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Gulf sabía que algo raro estaba sucediendo. No sabía qué, pero entendía que las cosas estaban más serias de lo que Mew dejaba ver y no podía decir que eran por sus heridas porque estas ya prácticamente estaban curadas.

Una semana después de que tuviera sexo con Mew había recibido un regalo de él que constaba de unas fotografías que se habían subastado hace mucho tiempo. Había estado muy feliz por las fotografías porque eran difíciles de conseguir y solo existían los originales y una copia.

Estaba de más decir que él recibió la copia cuando le había agradecido a Mew. Este se había puesto pálido y había recogido las fotografías diciendo que había habido un error y que esas no eran las que le había planeado regalar.

Tres días después obtuvo las fotos originales, en ese instante no le tomó importancia porque comprendía que quizás me quería dar una sorpresa que se arruinó porque las fotografías encargadas fueron equivocadas.

Podía decirse que no había manera de confundirse, pero el mismo que había en ocasiones lidiado con situaciones similares era más común de lo que parecía.

Después de ello, había estado semanas en su nube de felicidad. Mew era un hombre del cual podría enamorarse muy fácilmente. Desde esa ocasión no habían tenido relaciones, pero sí habían avanzado mucho en su relación.

Si tenían besos y arrumacos, incluso unos que otros orgasmos, pero de ahí nada más. Mew quería tomarse su tiempo según para conocerse más. Y quien era Gulf para negarse, además, le gustó mucho que tomara el tiempo de conocerlo y no solo quererlo por su cuerpo.

Claro que estaba consciente de que en situaciones Mew lo desnudaba y le hacía de todo solo con una mirada. Era un doncel deseado, era claro.

— ¿Estás bien? — Gulf salió de sus pensamientos y observó que frente a él estaba Mew, como si le estuviera pidiendo matrimonio.

—Lo estoy —fue la respuesta del doncel y Mew solo lo escaneo.

— ¿Seguro? Sé que estás pasando por algo porque estabas perdido en tus pensamientos —Gulf negó con una sonrisa y se inclinó para darle un suave beso.

—Podría acostumbrarme a esto —le dijo con una sonrisa, levantándose del piso y colocando sus manos en los apoyabrazos del sofá en donde se encontraba sentado Gulf.

Le dio un suave beso y luego otro y otro. Fue un lindo momento hasta que Mew hizo que Gulf se levantara del sofá y luego este tomó asiento para hacer que el doncel se sentara en sus piernas.

—Esto es nuevo —le dijo el doncel cuando Mew inició a dejar suaves besos por su cuello—. Me gusta —Mew sonrió dándole una suave mordida que causó que Gulf le diera un pequeño golpe en el pecho.

—He estado pensando algo que puede gustarte mucho —Mew le susurró al oído y Gulf en esta ocasión se acomodó para poder ver el rostro de Mew sentándose un poco de lado en su regazo.

— ¿En serio? Me pregunto: ¿qué podría ser? — Mew le dio un breve mordisco a su lóbulo, enviando corrientes a todo su cuerpo.

—Vacaciones —Gulf frunció el ceño ante ello. —Unas largas vacaciones que podríamos tomar como una luna de miel —ante esta mención, Gulf de repente recordó que al final no había tenido una respuesta acerca de su boda o al menos una que fuera creíble.

— ¿Una luna de miel? —Gulf le dijo dándole suaves besos en la mandíbula recibiendo un sonido afirmativo de su esposo —Aunque no recuerdo que me hayas propuesto matrimonio —Mew estaba distraído y había notado que podía sacar breve información cuando estaba en ese estado.

Un Suppasit (MewGulf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora