Searching

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Algunos días habían pasado desde que el ángel despertó, sus heridas habían comenzado a cerrar mucho más rápido desde que pudo comer algo, pero había un problema...

Solo tenían un ángel en el refrigerador...

Rosie se estaba encargando de seccionarla lo más posible, además de haber decidido que su alimentacion sería cada dos días, pero, aún así, no había forma de que eso aguantara hasta el próximo exterminio.

Tenían que ver qué otras opciones tenían, la chica no podía ingerir otra cosa y no sabían por qué, debían hacer algo.

- Buenos días, querida, ¿Cómo amaneciste? - La overlord entró a la habitación con el plato del día, también habían estado probando diferentes preparaciones, todas las había aceptado.

- Hola, Rosie. - Vaggie la recibió con una sonrisa, la mujer había ido ganándose su confianza poco a poco. - Estoy bien, mi espalda no dolió tanto anoche.

- Esas son buenas noticias, parece que tu recuperación va sin problemas. - Dejó el plato en sus manos. La chica comía feliz mientras Rosie cambiaba sus vendajes. - ¿Algún terror nocturno? - Su tono siempre suave y cálido.

Ese era otro asunto que preocupaba a la mujer, algo que no estaba ligado a su naturaleza angelical, sino a su persona como tal.

- No... - Detuvo un momento sus acciones, pequeños flashbacks atacando su mente. - ... No tantos. - Sacudió su cabeza intentando alejar los recuerdos, retomó su tarea con menos entusiasmo que antes.

Rosie dejó salir un suspiro. - Descuida, pequeña, trabajaremos en eso. - Su mano dejó una caricia en su cabello antes de alejarse.

La primera noche con Vaggie estando consciente había sido bastante turbulenta. Un desgarrador grito despertó a la overlord en medio de la madrugada, realmente no era algo raro de escuchar en ese lugar, pero lo que la extrañó fue que parecía provenir del interior de su hogar. No perdió tiempo en llegar a la habitación de su invitada, tal vez había golpeado alguna zona herida mientras dormía, o una cabeza había vuelto a colarse por la ventana.

Pero no era ninguna de las dos. Cuando Rosie abrió la puerta, la imagen apretó su corazón. Vaggie estaba sentada en una esquina de la cama, sus rodillas contra su pecho siendo fuertemente abrazadas por sus brazos, todo su cuerpo parecía estar temblando. Su único ojo recorría todos los rincones de la habitación, pero no parecía estar viendo realmente lo que tenía en frente, su vista parecía perdida, completamente inundada en terror.

Rosie no entendía qué había provocado tal reacción, la chica parecía estar bien cuando se despidió de ella hacía unas horas, pero ahora estaba en un completo estado de pánico. Las lágrimas bañaban efusivamente su rostro, suaves murmullos llegaban a sus oidos, palabras de súplica y disculpas siendo todo lo que podia entender.

La mujer se acercó con pasos cautelosos hasta su posición, sentándose después a una distancia prudente, algo lejos para no alterarla aún más, pero lo suficientemente cerca para que notara su presencia.

Esperó pacientemente hasta que el ángel pareció estar consiente de su entorno, su temblorosa vista fijándose en ella. Rosie le dió una sonrisa de labios cerrados, su mano moviéndose lentamente hasta la contraria. Vaggie intentó alejarse aún más, pero la pared tras su espalda se lo impedía; la mujer dejó su mano a pocos centímetros del cuerpo ajeno, dándole la opción al ángel de ser ella misma quien inicie el contacto cuando esté lista.

Vaggie tardó varios segundos en ese estado de alerta, su vista viajando del rostro de Rosie hasta la parte extendida y viceversa. Poco a poco fue moviendo su propia mano, su ojo escaneando la reacción contraria, atenta a cualquier señal que interprete como peligrosa, pero la sonrisa de la mujer nunca desapareció, su expresion seguía irradiando calidez.

Sweet Icor [Chaggie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora