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Nunca se había considerado una persona paranoica sin embargo en esos momentos su piel estaba enchinada como un gato siendo asustado, su corazón latía más rápido y más fuerte que podía sentir que incluso si habría la boca podía escupirlo.

Sabía que había tenido uno de sus episodios y no se avergonzaba de decirlo sin embargo lo que le había carcomido un poco era el hecho de haberlo tenido con Suppasit y que este tuviera que calmarlo.

Estaba avergonzado por ello y también un poco temeroso por el hecho de tener que dar explicaciones en algún momento sin embargo para su suerte luego de haber despertado horas después en su habitación no había tenido que dar explicaciones.

Le habían comunicado que Mew había tenido que salir por alguna emergencia de trabajo y que estuviera pendiente de su teléfono durante las siguientes horas, la verdad es que no pregunto nada más porque si no estaba en casa le convenía para no hablar de ese episodio.

Había prácticamente corrido hacia su habitación a darse una ducha breve y luego estaba dispuesto a ir a casa de sus abuelos, había retrasado esa visita durante mucho tiempo y sabía que ya no podría retrasarla más.

Lo que no espero es que cuando había puesto un pie literalmente fuera de la casa principal no de la propiedad, un grupo de hombres con traje se habían presentado ante él.

En palabras eran su grupo de seguridad, seguridad especializada en donde todos tenían nombres clave para poder desligarse si sucedía algún percance. Ahora tenía un chofer personal sin mencionar que delante de ellos iba otro auto así como detrás.

Estaba casi seguro de que incluso los autos en los cuales iban eran blindados, no podía probarlo, pero tampoco lo ponía en duda. Antes Mew no le había puesto seguridad sin embargo que la colocara ahora era completamente extraño.

No quiso secarse el cerebro en intentar comprender las motivaciones del hombre aunque podía sentir que tenía motivos ocultos decidió que lo mejor para su paz mental y la de los demás era pensar que era por el hecho de ser de familias muy adineras debía tener seguridad.

Sabía que lo que le sobraba a la familia Suppasit eran millones así que era lógico que él siendo ahora un Suppasit también tuviera la seguridad necesaria por su estatus, eso no quería decir que le gustaba sin embargo era algo con lo cual podría vivir.

Alzando la vista soltó un suave suspiro observando su ropa que era un conjunto color crema con un pantalón que abrazaba sus curvas correctamente y una camisa que desde su cuello tenía dos tiras con un pequeño moño delicado que complementaba el atuendo.

Era adecuado para un doncel y también para la ocasión, siempre había pertenecido a una clase social privilegiada así como también se sabía que se casaría con alguien de su misma condición. Su familia no permitiría que escogiera a alguien que en sus palabras no lo merecería o pudiera darle cierto nivel de vida.

Los requisitos por supuestos eran de sus abuelos, ellos querían un hombre que tuviera posibilidades y que fuera lo suficientemente bueno para ingresar a su familia. Nunca se le ocurrió reclamar sobre ello o hacer algún escándalo.

Desde pequeño tenía claro en lo que podía hacer o no, desenvolverse en cualquier área que quiera estaba bien porque tenía las conexiones para hacerlo.

Desde pequeño había sido instruido rigurosamente en etiqueta, arte, música, hogar y negocios. Fue preparado como complemento de un hombre así como también para ser alguien exitoso sin ningún hombre.

Fue inculcado para pulir sus defectos y que sus debilidades se convirtieran en su fortaleza, había sido difícil, pero no al grado de haber tenido que sacrificar su infancia. Si bien cumplía con un horario cuidadosamente planeado y ejecutado minuciosamente siempre tuvo tiempo para el mismo.

Un Suppasit (MewGulf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora