Capítulo 9: Calamar relleno

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¡ADVERTENCIA!

Contenido explícito, relaciones sexuales entre hombres, comida, sitofilia, sploshing, fetiche.

Disfruten


El pecho de Kim Dokja se encontraba pegado al mármol mientras su trasero redondo y rojo por las 'tiernas' caricias de Yoo Jonghyuk, estaba bien alzado y contoneándose en una clase de petición por atención.

Petición que Yoo Jonghyuk no tardo en responder, aunque si bien se divertía al ver al hombre pequeño desesperarse a tal punto de rogarle... no tan honestamente, pero rogándole de todos modos; también le excitaba en gran medida ver su esbelto cuerpo gloriosamente curvilíneo retorcerse de placer. Agregando a esto las marcas de mordidas y chupetones esparcidos por los mejores lugares.

Ahora mismo, lo que decoraba el cuerpo de Kim Dokja era el delicioso chocolate combinado con pequeños trozos de fresa, fáciles de comer y eso aseguraba que no sería tardado el continuar con las atenciones.

Se veía tan apetitoso.

El chocolate fue esparcido meticulosamente en las partes clave: alrededor del bonito anillo rosado incluso llegando a entrar un poco y de forma intencional o no, dejo que escurriera hasta los testículos; una larga y gruesa línea de chocolate se fundía en perfecto contraste con la espalda blanca.

Hoy era el último día en que Yoo Jonghyuk podía darse el placer de preparar tanta comida como se le apetezca y ni un solo segundo fue desaprovechado.

Le gustó bastante verter vino afrutado en el cuerpo blanco, aún más cuando aquella bebida se combinaba con la jugosa boca de Kim Dokja.

Otro tipo de frutas, algunas más sucias que otras, decoraron la figura del pobre hombre desecho.

Su agujero maltratado todavía estaba recuperándose de la última carga que tuvo que soportar; el semen espeso se resbalaba con facilidad y es que estaba tan lleno que era imposible mantener todo dentro.

Yoo Jonghyuk continuo lamiendo su cuerpo a su antojo, mordiendo dónde pudiera y cuánto pudiera, si no encontraba piel virgen, entonces volvería a donde ya había marcado y clavaría sus dientes una vez más, reafirmaba y dejaba muy en claro el nuevo control que tenía este hombre sobre su cuerpo.

Sus pezones hinchados, brillantes y maltratados fueron estimulados de nueva cuenta. Mientras uno era atendido por la experta boca del chef, el otro era despiadadamente pellizcado, pero no sé limitaba solo a eso, esa misma mano que pellizcaba su pezón recorría un camino hacia abajo, dónde topaba con su estómago abultado y seguía hasta la parte interna de sus muslos dónde se aseguraba de amasar y dar leves golpes, comprobando la buena cantidad de carne que había ganado, como si así pudiera decidir si era necesario agregar más o con eso fuera suficiente.
El juego entre sus piernas lo hacía suspirar, porque Yoo Jonghyuk decidía no tocar su pene, haciéndolo sufrir y soltar quejidos que si estuviera en sus cinco sentidos le harían querer morir de vergüenza, pero ahora lo único que le importa es que esa mano estuviera o en su pene o dentro de su culo, prefiriendo que este en su miembro desatendido.

Una vez Yoo Jonghyuk pensó que era suficiente, trazo una larga línea con su lengua hacia abajo, dónde se demoró en el estómago pálido solo para gozar del abultamiento y se enorgulleció tanto de haber llenado tanto a su pequeño calamar, sin embargo, eso aún no era suficiente.

Circulos con su lengua con el propósito de atacar el ombligo de Dokja, dónde alrededor aún quedaban rastros de chocolate; para al final por fin atender la descuidada polla goteante.

¡Calamar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora