Lo Que Somos || Juantin

Viaje a París

Juanjo y Martin estaban emocionados por su viaje a París. Habían planeado todo con detalle: desde los lugares que visitarían hasta los restaurantes donde comerían. El día del viaje, sin embargo, comenzó con un pequeño desastre tras otro.

El primero,era que su viaje sería más pequeño de lo previsto,al parecer los días en los juegos Olímpicos se reducirían a solo 2 días.

Y en segundo,Martin, agotado por los preparativos de los días anteriores, se quedó dormido más de la cuenta.

Cuando Juanjo se despertó y vio la hora, el pánico se apoderó de él.

—¡Martin, despierta! ¡Nos vamos a quedar sin tiempo!— gritó, sacudiendo a su novio. Martin se levantó de golpe, todavía medio dormido.

—¿Qué hora es?—preguntó, frotándose los ojos.

—¡Más tarde de lo que debería ser! ¡Vamos, apúrate!— respondió Juanjo, ya dirigiéndose al armario para sacar las maletas.

Mientras hacían las maletas, la tensión crecía cada vez más.

—¿Dónde está mi camisa azul?— preguntó Martin, revolviendo sus cosas.

—No sé, Martin. ¿No la guardaste ayer?— contestó Juanjo, visiblemente irritado.

—No, pensé que la habías guardado tú— replicó Martin, buscando frenéticamente.

—Deberías ser más organizado—dijo Juanjo, tratando de mantener la calma pero fallando en el intento.

Martin sintió la punta de la culpa clavarse un poco más en su pecho.

—Lo siento, Juanjo. No quería que esto pasara— dijo con voz suave. Juanjo suspiró, intentando contener su enojo.

—Ya, ya. Solo... apúrate, por favor.

....

Finalmente, salieron de su piso  apresuradamente, pero cuando llegaron a la estación, vieron el tren partir. Juanjo suspiró profundamente, claramente frustrado.

—Te lo dije, Martin. Ahora tendremos que esperar al siguiente tren— dijo con un tono de irritación. Martin solo asintió, sintiéndose aún más culpable y sin decir nada.

Decidieron ir en auto a una estación más cercana, donde podrían tomar otro tren. Durante el viaje, el ambiente era tenso.

—No puedo creer que esto nos esté pasando. Todo habría sido más fácil si hubiéramos salido a tiempo,— murmuró Juanjo, sus dedos tamborileando el volante.

—Lo sé, Juanjo.Solo no volverá a pasar— respondió Martin, mirando hacia su regazo. —Ahora  me siento tan mal por haberte retrasado. Sé lo importante que es este viaje para nosotros.

Juanjo apretó los labios, sabiendo que su enfado no ayudaba.

—Sí, lo sé, Martin. Solo... intentemos llegar a tiempo al próximo tren.

...

Llegaron a la siguiente estación justo a tiempo para tomar el tren. Durante el viaje, Martin estaba inusualmente callado, mirando por la ventana. Juanjo, aún molesto, no podía evitar notar el silencio de su novio. Después de un rato, se dio cuenta de lo callado que estaba Martin y lo culpable que parecía sentirse.

Suspirando, Juanjo se inclinó hacia Martin y le tomó la mano.

—Lo siento, amor. No debí haber sido tan borde contigo. Solo estaba nervioso por perder el tren— dijo sinceramente. Martin lo miró y sonrió débilmente.

—Está bien, Juanjo. Igual es mi culpa— respondió suavemente.

Juanjo acarició el dorso de la mano de Martin con el pulgar.