El aire estaba cargado con la oscuridad de la noche cuando Nanami, envuelto en el manto de la desesperación, huyó de la maldición que lo perseguía. Cada paso que daba estaba marcado por el eco de sus temores y la sombra de su sacrificio, sabiendo que el peligro que lo acechaba estaba más cerca de lo que jamás había imaginado.
La maldición, grotesca y poderosa, lo había perseguido sin piedad desde el momento en que la encontró. Su aspecto repugnante y su fuerza abrumadora lo habían dejado sin aliento, luchando por escapar de su influencia corrupta mientras buscaba desesperadamente una manera de proteger a aquellos a quienes amaba.
Con el corazón lleno de dolor y determinación, Nanami se refugió en la academia de Jujutsu, buscando la ayuda de aquellos que podrían tener el poder y el conocimiento para enfrentar a la maldición que lo perseguía. Pero incluso allí, entre los que luchaban contra las sombras de la oscuridad, encontró que su poder no era suficiente para derrotar a su enemigo.
El hechicero mas fuerte que ha conocido no estaba y no sabia cuando volvería.
Intento ya muchas veces de luchar contra esa maldición pero sus ataques parecían ni siquiera afectarle.
Con el alma llena de desesperación, Nanami huyó lejos de la academia, llevando consigo el peso de su fracaso y el conocimiento de que la maldición lo seguiría a dondequiera que fuera. Sabía que, al alejarse de aquellos a quienes amaba, podría protegerlos del peligro que lo acechaba, sacrificando su propia felicidad por el bien de los demás.
Y así, con el corazón pesado y el alma en agonía, se embarcó en un viaje sin rumbo, lejos de su hogar y de aquellos que amaba. Atravesó fronteras, llevando consigo el peso de su carga mientras la maldición lo seguía implacablemente, una sombra oscura en su camino hacia la redención.
Se sentía solo y lejos de su hogar, enfrentándose al destino incierto que le esperaba. Con el eco de la maldición aún persiguiéndolo, sabía que su lucha estaba lejos de terminar, pero estaba decidido a enfrentarla con valentía y determinación, dispuesto a sacrificarlo todo por aquellos a quienes amaba.
Entre la oscuridad de su desesperación, Nanami encontró un destello de esperanza en la forma de Satoru Gojo, el hombre albino cuya presencia era indiscutiblemente poderosa. Pero ahora, en su hora más oscura, era Satoru quien extendía una mano para ayudarlo, ofreciendo la luz que tanto necesitaba.
Después de unas cuantas burlas de parte de Gojo, admitió que vino tan pronto como pudo, que sintió desesperación al oír el nombre de Nanami Kento, creyó que Nanami no resistiría mucho a una maldición de tal categoría.
—Nanami, estoy aquí para ayudarte. No estás solo —dijo Satoru, su voz resonando con autoridad y compasión.
Nanami miró a Satoru con gratitud y alivio, sintiendo cómo una oleada de esperanza inundaba su corazón. —Gracias, Satoru. No sé qué haría sin tu ayuda —respondió él, su voz llena de emoción.
Satoru sonrió con tranquilidad, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de Nanami. —No tienes que agradecerme. Estamos en esto juntos —dijo él, su voz llena de determinación.
Con habilidad y precisión, Satoru canalizó su poder para exorcizar la oscuridad que amenazaba con consumir a Nanami, liberándolo del peso de su carga y devolviéndole la esperanza que tanto necesitaba.
Lo hizo con una facilidad estúpidamente ilógica. Pues, el chaman más fuerte, se recordó a si mismo Nanami.
—Gracias, Satoru. No sé cómo podré agradecerte lo suficiente por lo que has hecho por mí —dijo Nanami, su voz llena de gratitud y admiración.
Satoru sonrió con superioridad, aceptando el agradecimiento de Nanami con gracia. —No hay necesidad de agradecer. Estamos aquí para ayudarnos mutuamente, ¿verdad? —respondió él.
Y entonces, con la maldición finalmente exorcizada y la oscuridad disipada, Satoru miró a Nanami con complicidad. —Hay alguien que te está esperando en casa, Nanami. Una chica muy linda que ha estado preocupada por ti —dijo él, su voz llena de complicidad.
El corazón de Nanami dio un vuelco de alegría al escuchar las palabras de Satoru, sabiendo que Akami lo esperaba con los brazos abiertos y el corazón lleno de amor.
No pudo esconder su sonrisa, sabiendo que tenía un hogar al que regresar y un amor que lo esperaba con ansias.
En la tranquila penumbra de la academia Jujutsu, Nanami y Satoru se encontraron frente a frente, un silencio cargado de emociones llenando el espacio entre ellos. Aunque para Nanami, Satoru había sido inicialmente una figura hostil y fastidiosa, ahora, en medio de la oscuridad de su desesperación, encontró un destello de camaradería en su presencia.
—Satoru, nunca pensé que estaría tan agradecido de verte —admitió Nanami.
Satoru sonrió con complicidad, su mirada encontrando la de Nanami en la penumbra. —Lo mismo digo, Nanami. Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos por última vez. Te he extrañado, a mi manera —confesó él, su tono lleno de sinceridad.
Nanami asintió, recordando los momentos de tensión y rivalidad que habían compartido en el pasado. Aunque para él, Satoru había sido un fastidio en más de una ocasión, no podía negar la conexión que había entre ellos en medio de la adversidad.
—Supongo que he llegado a apreciar tu ayuda, Satoru. Aunque a veces eres insoportable —admitió Nanami con una sonrisa irónica, su tono lleno de complicidad.
Satoru rió con franqueza, su risa llenando la habitación con un eco reconfortante. —Lo tomo como un cumplido, Nanami. Después de todo, siempre he sido un fastidio para ti —bromeó él, su tono lleno de diversión.
A medida que la conversación fluía entre ellos, Nanami sintió cómo una sensación de camaradería y complicidad se formaba entre ellos. Aunque sus personalidades podían ser opuestas en muchos sentidos, encontraron un terreno común en su determinación por proteger a aquellos a quienes amaban.
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La Luz de Mi Vida | Jujutsu Kaisen° Nanami Kento
FanfictionEn un mundo donde las maldiciones acechan en las sombras, Nanami Kento, un hombre atrapado en una vida monótona y gris, encuentra un destello de esperanza en Akami Zaard, una panadera cuya presencia llena de luz y amor transforma su existencia. "Los...