Felipe y Letizia

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-Yo creo que es mejor que duermas aquí­- deslizo sus manos desde el cuello de él hasta su torso y lo acaricio por encima de la camiseta que llevaba Felipe, luego rozo sus labios con los de él, sin llegar a besarlos y jugo a hacer caricias con su nariz en la de Felipe, cuando él se disponía a unirse mas a ella para profundizar el beso, ella se giro pícaramente y con movimientos sensuales, se fue hasta la cama donde se paro delante de ella y girando el rostro para mirar a Felipe de forma enigmática, deslizo una de sus manos por la tira del camisón de seda negro que llevaba puesto, repitió el mismo acto sensual con la otra tira y dejo que el camisón se deslizara por su cuerpo hasta llegar al suelo. Felipe no podía sino mirar extasiado el cuerpo de Letizia­, era hermosa, vio como ella comenzaba a deslizar sus manos por su cuerpo, jugando a acariciarse ella misma, pego un grito ahogado ante la imagen tan sensual que tenia delante de él, vio como pasaba las palmas de sus manos por sus pechos y los acariciaba, para luego ir descendiendo por su estomago, justo antes de que Letizia pudiera llegar a acariciar su intimidad la agarro de las manos con algo de brusquedad y la tumbo boca abajo en la cama, dios lo había puesto muy pero que muy caliente, coloco cada una de sus piernas a cada costado de la espalda de Letizia­, mientras se deshací­a de su camiseta, para luego ir mordiendo el cuello de ella, a su vez ella­ suspiraba y gemía podía sentir la dureza de Felipe en su espalda y los mordiscos que él estaba haciendo en su cuello y en sus orejas la estaban comenzando a desesperar, dejo de jugar con esa zona tan sensible de Letizia­ y fue deslizándose por su espalda, dando soplidos que erizaban la piel de ella, mientras que deslizaba sus manos por los costados de Leti­, haciendo notorias las caricias, cuando llego a sus nalgas, las mordió, lo que hizo que ella­ pegara un grito de placer, tuvo que llevar una de sus manos a su boca, para ahogar sus ya muy audibles gemidos, Felipe levanto el rostro y la vio entregada, con una de sus manos, la giro y se situó entre sus piernas, la beso por primera vez en toda la noche, un beso cargado de pasión y lujuria, sus lenguas jugaban como hubieran hecho durante los años que fueron amantes, dejo de besarla y deslizo su cabeza por el canalillo de ella, lamiéndolo para luego jugar con sus pezones, mordisqueándolos y succionandolos, dejando un rastro de besos por su estomago llego hasta la intimidad de Letizia­, la beso y la lamio, sin llegar a profundizar ante la desesperación de ella, que había llevado sus manos a la cabeza de Felipe e intentaba que las caricias fueran más profundas, dejo de hacerla sufrir de placer e introdujo su lengua en el interior de ella, haciendo movimientos circulares y sinuosos, jugando a su vez con su pulgar en el clitoris de ella para estimularla aun más, la sintió rendida y entregada al placer cuando le soltó el pelo y deslizaba las manos para dejarlas apoyadas en el colchón, sintió como elevaba las caderas para que su traviesa lengua llegara mas atrás, dejo de jugar con su pulgar en el clitoris de ella y a los movimientos cadenciosos de su lengua le añadió dos dedos, al sentir los dedos de Felipe en su interior dentro y fuera cada vez mas rapido se agarro a las sabanas y elevo aun mas sus caderas para que el movimiento se hiciera mas profundo, Felipe sintió las paredes de Letizia contraerse, dejo de jugar con su lengua y sin retirar sus dedos del interior de ella, se incorporo y la beso, mientras aumentaba el ritmo de sus dedos y así besándola, ella­ llego al orgasmo, ahogando el grito de placer dentro del beso. Letizia­ cayo rendida de placer en la cama, lo miro y le acaricio la barba mientras sentía la dureza de Felipe en su vientre, rio y con una sonrisa picara, cambio las posiciones esta vez fue ella quien mordió y lamio cada trozo de piel de Felipe, que ya empezaba a sentir como la adrenalina de sus venas iba cada vez mas rápido, sobre todo cuando ella ­ llego a su dureza, la acaricio por encima del pantalón haciendo presión con sus manos, él comenzaba a desesperarse, ella reía y lo miraba burlona , aún con los pantalones puestos, beso el bulto y lo mordió, Felipe pego un grito y le suplico que no lo torturara mas, ella lo miro enigmáticamente y bajo muy despacio la cremallera de los pantalones de él, mientras introducía una de sus manos por dentro y comenzó a acariciar el miembro de Felipe, despacio arriba y abajo imitando los movimientos del acto, jugando con movimientos circulares en su glande, Felipe desesperado bufo y la tumbo de nuevo en la cama mientras, se quitaba los pantalones con torpeza, se situó entre sus piernas y se miraron a los ojos y fue en el momento que sus mirada conectaron cuando Felipe la penetro de una sola vez, gritaron al unísono, para luego unir sus labios y comenzar una lucha con sus bocas que no tenia un claro ganador, se mordí­an y succionaban los labios, mientras el vaivén de sus caderas aumentaba debido a la excitación y sudor de sus cuerpos, Letizia ­ se incorporo un poco y Felipe la atrajo hacia él, con una de sus manos en la espalda de ella, mientras haci­a movimientos circulares, comenzaron un cadencioso ritmo de caderas, que aumentaba cada vez más, sintió como las paredes vaginales de ella­ se contraían de nuevo, para dar paso a un nuevo orgasmo, entrelazaron sus manos y aumentaron el ritmo de sus cuerpos y mientras Felipe le susurraba un juntos a Letizia­, ambos llegaron a un increi­ble orgasmo que les erizo la piel a ambos, cayeron tumbados a la cama, con Felipe aún dentro de Leti­, salió  muy despacio y aún entre sus piernas recostó la cabeza en el pecho de Letizia­, ella exhausta y feliz cogió las sabanas y los cubrió a ambos, mientras acariciaba el pelo de Felipe, ambos cayeron en un placentero sueño.

Borbón & BorbónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora