7: El agua

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Nunca había amanecido tan mal en mi vida. Tan solo tenía cuatro horas de sueño, pero no podia cerrar los ojos. El dolor de mi cuerpo era una tortura. No podía dejar de mirar el techo. Deseaba quedarme ahí, quieta, hasta que un avox me encontrara y fuera demasiado tarde para meterme en la arena.

Pero no podía dejar que eso pasara. Cuando me levante y fui a desayunar, las imagenes de mis pesadillas volvieron a mi mente: estaba en la arena, con dieciséis años otra vez. Claudette, la chica del Distrito 1 se ahogaba en el fondo del lago, y su mano cortada por mi se hundía a su lado. Luego aparecía Rupert, negando con la cabeza, decepcionado. Y después... estaba escapando. No sabía de que, pero esa sensación de incomodidad, adrenalina e instinto de supervivencia no me dejaba. Todas esas sensaciones se mezclaban en una sola: miedo.

—Come algo. —dijo Raldo desde el otro lado de la mesa.

Obedecí. No tenía nada de hambre, y mi estómago se sentía revuelto. Pero sabia que tenía que comer, por mi propio bien y mi supervivencia. 

Después de desayunar bajamos. Tenían que llevarnos a todos en un aerodeslizador para luego meternos en esos tubos que nos subirian a la arena. Era horrible.

Johanna se me acercó para darme un rápido abrazo antes de ir a la arena. Cuando nos separamos, Haymitch apareció. Tenía una botella entre manos.

—Gracias a dios —dije, intentando quitarle la botella. El llevó la mano atrás, alejándola de mi.

—Eh, eh. Ni se te ocurra. Te necesito bien ahí dentro. —dijo el hombre— A las dos. Estáis dentro del plan, ¿verdad?

—Si.

—Bien. Tengo que deciros una cosa antes de que os marchéis.

—Se breve —pidió Johanna.

—Katniss quiere a Beetee y a Wiress como aliados, protegerlos a ellos también.

—¿Voltios y Majara? ¿En serio?

—Si, Johanna, en serio. Son importantes, y sabes que pueden llegar a ser inteligentes. Además, están en todo este lío de... bueno, ya sabéis. Así que evitad que ellos mueran también.

Nos lo decía a las dos, pero Haymitch solo miraba a Johanna. Tal vez se fiaba más de ella o quizás pensaba que yo era un caso perdido. 

...

Estaba en esa sala otra vez. Vidia no había podido venir. En vez de ella, tenía al pardillo del escolta Scott. No me daba tema de conversación, ni siquiera se ocupaba por calmarme. Su trabajo conmigo ya habia terminado y no disimulaba en demostrar que mi vida le importaba un pimiento.

Tampoco es que a mi me importara la suya, pero me habría gustado tener a alguien más cercano en ese momento. Como Ninna, mi primera escolta. Era una mujer chirriante pero tenía buen corazón. 

—Un minuto. —dijo la robótica voz que venía de los megáfonos.

Me dirigí al tubo. Llevaba un mono que me habían hecho ponerme: una especie de uniforme que todos teníamos que llevar. Luego estreché contra mi pecho una pequeña foto de Rupert que había llevado conmigo. Supuse que estaría a salvo si lo llevaba pegado al pecho, por dentro del mono.

—Diez segundos.

Respiré hondo. Iba a sobrevivir el primer día, iba a sobrevivir el primer día...

Las puertas del tubo se cerraron, y yo estaba subiendo. Primero, fue todo oscuridad. Mi corazón latía con fuerza, pero lo que más me molestaba eran las pisadas de elefante que sentía en mi estómago.

Y después, una luz cegadora.

Así fue mi primer vistazo a la arena. No había campo, ni hierbas secas, ni montañas altas a lo lejos.

Tenía el cielo por encima, el suelo por debajo. Y a mi alrededor... solo había agua. 

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Holaaa!!! Este es un capítulo corto pero lo intenso se viene ahora! Muchas gracias a todos los que leeis esta historia. :D

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