya habían pasado dos meses desde la última vez que tuvieron una intimidad de tan alta intensidad.

Por supuesto que aun tenían sus pequeñas sesiones de sexo, sin embargo, la precaución no los dejaba disfrutar al máximo del placer que podían otorgarse mutuamente. Si bien, ahora Kim Dokja podía caminar sin miedo a caerse y sin tener las piernas temblorosas, no negaba extrañar aquella sensación, sobre todo el cuidado posterior.

Sin embargo, algo bueno tenía que venir con la pequeña 'abstinencia'.

La convivencia entre los tres habitantes del lujoso departamento iba viento en popa, aunque Yoo Mia seguía llamando 'ahjussi' a Kim Dokja, este último podía sentir el cariño en la palabra, incluso esa pequeña y feroz mirada del principio cambio a una más suave y cariñosa.

Y, contrario a lo que Kim Dokja esperaba, no renuncio a trabajar sino que solo renuncio a su trabajo explotador y consiguió uno nuevo, más explotador quizá, pero sin duda era algo que disfrutaba hacer más que nada; estaba eternamente agradecido con el bastardo de Yoo Jonghyuk, pero no es algo que diría en voz alta. Su nueva jefa tenía una forma bajita, un contenedor pequeño para la ira que almacenaba, cabello corto y personalidad terrible: Han Sooyoung.

Esa malvada bruja tenía un don, otra cosa que jamás admitiría, su cerebro era asombroso. Como editor de cada una de sus novelas (las cuales no eran muchas, pero si con mucha popularidad), esta feliz, satisfecho, pleno, dichoso, pero claro, no todo era color de rosas con la mujer. En las reuniones que solían tener siempre discutían ferozmente, pero eran pequeños detalles que no pasaban a mayor.

Ahora la vida de Kim Dokja estaba inundada de placeres sin más.

No solo podía conseguir todos los libros que quisiera y gastar su dinero en diversas novelas web interesantes, su dieta de tres comidas sanas y deliciosas al día seguiría hasta el fin de sus días.

Aunque había algo que definitivamente lo molestaba un poco.

A Kim Dokja no le hubiera importado mucho, es más, ni siquiera él había pensado en ello hasta que la bruja tuvo que ir y arruinar su estado de animo por más de una semana.

Lo peor de todo es que la bruja molesta tenía razón.

¿Qué tipo de relación tenía con Jonghyuk?

Podrían entrar en la categoría de amigos con derechos, pero no es lo suficientemente claro, puesto que el cariño entre ambos era demasiado obvio.

Kim Dokja no sabía lo que Yoo Jonghyuk pensaba acerca de él, pero tenía claro que muy en el fondo, no le molestaría ser la pareja romántica del hombre musculoso.

No iba a mentir, pero pensar en eso también lo asustaba un poco, no tuvo un buen ejemplo en cuanto a relaciones amorosas se trataba y tampoco es que fuera su tropo favorito al escoger una lectura, podía decirse que tenía una vaga idea de que se trataba. Con el hombre alto se sentía protegido, en ese gran departamento podía sentir el calor y satisfacción de al fin tener un hogar, su sola presencia provocaba un revoltijo de emociones y hacía que su cerebro se desconectara por sus cuidados.

Pero a la vez se sentía inseguro, como si estuviera robando el lugar de alguien más solo porque se sentía indigno de tener tanto cariño y bueno, no es como si fuera a externar todo lo que su relación le hace sentir... al menos no la parte fea y, probablemente, tonta de si.

Además, Yoo Jonghyuk era el tipo de hombre que habla más con acciones que con palabras, no estaba mal, pero a veces eso no era lo suficientemente claro y sí, Kim Dokja se sentía querido y sobre todo especial. Pero quizá las palabras tengan un mayor efecto en él.

Yoo Jonghyuk tenía pensamientos más simples, sueños en los que viviría tranquilamente hasta la vejez con su pequeño calamar, tal vez adoptarían dos o tres niños y eso vendría con una casa más grande con un pequeño jardín. Una maravillosa vida en la que podría tomar la mano del hombre y ver en su dedo anular un brillante anillo dorado.

La falta de comunicación estaba abrumando a Kim Dokja y empezaba a notarse.

Sus sesiones de hacer el amor no eran las mismas, había una pequeña incomodidad que ninguno sabía como romper. Yoo Jonghyuk no sabía como arreglarlo y Kim Dokja no quería hablarlo.

Se sentía tan confuso, todo podía arreglarse tan fácilmente pero ahí estaba, día tras día comiéndose la cabeza solo por las palabras de la enana de Han Sooyoung, trataba de no sobre pensar en su relación pero parecía casi imposible.

Las sabanas se pegaban a su cuerpo de forma molesta al dormir y el calor de su compañero no le reconfortaba de la misma manera, todo se volvió desconocido de golpe.

¡Calamar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora