Puerto marino

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Desearía que tú fueras menos
escurridiza.

El barco había llegado al puerto francés hace más de una hora. Kagome bajó junto a su madre y su padre se juntó con sus amigos.

Se fueron a un hotel en donde estuvieron preparándose hasta las 7:00 PM que su padre vino a buscarlas en un auto. Kagome reconoció el lugar donde se hacía la velada. Había visto sobre ese lugar en algunas revistas y había deseado desde siempre visitarlo. Su padre le había ocultado muy bien el secreto.

Bajó del auto asombrada por la gran decoración y el ambiente refinado que había. Un camarero le brindó algo de ponche y les deseó una buena velada. Kagome se acercó hacia la barandilla que limitaba la arena de mar. Observó las luces del faro en medio del mar iluminar toda la zona. Se alejó de ahí y continuó disfrutando.

Y mientras la fiesta seguía, una sirena y un tritón terminaban de comer a dos personas bajo la protección de unas rocas. Sesshomaru tragó el último pedazo de carne y observó a su alrededor. Rápido localizó a la niña que había visto la noche pasada.

—¿Qué hacen allí?. — preguntó. Kagura miró y tragó un dedo.

—Una fiesta humana. Que asco. — respondió.

—Vayamos a ver. — rápido transformó su aleta en un par de pies, sus branquias y escamas desaparecieron y todo su cuerpo tomó una forma más humana.

—No.. Vuelve aquí. — llamó su atención. —Es peligroso, Sesshomaru. Si el rey descubre lo que hicimos nos castigará.

—No seas pez globo y crea algo parecido a lo que usan ellos. — siguió observando hacia la fiesta.

Kagura tomó una forma humanoide y comenzó a crear ropa humana con su poder creativo. Para sí misma se creó un vestido carmín con unas sandalias negras. A Sesshomaru sólo le creó una camisa de botones blanca, con mangas largas, un pantalón gris y unos zapatos negros.

Le dio la ropa y él la miró dudoso.

—¿Y esto como caracolas me lo pongo?.

—Mete los pies que quede esta parte al frente y la camisa lo mismo. — señala y comienza a vestirse.

Después de unos momentos ambos ya estaban listos. Kagura creó un collar y aretes de perlas para sí misma y a Sesshomaru le dió una gabardina negra.

Juntos se integraron como dos humanos más a la fiesta. Les ofrecieron bebidas a lo que ambos se negaron. Si de algo estaban muy concientes es que el alcohol les era muy letal para su organismo, aún siendo humanos.

Kagura se desvío y comenzó a charlar con más personas, intentando conocer más las costumbres humanas. Sesshomaru por otro lado buscaba a la chica pelinegra. Quería saber si ella era capaz de reconocerlo. Siendo un tritón era más diferente a su apariencia actual, pero el miedo nunca podría borrar la cara de su cazador.

La encontró por fin en una mesa alejada del resto. Estaba sola, disfrutando de una comida, mientras veía hacia el mar muchas veces. Seguramente estaba intentado buscarlo para mantenerse a salvo antes de tiempo.

Se acercó un poco hacia donde estaba. Estaba seguro de que su presencia había captado su atención pero no se permitió observarla. Ella se levantó y fue a dejar su plato a otro sitio. El joven buscó por todos lados a la chica y la volvió a ver dirigiéndose hacia él. Disimuló un poco y continuó viendo hacia la nada.

—Buenas noches. — murmura ella.

—Hola. — la miró con una fina sonrisa. Ella hizo un asentimiento con la cabeza y se esfumó lejos de su campo de visión.

Volvió a donde estaba Kagura, la arrastró hacia el mar y se fue desnudando. Su cuerpo extrañamente pedía a gritos sumergirse y sin oponerse se lanzó hacia el oscuro océano.

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Water never LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora