Capitulo 36

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Pomni

El silencio era insoportable mientras esperábamos que Ragatha regresara con Jax. Mi corazón latía con fuerza, y las lágrimas amenazaban con desbordarse. Aunque todos sosteníamos la cuerda, sentía que la única fuerza real que mantenía el esfuerzo era mi esperanza de ver a Jax nuevamente.

De repente, la cuerda dio un fuerte tirón. Todos retrocedimos unos pasos, luchando por mantener el equilibrio. "¡Está funcionando!" gritó Gangle entre sollozos nerviosos. Caine, flotando cerca, observaba con su característica sonrisa burlona, pero incluso él parecía estar algo tenso.

Finalmente, Ragatha emergió del portal, jadeante, y detrás de ella, lo vi: Jax. O lo que quedaba de él.

Su cuerpo estaba glicheado, cubierto de distorsiones y fragmentos pixelados. Sus colores característicos estaban apagados, y apenas se mantenía en pie, tambaleándose mientras avanzaba lentamente hacia nosotros. Mi corazón se rompió al verlo así. Sentí que no podía respirar.

Sin pensarlo dos veces, corrí hacia él. Lo rodeé con mis brazos, sin importar los errores que lo atravesaban, sin importar el frío que emanaba de su cuerpo digitalmente dañado. "Jax..." susurré, con lágrimas cayendo por mis mejillas. "Estoy aquí. Estoy aquí."

- Tranquila, Pomni - dijo Caine con una inusual seriedad en su voz -, voy a arreglar esto.

Caine extendió su mano, y un resplandor azul rodeó a Jax. Los glicheos comenzaron a disiparse poco a poco. Parecía que cada parte rota se reconstruía, volviendo a la normalidad. Mis lágrimas caían más rápido, no podía apartar los ojos de él, temerosa de que todo esto fuera solo una ilusión.

Finalmente, cuando los últimos vestigios del glitch desaparecieron, su cuerpo quedó restaurado, su color vibrante regresó, y su habitual expresión traviesa, aunque débil, se asomaba en su rostro.

"Jax..." susurré de nuevo, apretando mi abrazo mientras sentía su calor regresar. Todos se reunieron alrededor, en silencio, dejándome este momento. No pude contener más mis emociones y comencé a llorar abiertamente, aferrándome a él como si nunca fuera a soltarlo.

Y entonces, lo sentí. Un pequeño movimiento. Jax abrió lentamente sus ojos. Mis lágrimas cesaron por un segundo cuando nuestras miradas se cruzaron. Sin decir una palabra, su sonrisa ladeada se ensanchó, y antes de que pudiera reaccionar, se inclinó hacia mí y presionó sus labios contra los míos.

El mundo a mi alrededor desapareció. Solo existíamos él y yo, en ese beso inesperado pero lleno de todo lo que jamás habíamos dicho. Los murmullos sorprendidos de los demás se desvanecieron, y todo lo que podía sentir era su regreso, su calor, su vida.

Cuando finalmente nos separamos, con los ojos llenos de lágrimas, él susurró: "Te dije que no te librarías de mí tan fácilmente."

El beso se había roto, pero el momento aún flotaba entre nosotros. Jax me miraba con una expresión que rara vez le había visto: vulnerable, sincero. Sin su típica sonrisa burlona, parecía alguien completamente diferente, alguien que yo sabía que estaba ahí, escondido detrás de todas esas bromas y sarcasmos.

Me abrazó, con fuerza, como si no quisiera dejarme ir nunca más. Sentí su respiración agitada en mi cabello, y mis lágrimas, aunque ya no eran de tristeza, seguían cayendo. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía completa.

¡Pomni no te enamores! - [ Jax x Pomni ] Circus digital Donde viven las historias. Descúbrelo ahora