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Minnie se acostó de lado en su cama para poder mirar el cactus que Miyeon le había dado ayer

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Minnie se acostó de lado en su cama para poder mirar el cactus que Miyeon le había dado ayer. Ella tarareó suavemente en su dirección, preguntándose si la acción lo ayudaría a crecer. Después de todo, la música ayudaba a los bebés a desarrollarse, ¿verdad? Tal vez las plantas no eran muy diferentes. Por lo menos, tararear y cantarle a su cactus no le haría daño. Sería raro.

Ella suspiró, volteándose para mirar hacia el techo. Miyeon aún no le había enviado un mensaje de texto, aunque ya casi eran las dos de la tarde. Definitivamente su padre le había quitado el teléfono, pero Minnie esperaba que ese no fuera el caso.

Ella realmente arruinó las cosas. ¿Qué tipo de persona creería que una fiesta sería una buena primera cita? Y luego solo tuvo que preguntarle a Miyeon si quería beber e irrumpir en la piscina del Sr. Lee con ella. Eso fue tan estupido. Incluso si Miyeon no le contaba a su padre toda la historia, probablemente se daría cuenta de que ella estaba tramando algo ilegal con solo mencionar el nombre de Minnie.

Un golpe en la puerta principal la hizo saltar de su cama para abrir; su mamá todavía estaba durmiendo por el turno de anoche que tuvo que cubrir, y era probable que cualquier golpe persistente la despertaría. Caminando penosamente hacia la entrada, abrió la puerta, esperando ver un repartidor o un abogado.

En cambio, el director Cho se cernía sobre ella, con una expresión tormentosa en su rostro.

- ¡¿Que demonios hace aquí?! - ella exclamó por reflejo. Pero luego recordó que ahora no solo estaba hablando con el director Cho, sino con el padre de Miyeon, y agregó algo reacia - ...señor.

Sus cejas se levantaron ligeramente ante esa adición, ya que era la primera vez que lo llamaba 'señor' de una manera no sarcástica -. ¿Puedo pasar?

Minnie tragó saliva -. C-claro - abrió más la puerta y se hizo a un lado, permitiéndole pasar.

Le dio al espacio una mirada superficial antes de instalarse en la mesa de la cocina. Señaló el asiento frente a él, pero Minnie estaba demasiado nerviosa para sentarse en ese momento. Se apoyó en la encimera de la cocina, cruzando los brazos sobre su pecho como si eso la protegiera.

Él la miró por un largo momento, evaluándola. Debería estar acostumbrada a esa mirada fuerte sobre ella, pero siempre era ella la que miraba hacia otro lado primero. Sin embargo, esta vez fue diferente, porque sabía que no se trataba de la escuela. Así que ella le devolvió la mirada desafiante, desafiándolo a mirar hacia otro lado primero.

Sus ojos oscuros parpadearon brevemente hacia el mostrador detrás de ella. Poniendo sus manos sobre la mesa, dijo con calma -. No quiero que vuelvas a ver a mi hija.

Minnie enseñó los dientes -. No tienes derecho a venir aquí y decirme que no puedo verla-

- Sí - él dijo, su voz sobre la de ella -. Felicitaciones, Minnie. Has llamado mi atención, así que no hay razón para seguir viéndola.

𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒 𝐓𝐎 𝐊𝐄𝐄𝐏 | 𝐌𝐈𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora