Goku En Avatar- Fanfic

Capítulo 27: El desierto.

Los personajes aquí nombrados no son de mi autoría. Créditos a sus respectivos autores. Yo sólo soy un fan, que escribe esta historia para entretener a otros fanáticos.

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—¡¿Por qué no hiciste nada para salvarlo?! —cuestionó Aang a la chica invidente.

—Estaban adentro y...

—Podías haber entrado y buscarnos. ¡Yo lo habría salvado! —exclamó Aang,

—Apenas puedo sentir vibraciones aquí afuera. No pude sentir a los areneros y...

—¡Te dio igual! ¡No te gustaba! ¡Querías que se fuera! —volvió a interrumpir Aang a la chica.

—Tranquilo, Aang. Lo encontraremos —dijo Goku, tratando de calmar al chico de flecha en la cabeza.

—¡No puedo tranquilizarme! ¡Intenta sentir su Chi! ¡Tú que tanto sabes de eso! ¡Vamos, búscalo! ¡¿O es que sólo eres útil cuando nadie lo necesita?! —exclamó el monje.

—El Chi de Appa es bajo. Es difícil encontrarlo estando tan lejos, rodeado de otros seres vivos. Lo siento mucho, Aang —se disculpó el pelos palmera.

—Aang, todos estamos preocupados por Appa, pero tenemos que preocuparnos por salir de aquí —dijo Katara.

—¡Sólo se preocupan por ustedes! Iré a buscar a Appa —respondió el nómada aire, desplegando su planeador y comenzando a volar con el uso del aire control.

—¡Aang, espera! —Katara trató de detener al monje, pero ya era tarde. El joven se desplazó rápidamente por los aires, buscando al bisonte—. Será mejor que caminemos —volvió a decir la chica, sintiéndose un poco apenada aún, por el estado emocional del Avatar.

—Quizás si desenterramos al búho gigante, nos lleve —dijo Sokka, sarcásticamente.

El grupo comenzó a caminar, bajo el abrasante sol del desierto.

Tras un largo trecho, tanto Toph como Sokka y Momo necesitaban agua.

—Goku, ¿tú no vas a tomar? —preguntó Katara.

—No, gracias. Estoy bien —dijo el chico de pelos palmera, aún en perfecto estado.

—A veces me pregunto si realmente eres humano —dijo Sokka.

Katara sacó agua de sus reservas, dándole un poco a cada uno. Esta agua era la que había cargado en el pantano, por lo que tenía sabor a tal.

Sokka notó esto y terminó escupiendo todo. Luego, vio un cactus a unos pasos de él, por lo que sacó su machete y cortó un pedazo, tomando el jugo de esa planta.

Momo también hizo lo mismo.

—Espera Sokka, no debes tomar algo que no conoces —dijo su hermana, pero éste no le escuchó.

Pronto los efectos de alucinación llegaron al chico de cabello atado y al lémur volador.

Y mientras Sokka comenzaba a decir tonterías por sus alucinaciones, lejos de allí, Aang buscaba alguna señal de Appa. Pero no había nada.

Esto enojó a Aang, lo que provocó que golpeara la arena y levantará una ola enorme de tierra.

(...)

Por otro lado, Zuko y su tío llegaron al Oasis donde Aang y los demás estaban antes.

Fueron allí, luego de haber peleado con unos tipos de la nación del fuego, que montaban rinocerontes.