Vivir a la luz de la vela

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Frías están las sábanas, pero vos estás ahí.
Frío el recuerdo de nuestro frenesí.

Fría cada parte de mi cuerpo que tocaste.
Frío lo poco de mi corazón que no llevaste.

Todo vuelve a mí, lo que no supe decir.
Tanto por hacer, tanto por vivir.

Yo sé que no debía buscarte al otro día.
No paro de pensarte, que ganas de encontrarte.

Volemos hasta el cielo, brindemos en la sombra.
Hagamos que este juego nos encuentre de otra forma.

Llueve todavía.
Mi vida con vos, es eso que yo quería.

Sos atea del amor, está bien.
Pero no me arrastres a tu ego una y otra vez.

De tanta simplicidad, me acomplejaste.
No quería convencerte pero me hartaste.

¿Cómo es que un ser tan bello como vos se desvela por las noches rezándole al desamor?

escritos de un alma que busca existir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora