Donde, después de una equivocación y un castigo por destruir el salón de danza, Jungkook termina enamorándose del rubiecito que forma parte del grupo de ballet escolar.
✧૱:･ soft, fast burn, cliché.
✧૱:･ Historia corta. (10 - 20 caps.)
✧૱:･ Capítulo...
Jeon tenía un paño delicado en las manos mientras limpiaba con esmero el espejo frente a él. Ese mismo por donde le echaba una mirada al bello rubio que estaba sentado a unos pasos lejos de él, sobre el suelo, viéndose tan delicado.
— Nunca te sentirás culpable, ¿cierto? —Jimin uso el espejo para ver los ojos del castaño, y habló con su voz serena—. Ni siquiera te importa que se retrasen nuestros ensayos, idiota.
— Claro que me importa, dulzura —Jungkook habló y Jimin no ignoró la palabra que usó para referirse a él. Algo floreciendo en su pecho, extraño—. Aunque, no me sentiría culpable por sacarle provecho a todo esto.
— ¿Provecho?
Jungkook giró, y pudo ver realmente a Jimin. Sentado y fingiendo ser indiferente mientras anudaba las delicadad zapatillas en sus perfectas piernas.
La confusión en la voz del rubiecito ánimo a Jeon a avanzar hasta él y bajar hasta quedar a su altura. Sus frías manos sosteniendo las finas de Jimin, impidiendo que siguiera con su acción. El bailarín por fin volvió su mirada al frente, encontrando a Jeon más cerca de lo que hubiera imaginado.
— Así es —Jeon se tomó un momento para seguir hablando. Aprovecho a ver el rostro tan bonito de Jimin por un momento, detallando su nobles rasgos. Luego, se obligó a concentrar su mirada en las zapatillas y se atrevió a continuar con la tarea que Jimin estaba haciendo antes.
El bailarín estaba incrédulo. Quién diría que uno de los fornidos integrantes del equipo de hockey estaría tomando con tanta delicadeza las cintas de unas zapatillas de ballet.
Jeon se aseguraba de hacer bien su trabajo, aprovechando sentir lo más que podía cada pequeño roce que sus fríos dedos hacían en la piel de Jimin. Todo era tan delicado.
— Todo esto... —el atleta de hielo retomó la palabra con su suave y calma voz—. Me hace posible poder admirar tu bonito talento, y ver tus ojos. Carajo, Jimin, lo diré, tienes los ojos más bellos que haya visto.
Con sus ojos conectando de nuevo, ambos cayeron en cuenta; algo estaba ocurriendo. El destino podía ser muy impredecible, ¿no es cierto?
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¡Hola holaaa! Si estás pasando por aquí, te doy las gracias por darle una oportunidad a esta pequeñita creación. Espero puedas acompañarme en esta, que será mi primera historia, ¡Ihh, que emoción!
Les dejo un pequeño mosaico para animar la lectura, ¡ayy, me gustó mucho cómo quedo! Doy crédito a los creadores por la bonitas imágenes.
Espero continuar contigo en las próximas partes, ¡bye bye!
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