𝟎𝟔. 𝖽𝗋𝖺𝗀𝗈𝗇𝖾𝗌

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ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ sᴇɪs|"𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐞𝐬"
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HA PASADO UNA SEMANA Y MEDIA DESDE LA PLATICA QUE AERYON Y YO TUVIMOS EN LA PLAYA

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HA PASADO UNA SEMANA Y MEDIA DESDE LA PLATICA QUE AERYON Y YO TUVIMOS EN LA PLAYA. Aún no he logrado acostumbrarme a este tiempo. Habían demasiadas cosas que en el futuro ya no existía o al revés, cosas que ni se han inventado. La ropa era una de esas cosas que extrañaba, odiaba usar vestido todos los días, era incómodo. Todos esos trapos encima mío llegaban a ser incómodos.

Estraño los pantalones, las sandalias, como extraño las blusas sueltas y sobretodo los ventiladores. Aquí hace un calor como mil infiernos.

Pero sobretodo extraño la tecnología. Nací en un siglo donde la tecnología avanzaba cada vez más y se volvía más necesaria.

La televisión era uno de mis más grandes vicios. Me encantaba ver Disney Chanel y ver horas de Los hechiceros de Waverly Place, Buena Suerte Charlie entre otras... Y ahora que no tenia mucho con lo que entretenerme, era una tortura.

No solamente extrañaba cosas materiales, también a mi familia. Lloré noche tras noche hasta quedarme dormida. No estaba acostumbrada a estar tanto tiempo sin mi familia. Pero al mismo tiempo sabía que debía de acostumbrarme a estar en este lugar, ya que no sabía cuanto estaría aquí.

Ahora mismo era un nuevo día y las "criadas" como las llamaban aquí, me ayudaban a vestirme y peinarme. Era un poco incomodo el hecho de que personas que no conocía me tocaran. La única persona que recuerdo que me vestía era mi madre cuando tenía como ocho años.

Incluso los vestidos eran incómodos, la ropa interior era incomoda, nisiquiera parecía ropa interior. Era un completo reto ir al baño con esto.

—No es necesario que me cambien. Puedo hacerlo por mi misma —expongo un poco incomoda al sentí manos de las dos ayudantes encima mio.

Entre ellas se vieron muy nerviosas he hicieron caso omiso a mi solicitud.

—Es nuestro trabajo, señorita Odinson —indicó una, colocando me completamente el vestido por sobre lo que parecía un camisón el cual pusieron de primero.

Yo solamente asentí sin objetar nada más.

Entonces la puerta de la habitación sonó y
grité: —¡Pase!

La puerta fue abierta por el guardia designado a mi.

—Lady Odinson. El príncipe Aeryon la invita a unirse junto a el en el hangar —anuncia.

Crunci el entrecejo ante la extraña invitación.

—Gracias —agradezco con una sonrisa de amabilidad, el asiente, toma el pomo de la puerta y la cierra al salir.

Las mucama terminan de arreglarme y me encaminó al lugar donde Aeryon sito verme.

Al llegar después de un gran tiempo, ya que me perdí, logré encontrar finalmente el lugar.

House Odinson | Aeryon Targeryan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora