Nuestros labios se encuentran en un baile suave y apasionado, como si estuvieran destinados a encajar perfectamente. Derek sabe exactamente cómo tocarme, cómo envolverme en su calor mientras me sumerjo en la dulzura de sus besos.
Estábamos en la cama de mi habitación, él tumbado en el colchón y yo encima suya. Sus manos exploran con delicadeza cada centímetro de mi piel, enviando corrientes eléctricas que hacen que mi corazón lata más rápido. Me pierdo en el abrazo de sus brazos fuertes, sintiendo cómo me sostiene con ternura mientras nuestros labios se funden en un éxtasis compartido.
—Me encanta tu suave pelo rubio —dice mientras pasa una de sus grandes manos por mi pelo.
—Gracias, lobito gruñón —Mis caderas se mueven en el bulto de su pantalón, siguiendo el ritmo de nuestra pasión desenfrenada. La intensidad de su mirada solo aviva las llamas de mi deseo, alimentando la lujuria que arde dentro de mí con cada roce, cada susurro compartido en la oscuridad de la habitación.
Me rindo a la deliciosa agonía de su toque, sintiendo cómo el deseo se enciende dentro de mí como una llama incontrolable. Nuestros cuerpos se mueven en perfecta armonía, buscando saciar el fuego que amenaza con consumirnos por completo.
De repente, un golpeteo en la puerta interrumpe nuestra conexión, haciendo que nos separemos abruptamente. Mi corazón se acelera al reconocer la voz de mi madre llamando desde el otro lado. Derek y yo compartimos una mirada de pánico mutuo, sabiendo que no podemos permitir que nos descubran juntos.
Sin pensarlo dos veces, Derek se desliza rápidamente fuera de la cama y se agacha bajo ella, mientras yo trato de recomponerme lo más rápido posible, luchando contra el rubor que tiñe mis mejillas. Corro hacia la puerta y abro, tratando de mantener la calma mientras mi madre me mira con una ceja levantada.
—¿Todo está bien, cariño? —pregunta ella con una expresión curiosa en su rostro.
Intento ocultar mi nerviosismo con una sonrisa forzada—Sí, mamá, todo está bien. Solo estaba... descansando un poco.
Pero su mirada escrutadora me hace dudar si realmente me cree. Trago saliva nerviosamente, rezando para que Derek permanezca escondido bajo la cama, fuera de la vista de mi madre.
—Está bien —responde finalmente, aparentemente satisfecha con mi respuesta —Solo quería saber si necesitabas algo para la cena.
Suspiro aliviada, agradeciendo internamente por su pronta retirada —Gracias, mamá, pero estoy bien. Te avisaré si necesito algo.
Con un asentimiento, mi madre se da la vuelta y se aleja por el pasillo, dejándome sola nuevamente en mi habitación. Cierro la puerta con cuidado y me vuelvo hacia la cama, donde Derek emerge de debajo de la cama con una sonrisa traviesa en su rostro. Se ríe suavemente, como si encontrar refugio bajo la cama fuera una broma ingeniosa.
Sin embargo, mi humor aún está teñido de nerviosismo y preocupación, así que no puedo evitar fruncir el ceño mientras lo miro. "No tiene gracia, Derek", le digo en tono serio, aunque no puedo evitar que una pequeña risa escape de mis labios.
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Powerful Argent
LobisomemNia Argent tiene una familia complicada, son cazadores de hombres lobo, ella se enteró del negocio familia mucho antes que su hermana. Ella decidió entrenar con su madre Kate y su tío para ayudarlos, pero la única diferencia es que tenía el lema de...