Borbón & Borbón

Comenzar de cero, ¿es posible?

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Felipe: mis corazonadas nunca fallan, bueno tal vez, cuando confió demasiado en las personas, pero que se le va a hacer- ante este comentario, ella sintió su corazón romperse un  poquito más, lo vio tomar aire y mirar hacía los niños- aún así......-lo vio meditar las siguientes palabras que diría y eso la preocupo- aunque ya no seamos pareja- ahí estaba el segundo golpe directo a su corazón- me gustaría estar presente en el nacimiento de la niña y formar parte de su vida, también quiero recuperar el tiempo perdido con Leonor, seis meses sin verla han sido mucho para mi, además Démian la extraña, no te pido que vuelvas a Barcelona, porque supongo que tú, tendrás ya tu vida hecha aquí- dijo mirando a André con recelo- pero me gustaría pasar tiempo con mis hijas....

Comenzar de cero, ¿es posible?

Letizia asintió y trago con dificultad, mientras notaba como se le iba formando un nudo cada vez más grande en la garganta, se aguanto las ganas de llorar. Vio como Felipe se alejaba de su lado, sin ni siquiera mirarla y se acercaba a los niños, vio como tanto Démian como Leonor se cruzaban de brazos enfadados, pero el hombre que amaba, se mantenía firme, se acerco donde estaba su familia, porque aunque él estuviera enfadado, ellos eran una familia que dentro de un  par de meses contaría con una más

Letizia: qué pasa niños
Démian: mami............- se mordió el labio y miro a su padre y luego miro a aquella mujer que amaba como una madre, pateo el suelo con rabia- Leti,  es que  quiero quedarme jugando con Leonor pero papi no me deja
Letizia: Felipe, tal vez.........
Felipe: he dicho que no y no lo voy a repetir más, Démian despídete de tu hermana

El niño lo miro con enfado, alzando el mentón, mientras abrazaba a Leonor que tenía lagrimas en los ojos, el ojiazul tuvo que mirar a otro lado, para que la sensación de culpa que tenía no aumentará, su mirada se cruzo con la también llena de lagrimas mirada de la mujer que amaba con toda su alma y se sintió despreciable, suspiro y se puso de cuclillas a la altura de sus hijos

Felipe: está bien Démian, puedes quedarte jugando con Leonor- los niños gritaron de felicidad se lanzaron a sus brazos, el hombre estallo en una sonora risa, por primera vez, en toda la tarde y los abrazo muy fuerte.

Letizia miraba la escena, deseando estar ella también dentro de ese abrazo y entre sus brazos, vio como Felipe se erguía y la miraba, está vez de manera más suave;

Felipe: ¿hasta qué hora estaréis en la playa?
Letizia: nos iremos en un par de horas, si quieres te acercamos al niño al hotel
Felipe: no hace falta la molestia, estaré aquí en un par de horas

Cuando fue a girarse para poner rumbo hacia el paseo marítimo, ella lo detuvo, le tomo de la mano y lo hizo girarse mientras lo miraba con sus verdes ojos empañados en lagrimas;

Letizia: no vas a hablarme, no vas a decirme nada- dijo mientras su voz comenzaba a quebrarse
Felipe: no hay nada que tengamos que decirnos, ya no, a lo mejor hace seis meses atrás, tal vez ....

Se soltó del agarre de esa mujer que le hacía perder la razón y se dio la vuelta, comenzó a andar cada vez más rápido hacia el paseo, necesitaba salir de aquella playa, si se mantenía un segundo más al lado de ella, sus sentimientos le traicionarían y estaba dolido, como pudo pensar que Zoe era una amenaza para ella, no fue capaz ni siquiera de preguntárselo, se fue sin más desapareció del hospital y luego cuando la fue a buscar ella ya no estaba, no le dijo a nadie donde se había marchado y Paloma, la madre de Letizia, que era la única que lo sabía, se negaba a decirle donde estaba. Seis meses desesperado, buscándolas a sus dos mujeres, bueno ahora a sus tres mujeres, sonrió al acordarse de su bebe no nato, otra niña, otra preciosa pequeña Ortiz, que iluminaría sus días con sus sonrisas. Dios es que nunca estarían juntos, aunque ya no hubiera nadie que los atase a otras personas, siempre había una estúpida barrera invisible que los separaba. Hasta había sido capaz de caer en los enredos de Marc para buscarla, preguntándole, ya no podía más, ya creía fielmente que ellos no iban a poder estar juntos nunca.