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El matrimonio ahora estaba cómodamente en los asientos de su avión privado, comiendo y bebiendo luego de haber finalizado sus vacaciones.

El desliz de la esquelética del yoga fue simplemente eso, un desliz, afortunadamente no los corrieron o cualquier otra sanción.

Y ahora estaban rumbo a su hogar, Mew podía decir que era un hombre bastante feliz en ese instante.

Todo lo que había pedido para su nuevo sistema de seguridad estaba más que listo y ahora podía estar más tranquilo con respecto a la seguridad de su doncel.

—Tienes esa aura psicópata que me perturba —fue el comentario casual de Gulf, que leía un libro y se veía bastante tranquilo.

— ¿Aura, psicópata? —le cuestionó Mew esperando realmente una respuesta para ello.

—Sí, esa que dice que hiciste algo y te saliste bien librado —no entendía cómo Gulf podría decir tal cosa, pero no tendría que decirle que está en lo cierto.

— ¿Es lo que crees que he hecho? —le preguntó Mew con tono serio.

—No lo creo, lo sé —al decir esas palabras cerró su libro y observó atentamente a su marido.

Mew nunca se había sentido tan juzgado como en ese momento. Era como si Gulf conociera todos sus pecados y los que había cometido en sus vidas pasadas. Eso sí era algo perturbador.

— ¿Entonces qué fue lo que hice para que estés tan seguro de que me he salido con la mía? — Gulf le sonrió y quizás solo se hubiera equivocado con estar seguro de tener en la oscuridad a su precioso esposo.

—No lo sé, ¿quieres llevarme a unas vacaciones? —Me solo levanto una ceja.

— ¿Desde cuándo querer llevar a mi amado esposo de vacaciones es algo de aura psicópata? — Gulf lo pensaba raro en algunos momentos.

—Desde que me llevas de vacaciones para instalar un sistema de seguridad que me verá hasta los poros. —Mew se tensó y su cuerpo se enfrió.

Era imposible que Gulf lo supiera porque se había asegurado de que no sospechara nada y que tampoco encontraba motivos para sospechar.

— ¿Cómo sabes eso? —De nada servía negarlo ahora que ya era claro que Gulf lo sabía.

—Solo me enteré —el doncel alzó sus hombros.

Claro que no le diría a Mew que había enviado a Mild a espiar, el detalle de las vacaciones era lindo y se lo hubiera creído por completo si no hubieran estado en plena demanda.

Había visto cómo Mew actuaba con el incidente de una de sus petroleras, que se haya ido hasta el final del maldito mar por un accidente y estuvo ahí tanto tiempo. Le decía algo.

Se podría decir que le importaban sus empleados y era claro que sí, pero al final se acabó quedando incluso más tiempo de lo que necesitaba para que sus empleados sintieran que eran valiosos dentro de su trabajo.

Era más que claro que a su marido no le gustaba dejar nada al azar, por lo cual era difícil que estando en medio de demandas tan complicadas decidiera que era mejor salir del país a tomar vacaciones en medio de la selva.

Si bien eran ciertos todos los argumentos que le había brindado, era también muy evidente que Mew no se sentía cómodo dejando asuntos tan complicados en manos de otros.

En alguna ocasión lo había oído decir que para que las cosas salieran bien se temían hacer por uno mismo o al menos supervisarlo.

Por lo cual que dejara que los abogados se quedaran al frente solo con instrucciones era algo que no lo haría a menos que hubiera algo más importante.

Un Suppasit (MewGulf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora